miércoles, 30 de diciembre de 2009

Encantado de olvidarle




Recientemente, he tenido conocimiento de otro de esos avances científicos que me fascinan a la vez que me inquietan. En este caso, un grupo de científicos de EE.UU. afirma haber desarrollado una técnica que permite borrar selectivamente los malos recuerdos. Como referencia sobre lo que hablo, ver aquí.
En primer lugar, me resulta desagradable leer como animales son torturados en nombre de la ciencia y el progreso. Puedo entender que se haga con el fin de desarrollar avances médicos, que puedan salvar vidas tanto de animales como de seres humanos. Sin embargo, no acabo de entender cuál puede ser el provecho que semejante avance pueda tener para la sociedad actual. ¿No es acaso la experiencia la fuente del conocimiento? ¿No son acaso los malos recuerdos la base de la experiencia? Creo, sin embargo, que el fin de estos experimentos es otro: el acercarnos a la tecnología de interfaz mente/máquina. Los paralelismos entre el cerebro humano y los ordenadores son cada día mayores, y parece cada vez más inevitable el momento en que ambos se confundan. En algún momento del camino, se supone que la mente humana podrá comunicarse con las máquinas. Sin duda, un avance espléndido, que traerá importantes repercusiones sociales.

Mientras tanto, parémonos un segundo a pensar en las consecuencias de una sociedad en la que es posible borrar los malos recuerdos. De acuerdo, que puede otorgar mucho bien en personas a tratamiento psiquiátrico, pero también podría usarse para la manipulación social y política de la sociedad. Perfectamente, los Numerati podrían asociar cierto estímulo negativo a una opción de vida, y luego ofrecer borrarlo. De esa forma, pueden desarrollar ciudadanos modélicos en una sociedad perfecta. O consumidores modélicos, si vamos al caso.

En momentos como este, uno recuerda películas como Johnny Mnemonic, Desafío Total, o incluso Matrix. Mundos en los que la mente se ha convertido en una herramienta manipulable, sujeta a los designios de los más poderosos. La memoria es uno de nuestros mejores dones. Desde el momento en que sea posible su manipulación, como si de un disco duro se tratara, la Caja de Pandora estará abierta. Por suerte, en la Caja de Pandora, también había esperanza. Esperemos pues que una tecnología tan sensible como esta caiga en buenas manos, y sea de provecho para el mundo.

jueves, 24 de diciembre de 2009

El Agente: Archivo #021 - Atypisch Weihnachten



Helen jamás se imaginó celebrar la Navidad en tales circunstancias. El sol se alzaba sobre los Alpes, y las vistas eran espectaculares. Aunque al coste de pasar aquella noche sola, en una tienda de campaña, a más de dos mil metros de altura, la recompensa que el amanecer le ofrecía era tener una visión que pocos humanos jamás experimentarían. Por primera vez desde que se despidió de Kevin en aquel hotel de Memphis, una cálida serenidad invadió su cuerpo. Disfrutó de la belleza que la rodeaba unos instantes más, mientras tomaba su café calentado al hornillo de gas, y se tomaba algunos dulces navideños que había comprado en el Weihnachsmarkt que los lugareños habían montado en el pueblo.

Durante esos momentos, borró de su mente su traumática huida de Memphis, de cómo había tenido que asesinar a aquel agente de la Corporación a sangre fría, antesde que descubriera el peligroso secreto que portaba con ella. Kevin le había confiado la tarea de clasificar y hacer una copia digital de todo lo que contenía la caja que su abuelo le había dejado en herencia. Sin embargo, era el momento de poner aquella información en manos de sus superiores. Recogió los dulces navideños, guardó su thermo de café, y sacó de su mochila el ordenador portátil que llevaba consigo. Tras encenderlo, conectó el modem USB, y estableció la conexión remota con el prodigio de la técnica que la paratecnología había hecho posible.

En algún punto del espacio, en órbita geoestacionaria con la Tierra, se encontraba un satélite de comunicaciones. Sus patrones habían tenido la idea de que si podían enviar a un sintonizador, uno de aquellos misteriosos psíquicos que podían distinguir las distintas realidades paralelas en su más amplio espectro, tal vez podían encontrar un Solapamiento de Schrödinger en la órbita de la Tierra. Colocando allí un satélite... podían comunicarse no sólo con cualquier persona de la Tierra, si no con cualquier persona de cualquier Tierra, si tenía los medios adecuados para recibir el mensaje.

Se conectó al canal de IRC seguro que usaban sus misteriosos patrones. Introdujo su nombre de usuario y clave de seguridad... y esperó.

Al cabo de un rato, entró en la sala de chat un usuario con nickname Fridl99. El canal le asignó el carácter de administrador del mismo.

09:31 Fridl99 >>Feliz Navidad, agente Rhinehart. Espero que tenga interesantes novedades para nosotros.

---------------------------------------------------------------
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS MIS LECTORES!

Como noticias importantes para el blog, me alegra anunciar que próximamente iniciaré una nueva serie de historias, en las que he venido trabajando. Por otra parte, espero que la semana que viene se pueda continuar con mi crónica de Witchcraft, y pueda haber una nueva edición de "Brujería en Varsovia" ¿saldrán nuestros protagonistas de la misteriosa casa encantada?

sábado, 19 de diciembre de 2009

El Agente: Archivo #020 - Nuevo Manhattan



-No hace falta ser un "sintonizador" para darse cuenta de que no estamos en "nuestro mundo". Simplemente echad un vistazo por la ventana.-Dijo Gillian.

Lo que Kevin vio a continuación, le pareció desolador. Vio una ciudad fantasma, prácticamente en ruinas. La vegetación había crecido por doquier, apoderándose de la Gran Manzana. Coches antiguos abandonados y semidestrozados permanecían abandonados en medio de las calles. Hubiera parecido como si el tiempo se hubiera detenido, cincuenta años atrás, de no ser por la vida que ahora poblaba la ciudad. Cuando John detuvo el coche, se bajó, y pudo distinguir, en medio del silencio general, el canto o batir de alas de algún pájaro lejano, algún perro ladrando, y un zumbido lejano, el único sonido artificial. Se volvió hacia John, consternado.

-¿Qué ha pasado?¿Por qué Nueva York permanece en este estado?¿Dónde está la gente?
-Técnicamente, a eso lo llamamos "Alt York", "viejo York", en holandés. Para distinguirlo del "nuevo" Nueva York, que existe en el subsuelo. Tras el ataque británico durante la guerra anglosoviética de los años treinta, el Presidente Lindbergh decretó que no era seguro mantener a la población al aire libre, y se comenzaron a abandonar las ciudades al aire libre, y reemplazarlas por complejos subterráneos, a menudo usando las infraestructuras de Metro. -Dijo John mientras se dirigía hacia una boca de Metro.
-¿Guerra anglosoviética? Y no recuerdo ningún presidente llamado "Lindbergh"... ¿Es el mismo Lindbergh que cruzó el Atlántico en el "Espíritu de St. Louis"?
-El mismo. Bueno, el Lindbergh de este mundo, claro. El Lindbergh de tu mundo fue acusado de ser un radical pronazi, y se retiró de las primarias del Partido Republicano. En este mundo, el ataque británico a la Alemania Nazi supuso un cambio radical de la historia, al menos con respecto a la del vuestro. Aunque en realidad, los acontecimientos que supusieron ese ataque, se remontan muchos siglos atrás.
-Al nacimiento de la paratecnología, ¿verdad? -intervino Gillian.
-Eso creemos. No lo sabemos con certeza, pues los soviéticos no permiten a nuestros investigadores el acceso a sus bancos de información históricos. Y ellos contienen la mayor parte de la información cultural de Europa, previa a la Revolución de Octubre.

Caminaron hacia dentro del Metro. El zumbido se hizo más fuerte, pero ahora iba acompañado de más sonidos. Máquinas, que daban un concierto desacompasado de sonidos mecánicos. Tras un rato, bajaron por unas escaleras mecánicas que no funcionaban. Se encontraron con una máquina que dispensaba billetes de metro. John sacó unas monedas, y pagó billetes para los tres. Continuaron, y llegaron a una vía de metro. Por primera vez, empezaron a ver gente. Algunas personas parecían esperar el metro. Llegó un tren bastante antiguo. Tras un rato atravesando túneles en la semioscuridad, ya que una sola lámpara iluminaba el vagón (y titilaba levemente), se bajaron en una estación que, sorprendentemente, parecía mucho más nueva. Aquí, sí había mucha gente, y todo aprecía limpio, ordenado, y automático.

Avanzaron, y se encontraron con una gran ciudad subterránea, que parecía una mezcla entre una pesadilla de M.C. Escher y el sueño urbanita de Issac Asimov. La ciudad parecía una especie de cono invertido, con diversos niveles circulares. Una especie de "torre de Babel", pero a la inversa. Y la cantidad de gentes de diferentes culturas con las que se cruzaban parecía reafirmar esa sensación. Los distintos niveles se interconectaban con ascensores y escaleras mecánicas. No se veían plantas, ni animales, con lo que la construcción se veía un tanto fría y estéril.

John hizo un gesto con la mano, sonriente, como si fuese un guía turístico mostrando una obra de arte a los conmovidos Kevin y Gillian:
-Bienvenidos a Nuevo Manhattan, ciudad libre, y sede del Cuartel General de Sentinel.

domingo, 13 de diciembre de 2009

El Agente: Archivo #019 - Ojo Experto


El dective Clive Thomson encendió otro cigarrillo. Llevaba veinte años trabajando como detective privado en Memphis, y había visto muchas cosas. No en vano se trataba de la ciudad del mundo con mayor número de esquizofrénicos. La mitad de aquellos individuos eran potenciales clientes suyos. Sin embargo, este caso se ganaba la palma. No le gustaba el aspecto de aquél hombre vestido con traje negro que se presentó en su despacho, pero traía un maletín lleno de dinero, y uno no es de piedra. Y tiene facturas que pagar.

Ahora estaba en aquél hotel, observando el caos que reinaba en la habitación. Una copa con champán derramado en el suelo. La copa estaba manchada de carmín. "Parece que te interrumpieron la fiesta, nena", pensó. Había huellas de zapatos de hombre. Más de un tipo de calzado. "¿Con varios hombres? No, estas huellas parecen más recientes que aquellas". Tres agujeros de bala sobre la cama. "Vale, marido vengativo entra por la puerta de una patada, saca su .38 y dispara a la chica infiel y al amante. No hay sangre, así que el marido no acertó. Y, ¿por donde salieron? Creo que estoy metiendo la pata en algo."

Con cuidado, entró en la habitación y se colocó al lado de la ventana. Miró hacia abajo. "No, habría que estar loco." Entró en el baño. Una ventana que da al patio de luces. "Eureka. Pero, ¿porqué no hay huellas de hombre?¿Y por qué hay otro agujero de bala aquí. ¿Tal vez el amante forcejeó con el marido para quitarle la pistola, mientras que ella huía por el baño, pero luego se zafó, y volvió a dispararle? No. La trayectoria de la bala... procede del baño. Ella le disparó a él."

Se fijó en la moqueta. Había manchas de sangre, casi imperceptibles. "Han limpiado. Aquí ha muerto un hombre, y lo han limpiado. Pero ella huyó por la ventana, y el amante se fue caminando por la puerta. Quizá fue él. O quizá el amante se fue antes de que el marido llegara. La limpieza sugiere entrenamiento y cierta frialdad, y la falta de dispersión indica que el disparo fue certero. ¿Sería una profesional?¿Policía, militar, tal vez?¿O una mata-hari?"

De acuerdo con la recepcionista, la mujer que ocupaba esta habitación tenía acento alemán, aunque usó un pasaporte mexicano. "Falso, con toda probabilidad. Es decir, que tenemos a una fugitiva alemana, suelta por ahí, armada y con entrenamiento militar. Maldita sea, ¿por qué acepté aquél maletín?"

viernes, 11 de diciembre de 2009

El Agente: Archivo #018 - Al otro lado


-¿Porqué nos dirigimos hacia Nueva York? Creía que íbamos lejos. -Dijo Kevin al ver la salida que tomaba John.
-Y vamos lejos, aunque quizá no sea ese el término apropiado.
-¿Qué quieres decir?
-Verás, durante los últimos cien años, tanto Sentinel como la Corporación Rhinehart ha estado experimentando con paratecnología. Hace algo menos de setenta años, se logró un avance totalmente inesperado. El padre del actual Presidente de la Corporación, el científico Franklin Rhinehart, logró un avance sorprendente, que llamó "Solapamiento de Schröedinger".
El coche se metió en un túnel, tras tomar una salida a la izquierda.
>>La realidad, de acuerdo con la teoría de Hawking está compuesta por muchas dimensiones. Sin embargo, nuestro cerebro actúa como un prisma, filtrándolas y separándolas para no volvernos locos con sobrecargas de información. Algunas personas son capaces de "abrir" su mente a esos "espectros dimensionales". Los llamamos "sintonizadores". Ellos son capaces de encontrar los "solapamientos de Schröedinger", lugares en los que distintas realidades alternas confluyen y se mezclan para formar una.
-¿Quieres decir que Sentinel... viene de otra dimensión?¿Que sois un ejército invasor, o algo así?
-No somos invasores, considéranos pacificadores. Nosotros protegemos a las Tierras de las invasiones transdimensionales.
-¿Las Tierras? ¿Hay más de una?
-Hay muchas realidades alternativas. Más de las que podamos contar. Nosotros las mantenemos separadas, para evitar que ocurra lo que pasó en la nuestra.
-¿Qué ocurrió?
-Hubo una guerra. Pronto verás las consecuencias.
Salieron del túnel.
-Bueno, y ahora me dirás que vamos a atravesar uno de esos solapamientos para ir a tu dimensión, ¿verdad?
-En realidad... -empezó a decir John.
-... Acabamos de pasar por uno. -Completó Gillian, dejando a ambos boquiabiertos.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Brujería en Varsovia: Solos en la oscuridad







La sesión comienza con los miembros del reparto escuchando unos ruidos en la parte superior de la mansión de Dercetov. La triste y un tanto tétrica melodía de un piano se escucha, junto con unos pasos. Thomas, Ryan y Rasputín VII Jr., avanzan hacia ella. Suben dos pisos, y llegan a una habitación, en la cual encuentran un almacén. Allí, hay unas escaleras plegables que conducen al ático. En cuanto Thomas asoma la cabeza, se encuentra una escopeta apuntándolo. Por suerte para él (y para todos), es Chuck. Éste les explica que el fantasma de Yosef Kobinski lo guió hasta este lugar, y que en él encontrarán el libro que buscan, una de las copias del Grimorium Verum, que en este caso perteneció a Eleazar Zaks, el maestro de Kobinski.

Mientras tanto, oyen ruido abajo. Ya antes de subir, habían percibido la figura de un muerto viviente que permanecía, tranquilo, cerca de los balcones. Sin embargo, resulta ser Victoria, que se había quedado rezagada, abriendo las cajas del almacén, y examinando su contenido.

El ático es un lugar bastante tétrico. En él encuentran un cadáver ahorcado, con una nota de suicidio, advirtiendo a quien la lea que entrar en Dercetov supone su perdición, como lo supuso para él. Además, el piano ahora permanece tranquilo, pero Chuck asegura haber visto a un fantasma tocarlo apenas hacía un rato. Muebles viejos completan la descripción, en los cuales encuentran una vieja lámpara de aceite, una alfombra en mal estado y un ejemplar de la Odisea, marcado por él pasaje en el que Ulises y sus compañeros se enfrentan a la Gorgona con un escudo mágico, capaz de reflejar la luz, y servir la mortífera mirada del montruo contra él.

Una vez bajan de nuevo, Victoria toma la iniciativa, y decide enfrentarse al muerto viviente del balcón. Marcus,por su parte, se esconde tras una guarda. Los demás, permanecen a la expectativa mientras que la aguerrida arqueóloga tirotea al monstruo. Cuando tras recibir una descarga que hubiese sido mortal para cualquier humano, sigue en pie, Victoria le saluda. El monstruo, sin embargo, conjura algo, y envía una descarga de fuego místico que deja a Victoria agotada. Tras eso, el cadáver andante se desploma. Los miembros del reparto, oyendo el estruendo, bajan, y registran el resto de habitaciones de ese piso, sin encontrar nada especial.

En el siguiente piso, mientras bajan, se encuentran las estatuas de dos gárgolas. Junto a ellas, seres inmateriales formados con esencia vital flotan a su alrededor. Estos seres, al no ser molestados, se mantienen a la expectativa. No ocurre así con la armadura medieval que ahora está a los pies de la escalera (lugar en el que antes no estaba). Tras una intensa discusión entre Chuck y Rasputín VII Jr., sobre este asunto, Marcus aparece entre ambos, y decide tocar la armadura, a lo que ésta responde intentando rebanar la cabeza del Rosacruz. Se produce un intenso combate, que finalmente Chuck y Victoria deciden por potencia de fuego.

A continuación, el grupo se separa. Mientras que Marcus va a explorar la planta baja, los demás siguen examinando el primer piso. En él, encuentran un pasillo que lleva a otro, decorado con suntuosos cuadros, entre los cuales hay uno de Rasputín. Este cuadro provoca que, cuando lo miran, Ryan y Thomas (al principio), huían de su vista. Rasputín VII, en cambio, no se ve afectado por el embrujo del cuadro maldito, y lo toma. Cuando se lo enseña a Victoria, ésta sufre de un ataque de rabia, y lointenta destruir. Rasputín VII, sin embargo, es lo suficientemente rápido como para evitarlo. No obstante, cuando Victoria parece más calmada, ésta se lo pide de nuevo, se lo arrebata de las manos y lo destruye ante la mirada atónita del propio Rasputín VII Jr., Ryan y Chuck.

Thomas, por su parte, intentó buscar una forma de salir de la casa. se le ocurrió descolgarse del balcón con una sábana, con resultado de recibir una buena caída. Por si fuera poco, cuando entra de nuevo en la casa, la puerta lo golpea de nuevo hacia dentro. Dolorido, se dirige hacia arriba, donde se cura en una guarda dispuesta por Marcus.

Mientras tanto, Marcus explora la planta baja de la casa. En la cocina, encuentra una olla al fuego, en la que se cocina carne humana. Asqueado, abandona la habitación, para ir al salón. Allí, se encuentra toda una comitiva de zombies aguardándole, que se dirigen hacia él, con aspecto hambriento. Huye de ellos, creando una guarda en la base de las escaleras para impedir que suban. Una vez arriba, se encuentra con Thomas, al que pide ayuda. Éste, una vez recuperado, se dirige al piso de abajo, y los fulmina invocando el castigo divino a través del Fuego Sagrado. Tras eso, ambos vuelven a junto de sus compañeros.

Éstos, por su parte, estuvieron investigando la biblioteca, hasta encontrar en ella una puerta secreta, que abrió Thomas, que conduce a un pequeño estudio, en el que hay varios libros manuscritos en hebreo, una daga enjoyada, y un extraño amuleto mágico. El amuleto, tras ser examinado por los presentes, llegaron a la conclusión de que se trata de una especie de sello o "cerradura" mágica.

Trs ello, se dirigiron a explorar el resto de la primera planta. Encontraron entonces una habitación, en la cual, en un sillón, cómodamente ante el fuego, se encontraba el mismo hombre que habían encontrado ahorcado, Igor Stravsski. Éste habal con ellos identificándose como el amo de Dercetov, aunque mediante la conversación descubren que so dominio sobre la misma no es absoluto. El fantasma de Eleazar Zaks todavía puebla la casa, y "algo más", que vuelve locos a aquellos que la habitan, revela Chuck. Sobre este "algo más", Igor Stravsski guarda silencio. Tras preguntarle si puede darles el libro, éste contesta que no, pero que puede llegar a un acuerdo. Tras hacer un par de peticiones excesivas, les ofrece la posibilidad de sacrificar una parte de su esencia, de forma anual, el resto de sus vidas. sin embargo, rechazan el trato. En ese momento, Chuck abandona la habitación.

Tras eso, alguien pregunta por el cuadro de Rasputín, a lo que Igor contesta que "es de sus mejores obras". Rasputín VII Jr., aseguró que Victoria lo había roto. El amo de Dercetov pregunta a Victoria si esto es cierto. antes de que pueda contestar, Marcus intenta escaquearse, pero igor es más rápido, y hace que la puerta se cierre en sus narices. "De aquí no se va nadie sin mi permiso", dice.

Entre tanto, Chuck, explorando la última habitación de ese piso, se encuentra con que es un baño en el que una extraña criatura morada, con aspecto vagamente similar a una medusa, se abalanza sobre él.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Los Numerati


Hoy he sabido de un nuevo "lobby", que amenaza con dictar nuestros destinos... Los Numerati. Así es como Stephen Baker ha bautizado a la mafia de los números. Este grupo de científicos, matemáticos, informáticos, e ingenieros sociales se basa en la "pesca de datos", como medio de hacer perfiles de potenciales votantes, clientes, trabajadores, terroristas... Y lograr la forma de encontrarlos, atraerlos, y manipular su comportamiento a su conveniencia, o a la conveniencia de para quien trabajen, claro.

La cuestión que esto me suscita es cómo cada día nos acercamos más a la antiutopía tecnocrática de Un mundo feliz. Un mundo gobernado por lo banal, por la cultura de mercado y en el que nada importa, salvo la felicidad artificial de los habitantes. Pero, digo yo, ¿dónde está el derecho a ser infeliz?¿A ser crítico con lo que a uno le rodea? En definitiva, ¿a ser libre de sentirse como uno quiere estar, no como los estudios dictan que debería sentirse?

Es fácil determinar con una simple prueba cómo los números determinan nuestra vida. Tomad tres objetos que uséis a diario. Estoy completamente seguro que al menos dos de ellos requieren de nosotros que memoricemos al menos un número. Y uno de ellos es (casi seguro) nuestro teléfono móvil. ¿Cuál es su función primordial? Pues hacer que nuestro número de teléfono se ponga en contacto con otros números. Este dispositivo necesita de un número que debemos memorizar para que se active, y contiene una agenda llena de números de nuestros contactos.

¿Os imagináis cómo sería la vida de una persona que, un día, de pronto, se olvidara todos los números que debe memorizar en su vida cotidiana? Todo un infierno, sin duda. Se trata de una interesante pregunta, que he pensado en novelizar más de una vez... Tal vez me anime, y lo añada como una nueva historia por capítulos al blog. Si tengo tiempo para hacerlo, claro. ¡Tiempo! ¿Como se mide el tiempo? ¡Con números!

sábado, 21 de noviembre de 2009

Brujería en Varsovia - Conexión Rosacruz

Tras pasar el resto de la noche de forma tranquila (todos, menos Thomas, que tuvo una extraña pesadilla), en una casa de campo que pertenecía a unos parientes de sus huéspedes, los miembros del reparto recibieron un mensaje de Marcus, que se encontraba con Penny en la ciudad, y que acababan de recoger en el aeropuerto a Victoria, la nueva integrante del grupo, que llegaba con su fiel mayordomo Winston.

Mientras se reunían y presentaban, Ryan, que se encontraba en la casa de campo, tuvo un encontronazo con Danko, el cual, tras tener una fuerte discusión con su padre, lo lanzó a varios metros, estampándolo contra una pared. Luego Ryan trató de deternerlo, pero mediante el uso de habilidades que hasta ahora desconocían que poseía, consiguió manipular su propio cuerpo para liberarse de la presa que Ryan intentó hacerle, transformándose en un perro de aspecto monstruoso, huyó.

Por su parte, Thomas y Rasputín VII Jr. fueron a investigar por los hospitales en busca de posible víctimas del ancestro de Rasputín VII Jr, el Rasputín original. Finalmente, lograron averiguar que existía un número importante de casos de cansancio extremo que se daban los fines de semana, en una zona de marcha de la ciudad, la misma en la que Ivonne secuestró a Danko unos días antes. Después, Thomas procedio a realizar su buena obra del día, salvando la vida de un enfermo terminal, Ivan Yevrenow, que posteriormente descubriría que es un agente de los Centinelas. Mientras tanto, Rasputín VII Jr. tuvo un sueño de lo más inquietante, mientras dormía una siesta, una visión inducida por un extraño cuervo de tres cabezas.

Ya todos juntos, repasaron los últimos acontecimientos, y tras intentar infructuosamente ponerse en contacto con Chuck, que les dejó un extraño mensaje diciendo que "tenía un plan", resolvieron dirigirse a la Casa-Museo Kobinski, para hallar que se encontraba protegida por una cohorte de cabalistas Rosacruces, la misma a la que perteneció en su momento Yosef Kobinski. Tras realizar los saludos secretos pertinentes, los Rosacruces (Marcus, Victoria, Rasputín VII Jr., y Winston, ya que Penny se quedó fuera) entraron en la casa, y localizaron el libro que Chuck les había apuntado como "especial". Hojeando dicho libro, el Libro de la Misericordia, se encontraba un individuo, con aspecto de rabino judío. Su aspecto translúcido hacía notar que se trataba de un fantasma, que resultó ser... el del propio Yosef Kobinski.

Hablando con él, lograron obtener alguna información adicional sobre los discipulos de Gustave Navarre, aunque no pudo proporcionarles demasiada, puesto que él solo los conocía de haber oído a su maestro, Eleazar Zaks, sobre ellos. Les comunicó donde podrían encontrarlo: en la mansión de su mecenas, la llamada Mansión Dercetov. una vez que todos fueron allí, Marcus percibió una fuerte aura de magia negra en su interior, por lo que dudó en entrar. Apelado por Penny, hizo de tripas corazón, y se introdujo con el resto. Justo cuando todos estaban dentro, las puertas se cerraron...

miércoles, 18 de noviembre de 2009

El Agente: Archivo #017 - Run like Hell



John recogió a Kevin a la salida del hotel, en una berlina color negro, con los cristales tintados. Bajó la ventanilla, y miró a Kevin extrañado.
-¿Dónde está Helen?
-Dijo que no venía. Que no quería formar parte... de esto.
John asintió levemente con la cabeza, y dijo con voz seria.
-Entiendo. Sube al coche, chaval.
Kevin miró una vez más hacia el hotel, como esperando que Helen saliese por la puerta, en ese momento, corriendo a estrecharse entre sus brazos. La puerta giratoria del hotel se movió y... salió un grupod e turistas japoneses. Kevin suspiró, abrió el maletero, dejó allí sus cosas, y entró en el coche. Allí estaba Gillian, que lo saludó sonriente.
-Hola, Kevin. ¿Preparado para el gran viaje?
-¿Gran viaje? -Miró hacia la parte delantera del coche-. ¿A dónde nos llevas, John?
-Más lejos de lo que hayas estado jamás -dijo arrancando el coche, y metiendo la cuarta enseguida.

Helen observaba silenciosamente como el coche se iba, desde la ventana de la habitación. Terminó de empaquetar sus cosas en la maleta que llevaba consigo. Sabía que debía de marcharse de allí enseguida, pero decidió tomarse unos momentos, para reflexionar. Se sirvió una copa del minibar, y se tumbó en la cama.
Las últimas semanas habían sido muy extrañas. Todavía no sabía muy bien qué era lo que le atraía de aquel joven canadiense. Tal vez su tranquilidad, tal vez su tenacidad silenciosa. Tal vez su extraña impulsividad en ciertos momentos... Probablemente un poco de todo ello. Era tan triste tener que dejarlo... Terminó su copa, y se preparó para huir, lejos, tan lejos como pudiese. Correría, hasta que no pudiese más, y sólo entonces se detendría. Y no miraría atrás.

Gillian abrió ligeramente la ventanilla, para dejar que la brisa se colase por ella. Toda su vida había sido un gran viaje. De su Galway natal, en Irlanda, más allá del mar, hasta Vancouver, y luego, al fin a su querida Graceland, el lugar que escogió su madre para criarla. Ahora, se marchaba de su hogar en Memphis, en dirección a lo desconocido. Huía de un lugar en el que se había quedado atrapada, hasta que Kevin llegó con su Caja de Pandora. Sabía que, cuando volviera a verlo, muchas cosas saldrían de la caja que era su propio corazón. Pero tan sólo una predominaría sobre las demás: la esperanza de que volverían a estar juntos.

John conducía el coche, por la autopista, a gran velocidad. Ahora mismo, no pensaba en otra cosa que en sacar aquellos dos chicos de allí. Eran muy jóvenes, pero tenían mucha vitalidad. Era buenos reclutas. Lamentaba enormemente tener que sacudir sus vidas de aquélla manera, pero ¿qué otra cosa podría hacer?¿dejar que Rinehart los destruyese, como hacía la Corporación con todo lo que entraba a su alcance? No podía permitirlo. No, después de lo que habían hecho a su padre. Ellos debían pagar por sus crímenes, y John estaba dispuesto a llegar todo lo lejos que hiciese falta. Y ahora mismo, se dirigían muy muy lejos...

sábado, 14 de noviembre de 2009

El Agente: Archivo #016 - Fugitivos


Gillian y Helen entraron en la clínica en la que se encontraba Kevin, sorprendiéndose al verlo de nuevo vestido, junto con un sujeto alto, rubio, y con maneras de militar al lado. Kevin tenía aspecto huraño. Gillian se adelantó, y abrazó a Kevin, inconsciente al gesto de desagrado de Helen, que se encogió de hombros mirando a Kevin. Éste devolvió el abrazo a la joven irlandesa, mientras decía:
-No tan fuerte, Gil, me haces daño. Aún tengo unas cuantas vendas por el cuerpo.
-Oh... lo siento. Yo... me emocioné. Todo esto es tan extraño...
El hombre rubio de gabardina miró su reloj de pulsera, y miró a Kevin de forma reprobadora. Kevin asintió, y se despegó de Gillian, antes de mirar a ambas con gesto adusto.
-Este hombre, que por el momento se identifica como John Locke, es un agente de una organización de inteligencia independiente, Sentinel, creada por los Aliados Occidentales durante la Segunda Guerra Mundial, dedicada al control de lo que se ha dado en llamar "paratecnología", un tipo de tecnología extremadamente avanzada, creada por una generación de científicos visionarios, a finales del siglo XIX. el régimen nazi intentó apoderarse de ella para dominar el mundo. Aunque los nazis cayeran, la existencia de la paratecnología no cayó en el olvido. Diversas compañías multinacionales y agencias secretas de todo el mundo pretenden hacerse con ella. La Corporación Rinehart es la que más ha avanzado en ese propósito.
-Eso tiene sentido -interrumpió Gillian- Estuvimos viendo la cinta de vídeo, y pude identificar el instrumento que tocaba. Es un theremin, el primer instrumento electrónico. Creado en 1924, por un científico ruso, que tras su exilio a Francia cambió su nombre al de León Theremin.
John asintió, y anotó lo dicho por Gillian en un pequeño cuaderno que sacó de su gabardina.
-Sabemos que Theremin fue uno de los padres de la paratecnología, así como otros, como Nikola Tesla, Robert Oppenheimer, o, el creador de la Corporación Rinehart, el Dr. Franklin Rinehart. La mayor parte de ellos fue reclutados a la fuerza, o utilizaron sus inventos contra su voluntad. La Corporación Rinehart tan sólo es la máscara que camufla una conspiración mucho más antigua. Y los asesinos que han contratado para asesinar a Kevin probablemente están de camino, así que deberíamos irnos de aquí enseguida.

Salieron de la clínica, y Gillian pidió pasar por su apartamento para recoger algunas cosas. Mientras que John arreglaba su "huida", Kevin y Helen tuvieron unos momentos de intimidad, en el hotel, mientras recogían su equipaje. Tras un rato, Kevin se dio cuenta de que algo ocurría. Helen parecía menos "ardiente" que otras veces. Sonrió, y mientras le revolvía su larga cabellera rubia, le dijo:
-¿Qué ocurre, Helen?
-Esa chica, Gillian. Ella está enamorada de tí, está claro. Pero, ¿tú sientes algo por ella?
-Estuvimos juntos hace unos meses. Nos tuvimos que separar. Ella se vino a Memphis, y yo a Nueva York. Intentamos mantener el contacto, pero no funcionó. Sin embargo, no soy un robot. Claro que siento algo por ella. Pero... tú y yo estamos juntos ahora, ¿verdad?
-Lo cierto es que si pretenden reclutarte para esa organización, Sentinel, tendremos que separarnos. Yo prefiero seguir siendo un agente independiente. Te soy más útil de ese modo, ¿no es verdad?
-No es una cuestión de ser más o menos útil. No quiero que te arriesgues por mí. No quiero que la Corporación te haga daño por mi culpa. Ven con nosotros, por favor.
Helen se abrazó al joven, mientras prorrumpía en lagrimas. Kevin siguió mesando sus cabellos, mientras musitaba palabras tranquilizadoras. Aún mientras las lágrimas seguían cayéndole por las mejillas, y Kevin se las limpiaba con el dorso de la mano, dijo:
-Yo... lo siento, Kevin, pero no puede ser. Trabajar como mercenaria tiene sus riesgos, y este es uno de ellos. Me dije a mí misma que no me implicaría emocionalmente en esta misión, y fracasé. Te quiero, Kevin, pero no puedo entrar a formar parte de Sentinel. Te recuerdo que ya trabajé para la Corporación en el pasado, y lo hice consciente de ello. Sentinel no me aceptará, así que es mejor que nos separemos en este momento, antes de convertirlos en mis enemigos. Pero seguiremos en contacto, ¿vale? Te ayudaré a acabar con esos bastardos, incluso si gracias a ellos he podido conocerte.

Se besaron una vez más, con pasión, en un instante que se hizo eterno. Apesadumbrado, Kevin tomó su maleta, y se despidió de Helen, sin saber si la volvería a ver alguna vez.

martes, 10 de noviembre de 2009

El Agente: Archivo #015 - Dazed and confused


Kevin sintió un espantoso dolor de cabeza cuando se despertó. Sintió como si el mundo diese vueltas a su alrededor, y pronto se dio cuenta de que era algo más que metafórico. En las últimas semanas, apenas había parado una noche en un mismo lugar. Todo, desde el fatídico día en que Mr. Gray lo llamó, y le encomendó aquella misión. ¿Por qué? Era evidente que porque era el único capacitado para cumplirla, el único que conocía lo suficiente a su abuelo como para desentrañar la maraña de pistas que había dejado. Luego estaba Helen, aparecida de la nada, y que de pronto se había convertido en el centro de su vida. Y ahora estaba Gillian, a la que creía haber dejado atrás, y de nuevo entraba en su vida...
Y los hombres de negro, que habían intentado matarlo.
La escena todavía se aparecía confusa, en su cabeza. Estaban en el aeropuerto. Estaba presentando Helen a Gillian. De pronto, de la multitud, un hombre, vestido de raje negro, de aspecto anodino, sacó de su equipaje de mano aquél extraño arma, parecida a una pistola de juguete, pero con efectos letales. Disparó un proyectil, que se adhirió a su cuerpo, y sintió como la electricidad recorría todo su cuerpo, hasta que se desmayó.
De acuerdo con los médicos, todo parecía un susto. Tenía quemaduras leves por todo el cuerpo, pero pronto se recuperaría de ellas. Por culpa del golpe, al caer al selo, había sufrido una contusión en la cabeza, que le había provocado una conmoción cerebral. Hacía una hora que se había despertado.
Puso orden en su cabeza. Ésta le respondió con un latigazo de dolor, pero resistió el embite. "Todo esto tiene una explicación, y estoy seguro de que tiene que ver con la caja, y con la Corporación. Ese hombre debía trabajar para ellos. No puedo luchar sólo contra semejante organización. Necesito apoyo. Tiene que haber alguien que luche contra ellos. La Corporación debe tener un enemigo, y ellos son los que necesito de mi bando. Sin embargo, ¿como encuentras el enemigo de alguien que opera en la sombra?"
Aún estaba rebanándose los sesos, cuando un hombre de cabello rubio engominado, unos treinta y cinco años. Tenía nariz aguileña, y penetrantes ojos azules. Tenía la mandíbula recta, y vestía con un traje azul, y una gabardina gris por encima. "Un policía", es lo que pensó Kevin.
-¿Kevin García?
-Así es. Si es del FBI, ya les he dicho todo lo que sé. No me acuerdo bien de los detalles.
-No, no soy del FBI. Usted busca respuestas. Nosotros, también.
-¿Y qué le hace pensar que yo les voy a ayudar, sean quienes sean ustedes?
-En primer lugar, que podemos ofrecerle protección y entrenamiento para sobrevivir a otro ataque de la Corporación Reinhart. Y en segundo lugar, porque nuestra organización lleva casi cincuenta años luchando en la sombra contra ella.
-Un éxito abrumador, ¿verdad?
-No se reiría tanto, si supiera el alcance de la tecnología que poseen. Nosotros entendemos una parte muy pequeña, pero contamos con ayuda del gobierno. Aunque ellos no lo saben, claro.
-¿Puedo hacerle una pregunta?
-Por supuesto.
-¿Por qué me cuenta todo esto, aquí y ahora?
-Bueno, en primer lugar, porque estamos en un sótano, lo cual nos hace invisibles a los satélites. Si a eso añadimos todo el instrumental médico presente, tampoco hay posibilidades de que un micrófono o una cámara ocultos puedan funcionar aquí. Con lo cual, es el lugar perfecto para hablar en privado. En segundo lugar, no tenemos mucho tiempo. Las personas que le intentaron matar volverán. Y esta vez no van a fallar, salvo que se venga conmigo.
-Muy bien, pero con una condición.
-¿Cuál?
-¿Tiene un teléfono móvil?

domingo, 8 de noviembre de 2009

Gato en la selva de cristal

El gato doméstico caminó entre las hojas secas, que caían de los árboles. Todo lo que veía a su alrededor era duro asfalto. Hacía frío, y se sentía solo. Hacía poco que había atenido que abandonar su hogar, y todavía estaba aprendiendo a vivir en las calles. En un callejón, encontró otros gatos, a los que podía considerar sus amigos. Le habían enseñado un poco la ciudad, donde conseguir comida, donde refugiarse durante la gélida noche en la ciudad... Con todo, había algo en lo que no había hallado consuelo: seguía sintiéndose solo.
-Tienes que olvidar a tu antigua dueña. Volver por allí sólo te va a hacer daño. En ese sitio sólo encontrarás pescado podrido. -Le dijo uno de sus amigos, el gato negro que llamaban Black.
- Tal vez, pero quizá vuelva algún día.
- Los humanos son así. A veces se van, a veces vuelven. A menudo, se olvidan de lo que quieren y a quienes quieren con una facilidad pasmosa. No importa lo mucho que los hayas arrullado, al final sólo piensan en sí mismos.
-¡Mi ama no es así! -protestó el gato doméstico.
Otro de sus amigos, un gato atigrado al que llamaban Tigre, tomó la palabra, tras levantarse y acercarse al gato doméstico.
-Mira, no estoy de acuerdo con Black. Lél dice eso porque no conoce otra cosa que las calles. Los humanos son amables en el fondo, pero tienes que recordarles todo el tiempo que estás ahí. Ahora lo que tienes que hacer es confiar un poco en tí mismo, salir ahí fuera, y buscar algún humano, poner cara de pena, arrullarle un poco y maullar lastimeramente. Enseguida tendrás un hogar nuevo, amigo.
El gato doméstico protestó, con un bufido.
-Claro, eso es muy fácil de hacer, ¿no? Por eso estás aquí, ¿verdad?
-Eso es totalmente circunstancial. En mi caso, es la vida que he elegido. Ahora es tarde para cambiar.
-¿Y porqué no me habría de pasar a mí lo mismo?
Tigre se recostó, y maulló con un tono intrigante:
-¿Y qué otras opciones te quedan?¿Vas a estar así toda la vida?
-No lo sé. Pero, ahora mismo, lo único que me apetece es dormir en una casa caliente, mientras veo la tele y juego con una madeja de lana.
Black soltó un bufido. Tigre lo miró con reprobación, .
-Puedes hacer lo que quieras, pero ahora sólo puedes hacer una cosa. Seguir adelante con la vida que tienes. Si tienes suerte, quizá encuentres un nuevo hogar. Pero no esperes que los humanos vengan a buscarte para llevarte al suyo.
-Tal vez tengas razón... -dijo el gato doméstico, maullando lastimeramente.
Estaba cansado de vagar toda la noche por las calles, así que simplemente se buscó un sitio cómodo y no demasiado húmedo, y se echó a dormir, entregándose a la inconsciencia del sueño...

sábado, 7 de noviembre de 2009

Brujería en Varsovia - Intento de fuga


Tras abandonar la nave en la que encontraron al joven Danko, los protagonistas se tomaron un merecido descando, de nuevo en su logia. Chuck avisó a Thomson de ello, y le pidió un traslado dado que el refugio había sido "comprometido". Thomson dijo que se pondría a ello enseguida, y que mientras tanto, mantuvieran la guardia alta.

Con todo, mientras Ryan y Thomas "hacían guardia", Chuck y Rasputín VII Jr. fueron a la Casa Museo Kobinski, con la intención de colarse y robar el libro. Temerosos de las protecciones mágicas, Rasputín decidió intentar colarse en el lugar a través del mundo de los sueños. No salió muy bien: apareció en un pueblo polaco, Brezeziny, que fue asolado por tropas rusas en el marco de la respuesta rusa a la Revolución de Noviembre de 1831. Tras investigar un poco, cuando llegó a la casa de Eleazar Zaks, se encontró allí con un grupo de soldados rusos, que tras intentar interrogarlo, le dispararon. Al quedar inconsciente, Rasputín VII Jr. apareció de nuevo en el mundo material. Chuck decidió entonces trasladarlo de vuelta a casa, para que Thomas lo curase.

Mientras tanto, éste tuvo una charla con Smith, acerca del posible futuro del joven. El Monje Blanco le sugirió que lo normal sería enviarlo a un monasterio para que estuviese más seguro, y tal vez para que fuera iniciado en la Alianza. Thomas habló con Danko sobre esto, pero el joven se negó fehacientemente, tras lo cual volvió a su habitación. Al cabo de un rato, oyeron como se abría la ventana del segundo piso. Con una agilidad asombrosa, Ryan (desde fuera), y Thomas, que subió al piso de arriba, vieron como Danko intentaba marcharse con una mujer joven, de aspecto endurecido, aunque atractiva. Inmediatamente le hiceron frente, para intentar detenerla.

La mujer, a la que identificaron como un ser de ultratumba, gracias a sus sentidos de Dotado (y la Visión Verdadera de Thomas), reaccionó intentar intimidarlos, para que se fueran. Ante eso, Thomas reaccionó invocando al castigo de Dios mediante el fuego purificador (causando un daño importante a la criatura, aunque no letal). En consecuencia, ésta sacó su pistola, y disparó a Thomas. Aprovechando la situación, Ryan intentó influenciar a Danko para que temiera a la mujer. Causándole un ataque de pánico, hizo que éste se quedara paralizado. A continuación, la mujer hizo lo propio con el joven. Sin embargo, su voluntad se quebró, y fue a esconderse entre unos matorrales, cuando oportunamente apareció Chuck para inmovilizar y desarmar a la mujer, que el identificó como una vampiresa.

Ésta se zafó de la presa transformándose en una paloma negra, y voló hasta la rama de un árbol. Allí, a petición de Chuck, le dijo que podían hablar, a lo que ésta le contestó que "eso podían hacerlo en la cama". A continuación, usó su influencia sobrenatural para provocar a Chuck a un combate personal bastante desigualado por los inhumanos reflejos de la vampiresa, que consiguió inmovilizarlo, y absorber una buena parte de su esencia, hasta que Chuck consiguió liberarse. La vampiresa intentó entonces matar a Chuck empleando unas garras que surgieron de sus manos, pero fue un torpe intento. Chuck decidió que era un buen momento para hablar de nuevo, y la vampiresa, que se identificó como Ivonne, dijo que estaba dispuesta a ello.

La no-muerta les contó que podían llegar a un acuerdo: si conseguían romper el vínculo de obediencia que la unía con su amo, un poderoso vampiro que resultó ser el temible "Monje Loco" Rasputín (un ancestro de Rasputín VII Jr.), ella dejaría de acosar al joven, e incluso podría llegar a ayudarles.

Tras eso, Thomas se llevó al joven de nuevo al interior de la casa, teniendo una nueva charla con él, y con sus padres. Una vez más, el joven se mostró reacio a acceder a la petición (que se tornó durante la conversación en exigencia) de internarse en un monasterio de Les Soldats, en tanto que éstos le habían salvado la vida. Por suparte, Chuck se fue con Ivonne, y cuando él sacó el tema de "su propuesta", la vampiresa le miró con una sonrisa pícara, lo besó, y le dijo: "ya me has satisfecho bastante por hoy... tal vez mañana tenga más ganas", tras lo cual, se fue, dejando a Chuck estupefacto.

viernes, 6 de noviembre de 2009

El Agente: Archivo #014 - Reencuentro


-Así que habéis venido desde México, ¿no es así?
-Sí, nos conocimos en una ciudad que se llama Caborca, no muy lejos de la frontera. Allí es donde conseguimos la caja.
Gillian miró hacia el exterior, observando el campus. No había mucha gente, era temprano, y fin de semana. Supuso que las cosas nunca son como parecen, y que quizá no estuviese destinada a estar con Kevin, al fin y al cabo.
-Aún no puedo creer que todo esto esté pasando. La caja, una corporación que planea dominar el mundo, persecuciones, disparos, es... irreal -dijo, negando con la cabeza.
Helen miró a Gillian con frialdad, y adoptó un tono bastante grave.
-Pero tú lo viste. Viste al hombre de negro. Viste como sacó aquella extraña pistola. Intentó matar a Kevin. No podemos permitirlo. No quiero que le pase nada, y ahora estamos juntos en esto. Y tú también, siento que te haya implicado. No fue una buena idea.
Gillian negó de nuevo con la cabeza, y miró a Helen fijamente, a los ojos.
-Haría cualquier cosa por Kevin. Si está en peligro, prefiero estar cerca de él en estos momentos. No me importa si eso me pone en peligro a mí también. Me pregunto si estará bien...
Helen, se acercó, y tomó sus manos.
-Estará bien. Es más duro de lo que parece. Sobrevivió al desierto. Sobrevivirá a esto.
Ambas se miraron intensamente. Tras un momento de silencio, Gillian se abalanzó sobre Helen, y ambas se abrazaron, mientras ella rompía en un sordo llanto sobre el hombro de Helen. Pasaron unos instantes, hasta que Gillian se hubo recuperado, y se deshizo del abrazo. Helen puso su mano sobre el rostro de ella, acariciando sus cabellos pelirrojos, que le caían sobre el rostro y le secó las lágrimas con un pañuelo. Gillian la miró con ternura, y sonrió levemente, mientras susurró una palabra de cortesía. Helen sonrió, y pensó que era chica muy agradable. Un poco blanda, pero quizá en aquello residía su belleza. De nuevo, sus manos volvieron a juntarse, ahora, inadvertidamente, como si se buscaran, sin querer reconocerlo. Volvieron a mirarse, con dulzura...Y, justo en ese momento, sonó el teléfono.
Gillian se levantó, y contestó. Mantuvo una conversación monosilábica, sonrió ligeramente, mientras periódicamente volvía su mirada hacia Helen, que permancía sentada en el marco de la ventana, observando a Gillian, y luego colgó el teléfono. Ésta miró a Helen, y dijo:
-Es Kevin. Dice que está mejor, y que vayamos a verle. Quiere hablar con nosotras.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Secuaces, esos grandes olvidados.


Qué dura es la vida de un secuaz. Son trabajadores anónimos, que sacrifican sus vidas en favor de la causa de su jefe. A menudo, tienen que trabajar lejos de sus familias, en los laboratorios subterráneos del villano, o incluso en peligrosas misiones en el espacio exterior (como los siempre olvidados obreros de la Estrella de la Muerte, que E.P.D.). Sus jornadas son a menudo larguísimas, porque el villano siempre tiene poco tiempo para poner en marcha su plan, antes de que los buenos aparezcan para salvar el día. Además, son siempre los primeros en llevarse una buena tunda, y a menudo su jefe los deja tirados cuando llegan los buenos, mientras él se escapa, no pocas veces, activando antes el sistema de autodestrucción ¡qué desconsideración!
Pero hay varios tipos de secuaces, claro. No sólo están los simples matones y personal de servicio anónimo. A veces hay secuaces con nombre. Un nombre es algo así como un ascenso para un secuaz. Una vez que tienen nombre, adquieren un mayor estatus. Se convierten en una amenaza mayor para el mundo, y el bueno de la película a menudo lo pasa mal enfrentándose a ellos. Los secuaces con nombre son los hombres y mujeres de confianza del villano. No solemos verlo, pero seguro que al final de la jornada laboral, el secuaz con nombre es lo más parecido a un amigo que tiene el villano. A veces, incluso llegan a implicarse sentimentalmente con sus maestros. Entonces el secuaz se convierte en un enemigo atroz. Nada le impedirá sacrificarse por la causa del dueño de su corazón. El héroe se convierte, en ese momento, en villano, al aparecer en la vida de esa pareja perfecta, y desestabilizar la relación que tenían, para "convencer a la chica de que se una al bando de los buenos". Y si es un hombre, para que se de cuenta de que esa arpía lo ha manipulado, y dominado. Por supuesto, el varón no puede permitir tal cosa, y con arrojo se enfrentará a la malvada mujer. Decepcionante.
Algunas veces, el secuaz termina por convertirse en si mismo en villano. Es el axioma de las segundas partes. Si no huye el villano, es el secuaz el que vuelve buscando venganza, ahora con recursos propios para enfrentarse al héroe. Ésta es la apoteosis del secuaz. Una vez que el héroe lo derrote, nada quedará, salvo cenizas, para recordar su valor y tenacidad, en defensa de los valores y metas que él creyó correcto. ¿Quienes somos nosotros para juzgarlos?

martes, 3 de noviembre de 2009

El Agente: Archivo #013 - Let's get physical!



Kevin estaba en medio del parque. De pronto vio a Gillian acercándose. Sonriendo, insinuante. Estuvo a punto de decir algo, pero ella le puso la punta del dedo sobre sus labios, y lo tomó de la mano. Le llevó en silencio por sendas del bosque. Pasaron por al lado de un río, y el sonido arrullante de la corriente le relajó. Ella se afianzó junto a él, abrazándole. Dijo algo, pero no pudo entenderle.

Se sentaron en una zona de hoja seca. El tiempo parecía congelado, eterno. Se besaron apasionadamente, una otra, y otra vez. Ella se tumbó en el lecho de hojas secas, anhelante. Entonces él, comenzó a oír el sonido del viento que mecía las hojas, mientras la besaba. Notó como el viento pulsaba los árboles como si fuese una nota musical. Una vibración repentina le hizo caer en el vacío, aunque tal vez fuera el latido cada vez más fuerte de ambos... Y de pronto, ella habló, con el tono de voz firme y el acento germánico de Helen:
-Kevin, ¡despierta! ¡Estamos a punto de aterrizar en Memphis!
Abrió los ojos. Vio a Helen, que le sacó la lengua, y luego lo besó.
-Parecía que tenías un sueño interesante, por la cara que ponías.
-Y tanto. Malditos vuelos docturnos... -murmuró mientras se desperazaba como podía en el estrecho asiento.

sábado, 31 de octubre de 2009

Brujería en Varsovia - Desaparecido


Esa noche, los protagonistas se fueron a dormir, tras un fructífero día de investigación, con la sensación de haber cumplido. Sin embargo, por la noche, les despertaron unos rumores en el piso de abajo. Se encontraron al matrimonio que los acoge manteniendo una conversación en su idioma natal. Thomas, la última adición al grupo, percibió que estaban bastante preocupados, por lo que bajó con la intención de ayudarles. Éstos les transmitieron que el hijo mayor se estaba retrasando considerablemente, y que no lo daban localizado. Thomas se ofreció a ayudar, ya que estaba desvelado. Tras discutirlo con el resto del grupo, todos salieron en la búsqueda del chico.

Tras perguntar por la zona en la que se suele mover (una zona de marcha, de bastante nivel económico), realmente no averiguaron gran cosa, salvo que se marchó con una joven rubia, extraordinariamente atractiva, que solía aparecer por el local en el que preguntaron.

Ryan intentó localizarlo mediante diversas artimañas informáticas, aunque parece que quien se lo llevó era un experto, y se cuidó bien. Con todo, hurgando en el ordenador del joven Danko (ese es su nombre) descubrieron que parecía bastante cerca de descubrir la existencia de la organización conocida como EL Tinglado, además de otras diversas conspiraciones que existen en el mundo.

Finalmente, llegaron a la conclusión de que podía ser posible contactar con él a través de sus sueños, entrando en su Panorama onírico. Para ello, Rasputín VII y Chuck utilizaron sus respectivos poderes para trasladarse a otros planos de existencia. Tras un viaje no demasiado accidentado (aunque Chuck estuviera cerca de caer bajo el bombardeo de la aviación nazi, y Rasputín VII tuviera un encuentro con misteriosos hombres de negro), llegaron al Panorama del joven Danko. Éste, en estado casi catatónico, les dio algunas indicaciones para encontrarlo. A pesar de su intento de expulsarlos del Panorama, su quebrada voluntad no fue lo suficientemente fuerte.

Finalmente, Rasputín VII se trasladó a través de un portal a la localización donde estaba el joven. Por fortuna, llegó al lugar correcto. Allí, se encontró al joven encadenado, con muestras evidentes de haber sido maltratado físicamente. Tras salir de la habitación, se encontró muestras de un ritual en preparación (o en curso), con símbolos mágicos pintados en el suelo de la nave, en la que se encontraba el joven encerrado. Intentó arruinarlo, pero apareció una criatura, un cuervo de tres cabezas, que solicitó saber porqué había sido convocado. Tras mantener una conversación, Rasputín acabó por acceder a venderle su alma a la criatura, a cambio de información sobre la búsqueda que llevan en curso. Decisión correcta o no, el contrato quedó firmado con sangre, y la criatura se despidió con un graznido que bien parecía una carcajada...

Al cabo de un rato, los demás llegaron para ayudar, y aunque el joven Danko se llevó un buen susto cuando Chuck intentó liberarle de sus cadenas a base de disparos de escopeta, pero tras entender que eso era inútil, pronto llegó el padre del joven con unas cizallas, que usaron para sacarlo.

Sin embargo, aún quedan muchos interrogantes en el aire... ¿Quién es la enigmática joven rubia? ¿Quién secuestró a Danko? Y sobre todo, ¿qué tiene eso que ver con el ritual que estaban llevando a cabo? En la próxima sesión, quizá se resuelvan esos interrogantes...

jueves, 29 de octubre de 2009

El Agente: Archivo #012 - Seis meses antes


Kevin sacó de su bolsillo aquella foto. La había tomado con una vieja cámara, que le había regalado su abuelo. Seguramente, la misma cámara que había desvelado los secretos de la oscura Corporación para la que trabajaba. Recordaba exactamente el momento en que había tomado aquella foto. Fue una mañana, hacía seis meses. Gillian tomaba café, y observaba hacia la ventana, como caía la nieve sobre Vancouver. Se habían conocido en otoño, cuando coincidieron en la Universidad. Ella estaba en Vancouver por un beca de intercambio, concedida por el gobierno irlandés. Él estaba terminando sus estudios de ingeniería, preparando su proyecto, mientras cubría los créditos libres con asignaturas que despertaran su interés. Y escogió fotografía, que para ella era una asignatura obligatoria en su currículum de Bellas Artes.

Cuando se conocieron, ella permanecía extática, con esa media sonrisa. Tras tomar la foto, sonrió y se acercó a ella, diciendo:
-Creo que la titularé "Mona Lisa de perfil", salvo que tengas otro nombre.
Ella le miró, manteniendo aquella media sonrisa, y le dijo, con aquel pronunciado acento irlandés:
-Mi nombre es Gillian. Pero Mona Lisa está bien como alegoría. Es un honor compararme con semejante obra. -Sonrió ampliamente- Bueno, ¿y tú tienes nombre, o tendré que llamarte Da Vinci?

Lo siguiente fue un clásico romance universitario. El otoño caía sobre Vancouver como una losa gris, e impulsaba a almas solitarias como ellos a unirse en la intimidad del calor hogareño, ante una taza de café, y a compartir su soledad con historias de lugares lejanos y salvajes como las praderas de Irlanda y los rocosos acantilados de Terranova. Ambos pertenecían a mundos diferentes, pero, de alguna forma, estaban juntos antes de conocerse; sus destinos estaban entrelazados.

Sin embargo, el Tiempo, juez cruel a la par que impasible, determinó que la beca de Gillian hubiera de terminar, y tuviera que volver a su Irlanda natal. Intentaron mantener el contacto, pero poco tiempo después, Kevin encontró trabajo en Nueva York, y Gillian se trasladó a Memphis, aprovechando cierta situación familiar. Ambos emprendieron vidas nuevas, e incluso en la era de la información, los hilos del destino se fueron destejiendo, hasta que tan sólo quedó una fotografía, y un número de teléfono escrito en el dorso.

Pero, en dos días, volverían a verse. De pronto, recordó una frase que le había enseñado un viejo amigo, Paek Kwoon Suun, cuando le enseñó a jugar al Go, allí, en Vancouver. "No hagas triángulos vacíos. El triángulo es mala forma". Se preguntó si el Go tendría algo que ver con el amor, aunque esperaba que no. El Go se le daba fatal.

sábado, 24 de octubre de 2009

Brujería en Edimburgo - Misión en Varsovia



En la sesión anterior, los miembros del reparto se retiraron del escenario de la masacre. Mientras lo hacían, pasaron por al lado del improvisado depósito de cadáveres. Echando un ojo allí, Chuck se dio cuenta de algo inusual: la total ausencia de auras en su interior. Tras eso, se dirigieron de nuevo al Edificio 23, para reunirse con Thomson, y decidir el siguiente curso de acción.

Mientras tanto, James Herber se despertó, prisionero, en una habitación, encadenado, y obligado a soportar la temperatura infernal de unos focos que desprendían un intenso calor. De un interfono, sonó una voz. Tras una conversación, Herber tomó una decisión para salvar su vida: colaborar con aquellos que lo habían capturado.

En el Edificio 23, Thompson puso sobre la mesa que aunque el Grimorium Verum estuviera seguro, hay otras seis copias del mismo que circulan por el mundo. Conseguir esas copias es primordial para evitar que el ritual de invocación de Ctulhu se lleve a cabo. Por el momento, las pistas que tienen conducen a dos posibles destinos: por un lado, a Varsovia, donde Yosef Kobinski estudió dicho grimorio antes de ser confinado en Auschwitz, en 1943. Por otra parte, a Estambul, donde los "terroristas" a los que se enfrentaron disponían de contactos a los que informaron sobre dicho grimorio. Su tercera pista conduce, más que a un lugar, a una persona: un mago llamado Gustave Navarre, que fue quien tradujo el libro del original en griego de Alibeck el Egipcio. Además, Thompson les avisó de que ha descubierto que hay una conexión entre el experimento llevado a cabo en la Facultad de Física de la Universidad de Edimburgo, y otro llevado por el ejército norteamericano en Alaska, dentro del marco de un proyecto de investigación americano-canadiense conocido como "Proyecto HAARP".

Tras un rato de discusión, decidieron que el mejor curso de acción sería dirigirse a Varsovia. Una vez en la ciudad polaca, fueron acogidos por la familia Rybak, que mantienen la logia de Les Soldats en la ciudad. Una vez instalados, investigaron la actividad de Yosef Kobinski en dicha Universidad. Lograron averiguar que Kobinski trabajó en dos obras. En primer lugar, el llamado "Libro de la Misericordia", que nunca llegó a publicarse, al haberse perdido tras ser capturado Kobinski por miembros de la Gestapo alemana en 1943. Su otra obra, en la que trabajó mientras estaba en campo de concentración, se titulaba "El Libro del Tormento", y aunque no se conserva ninguna copia íntegra, se sabe de diversos fragmentos que están en posesión de diversas personas: uno de ellos se encuentra en el Museo del Holocausto Judío en Scranton, Pennsylvania, EE.UU. Otro de los fragmentos fue visto en Alemania, aunque está en paradero desconocido. Finalmente, una mujer, que responde al nombre de Ira Rosembaum, con residencia en Nueva York, aseguró en 1972 estar en posesión de otro fragmento.

Al día siguiente, los protagonistas visitaron la casa donde vivió Yosef Kobinski. Dicha casa estaba vigilada y protegida tanto mundana como mágicamente por un grupo de judíos ortodoxos (presumiblemente, cabalistas Rosacruces, Alianza a la que descubrieron que perteneció Kobinski). en dicha casa encontraron, discretamente ocultos en la biblioteca, diversos libros sobre teoría de la magia, aunque presentando una extraña mezcla con conocimientos de física teórica y matemáticas. Además, en una segunda visita, Chuck (el único al que le fue permitida la entrada), descubrió una nota bajo la cama en la que dormía Kobinski, que decía, en latín (de acuerdo con la traducción que ofreció Rasputín) "La misericordia de Salomón se halla bajo la fortuna de Saba".

Esto les llevó a investigar diversos aspectos de la vida de Salomón y de la Reina de Saba, que pudieran estar relacionadas con las obras de Kobinski, y con el Grimorium Verum. Plantearon la posibilidad de que "La fortuna de Saba" fuera un libro de la biblioteca de la residencia Kobinski. Ryan O'Dogherty, mucho más práctico, buscó por otra clase de cosas que pudieran responder a ese nombre, hallando que un barco con ese nombre zarpó de Gdánsk (una localidad costera al norte de Varsovia) en octubre de 1938. Uno de los pasajeros de dicho barco fue Ira Rosembaum.

En ese punto se quedaron algo estancados. Realizaron algunas llamadas a algunos contactos, para conseguir más información, logrando averiguar entre otras cosas, que Yosef Kobinski fue miembro del Colegio Parmenidenano de los Rosacruces, y que Gustave Navarre tuvo siete discipulos, uno de los cuales fue Eleazar Zaks, el maestro de Yosef Kobinski. Además, Ryan logró el nombre de un par de magos Solitarios que estarían dispuestos a colaborar con ellos, aunque seguramente por un precio: Henry Lancaster (un mago con residencia en Oxford) y Sebastianne Lafleur (un mago francés, sin residencia fija, aunque suele ser visto en diversos lugares de Europa).

sábado, 17 de octubre de 2009

Brujería en Edimburgo: Misión sagrada


Tras el fin de año, y unos días de descanso e inactividad, en los que los personajes aprovecharon para hablar con sus contactos, y hacer vida normal (¡por fin!), el rabino Aharon Handalman llegó a la ciudad, portando consigo un extraño y apocalíptico mensaje. Tras analizar diversas series de la Torah, llegó a la conclusión de que en Edimburgo estaba a punto de producirse un experimento que podía suponer el inicio del Armaggedon. Y correspondía a los jugadores (y más en concreto a Chuck Bartowski) la misión de evitarlo. De esta forma, Chuck reunió a James Herber, Marcus Biggings, Ryan O'Dogherty, y Rasputín VII, junto con el rabino, para llevar a cabo lo necesario para la misión.

Tras hacer algunas averiguaciones, supieron que el experimento iba a ser llevado a cabo por la Dra. Jill Talcott, del departamendo de Mecánica de Campos de la Facultad de Física de la Universidad de Edimburgo. Por esta razón, fueron a buscarla al laboratorio, aunque no la encontraron allí. En su lugar se encontraron con su ayudante, al cual noquearon e inmobilizaron, tras conseguir de éste la dirección del domicilio de la doctora, al cual fueron a buscarla todos menos Herber, que se quedó vigilando al sujeto en el laboratorio.

Así, cuando llegaron al apartamento de la Dra. Talcott, se encontraron con que ésta estaba siendo retenida y torturada por un individuo. Cuando entraron (tras romper la puerta a patadas), se encontraron con que el sujeto era un individuo momificado, un cadáver andante. Se enfrentaron a él Rasputín VII y Chuck, mientras que Ryan se encargaba de la Dra. Talcott... intentándola tirar por la ventana. Cuando falló en el intento, acabó por romperle el cuello. En ese momento, la "momia" decidió que era un buen momento para irse, desapareciendo entre la niebla oscura que había aparecido en el apartamento justo antes.

Mientras tanto, en la facultad, dos individuos entraron en el laboratorio: la invocadora tatuada con la que ya se habían enfrentado, y el individuo eslavo que había huido del piso franco de sus enemigos muyaihiddines. Cuando Herber disparó al eslavo, un escudo detuvo la bala que iba dirigida a su cabeza. A continuación, la mujer provocó que todos los objetos metálicos de la habitación, incluyendo muebles diversos, se "cayeran" encima del Atlante, sepultándolo. El eslavo, a continuación, prendió fuego a la pila de muebles, papeles y escombros. Herber, en un último estertor, sacó una granada que había robado a uno de los muyahiddines, y se la tiró a sus dos oponentes. Entonces, además de la explosión de la propia granada, una reacción en cadena provocó que todo el laboratorio explotó en una gigantesca llamarada de plasma. Herber logró salir de la pila de escombros, pero la situación se hizo muy confusa a continuación. Hombres vestidos con trajes NBQ, a los que disparó, luego un grupo de soldados que lo redjeron... y luego el vacío de la insconciencia.

En ese momento, los otros llamaron a Thomson, quien les indicó que algo estaba pasando el la Universidad, y que se dirigieran a investigar inmediatamente. Cuando llegaron allí, se encontraron un amplio dispositivo del ejército desplegándose, y controlando la situación. Chuck, utilizando sus credenciales de Scotland Yard, pidió acceso al interior, que le fue denegado. Pidió hablar con el comandante, un hombre rubio, de entre treinta y cinco y cuarenta años, moreno, y de ojos claros, con pelo muy corto, ratificó lo que les había dicho el soldado. Con todo, le llegó a conceder el acceso, tras dar unos argumentos convincentes. Chuck no consiguió lencontrar a Herber. Entonces se pusieron en contacto de nuevo con Thomson, transmitiéndole su preocupación, además del hecho de que Ryan se percató que el individuo estaba intentando ocultar su acento. El supervisor, extrañado, les pidió que grabaran la voz del comandante. Tras hacerlo, y enviársela, Thomson les indicó que se trataba de Calder Farris, y que abandonaran la zona cuanto antes. A la pregunta de Chuck sobre si debían abandonar a James Herber, Thomson le contestó "James Herber es sólo un mercenario. No hay razón para poner las vidas de dos agentes en peligro por alguien así".

lunes, 12 de octubre de 2009

El Agente: Archivo #011 - Retrospectiva



-No acabo de entender cómo ésto puede ser utilizado para dominar el mundo, Kevin.
-Tal vez si no hubieses cogido al azar la primera cosa que había en la caja, podríamos encontrarle un sentido...
-De alguna manera tenemos que empezar el puzzle, ¿no crees? Aquí hay muchas cosas: planos, fotografías, cartas... Pero sólo una cinta de vídeo. Tiene que ser importante.
-Supongamos que tienes razón. Es importante. Tenemos un individuo tocando el piano, acompañando a un sujeto que toca un extraño instrumento... sin tocarlo físicamente. Supongo que manejar un objeto sin tocarlo puede ser usado como un arma. Algo que Ellos podrían aprovechar.
-Deberíamos averiguar algo sobre ese instrumento.
-Creo que conozco a la persona adecuada para ayudarnos. Déjame hacer una llamada...

Kevin colgó el teléfono.
-Deberíamos reservar los billetes para Memphis, y ponernos en marcha enseguida.
-Estoy de acuerdo. Sin embargo, Kevin, hay algo que tenemos que hablar... No podemos hacer esto sólos. Necesitamos un apoyo. Ellos no tardarán en saber que tienes la caja. Se volverán contra nosotros. Necesitamos una... red de seguridad.
-Y tú tienes un plan, ¿verdad?
-Conozco algunas personas que nos podrían ayudar. ¿Tú eres canadiense, verdad?
-No entiendo qué tiene que ver eso con... ¿no serás del MI-5, verdad? Me parece Kevin que te has lucido -dijo frunciendo el ceño y bajando la mirada.
-No, yo soy una... freelance. Pero conozco gente. Antiguos clientes.
-Vale, lo dejo en tus manos -dijo Kevin alzando ambas manos, y encogiéndose de hombros.

Kevin paso el resto de la mañana comprando los billetes para Memphis. Tendrían que hacer escala, pero se dio por satisfecho por haber encontrado plaza para algún vuelo para el día siguiente. Después, aprovechó el tiempo que le quedaba para dar una vuelta por la ciudad, mientras Helen terminaba sus "gestiones". En ese tiempo, comenzó a pensar en el pasado, en el tiempo que pasó con Gillian...

sábado, 10 de octubre de 2009

Brujería en Edimburgo - El fin de una era

En la última sesión, nuestro héroes habían quedado en una situación difícil. Ante una puerta que se abría, una granada rodaba hacia ellos. Con un movimiento rápido, James devolvió la granada a su atacante, justo después de que Chuck Bartowski le disparara al enemigo en el pecho. Tras eso, entraron en el apartamento. El primero en encontrar resistencia fue James, que se encontró a otros dos terroristas apostados en el salón. Aunque James logró dejar a uno de ellos KO, el otro logró lanzar una granada, dejándolo inconsciente (suerte para él ser un Inmortal...) A continuación, en esa habitación se asomó Ulysses, encontrándose en una difícil situación cuando, de otra habitación, llegó un tercer terrorista. Entre ambos, lo acribillaron a balazos. Pese a todo, aún no estaba muerto.
Mientras tanto, el líder de los terroristas (un sujeto de aspecto eslavo) intentó hacerles una emboscada, saltando de un blacón a otro, y liquidando al matrimonio que vivía en el piso de al lado, para salir por la puerta del pasillo. No contaba con que Peter Bloch se encontrara en el camino. Dado que éste iba armado, aprovechó un momento de indecisión de éste para intentar liquidarlo con un rayo de energía oscura, que surgió de la palma de su mano. Tras eso, y notando que llegaban refuerzos (Marcus Biggings y Richard, su "asistente"), dedidió que era mejor huir. Richard curó a Peter y a Chuck (que también había quedado inconsciente, cuando se arrojó contra él el último enemigo, con una granada en la mano, mientras gritaba en árabe - suerte que Chuck tenía convocado un Escudo mágico que le protegió de la mayor parte del daño).
Abajo, el individuo se encontró con Rasputín, con el cual estuvo a punto de tener un combate, si no fuera porque éste utilizó una invocación para huir a otra dimensión... con extrañas consecuencias.
Tras eso, James se levantó de nuevo, recuperado de sus heridas, junto con aquellos que Marcus y Richard consiguieron salvar. Rebuscaron por el apartamento en busca de información, y, obteniendo varias carpetas con informes, planos y fotografías, huyeron.

Esa noche, find e año de 2008, se produjo la ceremonia de iniciación en los Rosacruces de Marcus, Peter, y Rasputín. Un merecido premio a sus hazañas, sin duda. La ceremonia transcurrió sin incidentes, en parte gracias a que Peter utilizó sus poderes para leer la mente de Marcus, y responder al protocolo de la misma.

Por su parte, James, tuvo un encuentro un tanto extraño, con un individuo que se hacía llamar El Hombre sin Sombra. Este individuo, capaz de comunicarse mentalmente con él, se apareció de la nada delante de él, cuando mencionó la posibilidad de verse. O al menos, eso es lo que James creyó ver, porque, al cabo de unos instantes, tras intentar someter mentalmente al Inmortal, desapareció de nuevo. De la conversación que mantuvieron, James supo que ese individuo está interesado en ellos, por alguna razón. Y que le pidió ayuda, aunque ¿están dispuestos a colaborar con ese extraño misterioso? James, al menos, no lo estaba.

Tras la ceremonia, Marcus y Penny (una amiga de éste), se marcharon juntos, discretamente, en busca de cierta intimidad. Mientras paseaban por al lado del mar, se encontraron con que alguiense estaba ahogando. Cuando pretendieron hacer algo, unas manos de proporciones inhumanas se llevaron a la pobre víctima mar adentro. No fue posible salvarla. TSin embarog, Marcus logró averiguar, utilizando sus poderes, que la criatura parecía haber sido convocada, pero si la ataba algúnn lazo, éste estaba roto. Tras eso, volvieron a la Capilla de los Rosacruces, donde Penny pidió al guitarrista que actuaba durante el banquete posterior a la ceremonia de iniciación (y que se desarrollaba en esos momentos), que se comunicara con su "aquelarre", para comunicarle lo sucedido. De mala gana, el individuo, que se presentó como Ryan O'Dagheurty, aceptó.

De esa forma, para nuestros héroes, terminaba 2008. Una era llegaba a su fin. ¿Qué nuevas aventuras vivirán a continuación en el año que comienza? Sólo el tiempo lo dirá...

miércoles, 7 de octubre de 2009

El Agente: Archivo #010 - Cambio de perspectiva



Gillian se despertó aquella mañana con pocas ganas de estudiar. Y mucho menos de trabajar. Se preparó un café, y, de mala gana, se dirigió hacia la Universidad. Una vez allí se dirigió al viejo edificio donde se encontraba la Facultad de Comunicación y Bellas Artes, en la cual estudiaba, y también trabajaba. En fin, aquél lugar se había convertido en su hogar, más que el apartamento que tenía alquilado en la ciudad. Su trabajo, bastante monótono, consistía en mantener el archivo de la Facultad, lo cual implicaba manejar toda clase de documentación y cachivaches extraños. Lo último le parecía interesante, e investigar aquellos artilugios hacía que mereciera la pena pasar horas encerrada en un sótano.
El mayor problema de trabajar en el sótano, es que su teléfono móvil no tenía cobertura, con lo que a menudo perdía las llamadas que le hacían. Por lo tanto, antes de salir de casa, siempre desviaba su teléfono móvil al teléfono de casa, que tenía conectado uno de aquellos antiguos contestadores de cassette. Hoy en día era un poco difícil encontrar los cassettes, pero tampoco quería deshacerse de aquella reliquia del pasado, como tantas otras que poblaban su casa, como un tocadiscos, en el que solía poner vinilos de Elvis que su madre le había regalado (entre otros, que ella había adquirido), o un viejo Mac de los años 90.
Cuando volvió ese día de la Facultad, se encontró un extraño mensaje en su contestador:
"Hola, Gillian. No sé si te acordarás de mí. Soy Kevin. Nos conocimos en un curso que hicimos juntos en Nueva York, hace un par de años. ¿Tú estudiabas historia del arte, verdad? Necesito tu consejo sobre una cinta de vídeo... muy extraña. Por favor, contesta a mi llamada, ¿de acuerdo? Es importante".
Gillian buscó en su agenda, curiosa, y encontró el número de ese tal Kevin. Marcó el número... esperó... un tono... dos tonos... y entonces, un joven se puso al teléfono.
-¿Hola? ¿Quién es?
-Hola, Kevin, soy Gillian. Te llamaba por el mensaje que me dejaste.
-¡Ah, sí! ¿Tú vives en Memphis, verdad? ¿Crees que podríamos vernos un día de estos?
-Sí, claro. Pasado mañana estaré libre a partir de las 12:00.
-Bien, un momento.
Kevin puso la mano sobre el micrófono, y se giró hacia Helen.
-¿Crees que podremos llegar desde aquí hasta Memphis en dos días?
-Sí, claro. En avión, eso sí.
-Bueno, no creo que eso suponga un problema.
Se puso de nuevo al teléfono.
-¿Hola? ¿Gillian? ¿Podrías pasar a recogerme al aeropuerto, a eso de las.. 12:30?
-Hmmm... supongo que no hay inconveniente. Nos vemos entonces.
-Hasta luego, y gracias.
-De nada, yo también tengo ganas de verte. Hasta dentro de dos días.
Gillian colgó el teléfono. Nunca creyó que volviese a ver a Kevin alguna vez. Pero, mira tú por donde, el destino a veces llama a tu puerta dos veces.

sábado, 3 de octubre de 2009

Brujería en Edimburgo - Cortando el Nudo Gordiano

Ayer la sesión de Witchcraft fue corta, pero no por ello menos provechosa. Rasputín fue dejado inconsciente por el rival al que se estaba enfrentando, pero se encontró con Marcus y Chuck fuera, esperándole. Al contrario que sus compañeros, fue lo suficientemente listo como para rendirse.

Tras eso, la caballería llegó, y los sacaron de allí. Un grupo de agentes les entregó un maletín con recubrimiento de plomo para que guardaran el libro, con lo que se percataron la forma en que los estaban detectando: detectores Geiger de radiación.

Una vez en el "Edificio 23", la sede operativa de Les Soldats, procedieron a examinar a sus enemigos, hallando que todos ellos estaban tatuados de la misma forma. Marcus, por medio de su contacto en la organización llamada "Los Centinelas" (un grupo de pacificadores y cazadores de brujas cristianos), pudo averiguar, posteriormente, que el símbolo es similar al utilizado por la secta Ultima Thule, conocida también como "la Doctrina Secreta", o "la Última Doctrina" del partido nazi. Sin embargo, el hecho de que sus enemigos fueran mayoritariamente de origen magrebí (con la excepción de Jacques Bennoit, el líder de la célula, y de otro de sus miembros), todavía permanece como un factor de confusión. El contacto de Marcus, Carter Williams, apuntó que tal vez algunos yihadistas musulmanes se hayan vinculado con grupos antisemitas europeos, en su odio común hacia el estado de Israel. Interrogando a Mahmud, el terrorista que se entregó, averiguaron que trabajaba (junto con sus compañeros) para una organización llamada Alamut, que Marcus identificó como perteneciente al Adversario.

Además, Chuck, utilizando sus poderes de nigromancia (que dieron un buen susto a Marcus, Peter y James), consiguió averiguar algunas cosas más, en concreto la dirección de un piso franco utilizado por los "terroristas", así como la identidad de la persona que los contrató: un americano llamado Calder Farris, el cual solía contactar con Jacques Bennoit en un restaurante libanés, y que fue localizado por James en el consulado americano de Edimburgo. Calder Farris los habría contratado para conseguir el libro.

Finalmente, se armaron, y procedieron a intentar asaltar el piso franco de los terroristas de Alamut. Una vez que llamaron al timbre, la puerta se abrió, y de ella salió, rodando, una granada de fragmentación... ¿Qué será de nuestros protagonistas? La próxima semana sabremos más.

martes, 29 de septiembre de 2009

El Agente: Archivo #009 - Lost in her eyes


Kevin guardó la carta en el sobre, y el sobre en la caja. Una vez que la cerró, vio a Helen, observándolo, apoyada en una pared, aprovechando la sombra que arrojaba un alero de la nave abandonada. Sonreía ligeramente, como con una picarona curiosidad, casi como si pudiera leerle la mente, y le pareciera tremendamente divertido. Kevin dejó la caja sobre el coche, y se acercó a ella.
-Aún tengo que darte las gracias. Si no fuese por tí, no habría podido conseguirlo.
Helen sonrió un poco más, y siguió observándolo, divertida.
>>De hecho, creo que te mereces un agradecimiento en toda regla.
Kevin la tomó entre sus brazos, y ambos se besaron apasionadamente. Al mismo ritmo que perdió la cuenta de los besos y caricias que siguieron, perdió la cuenta del tiempo que pasaba. Así que, cuanto todo terminó, se encontró a sí mismo abrazado a ella, sentados a la sombra del edificio, que se había alargado ya varios metros, y comenzaba a fundirse con los claroscuros de los últimos momentos del día.
Durante un rato, ninguno de los dos dijo nada. Kevin pensaba en qué clase de fuerza hacía que se sintiera atraído, y a la vez manejado como una marioneta por aquella mujer. Helen, por su parte, pensaba en que pronto tendrían que separarse, y que probablemente nunca volvería a verlo. Y odiaba eso. Sin embargo, algo más fuerte que ella la impulsó a hablar.
-Entonces, no me vas a decir lo que hay en la caja, ¿verdad?
Sólo en ese momento, Kevin pensó en lo solo que estaba ante la tarea que se le presentaba ante él. Una pesada carga, que podía compartir. Que quería compartir. Sin embargo, no sabía si Helen sería la persona más adecuada. Al fin y al cabo, no pertenecía a la Corporación. Pero una voz interior contradijo su propio argumento: eso la hacía la candidata perfecta. Sin lazos que la ataran, podía desligarse de él, y desaparecer, si las cosas se ponían complicadas. Y mientras tanto, su apoyo podía ser muy valioso.
-Helen, puedo decirte lo que hay en la caja, pero tendrás que prometerme algo. Necesito saber si puedo confiar en tí. No sólo porque el contenido tenga cierto carácter personal, sino porque no quiero ponerte en peligro.
Ella asintió con severidad. Lo miró directamente, y dijo:
-Puedes confiar en mí.
Kevin sostuvo su mirada. Y se perdió en ella. Cuando volvió, le enseñó la carta.

viernes, 25 de septiembre de 2009

E-ternidad


Un artículo que leí hoy en http://www.alt1040.com/ me ha llevado a plantearme algunas preguntas. Según este artículo, que hace referencia a otro publicado en la revista The Sun, por Ray Kurzweil, en 20 años los humanos podríamos ser, gracias a la cibernética y la nanotecnología, inmortales (clínicamente hablando, claro). Es decir, que tendríamos una vida que se podría prolongar indefinidamente, gracias a la sustitución de órganos por componentes cibernéticos mucho más eficientes, y lo que es más importante, reemplazables.
Esto plantea toda clase de incógnitas. En primer lugar, no creo que esta tecnología vaya a estar disponible de forma gratuita para todo el mundo, con lo cual, la primera pregunta es ¿creará esta tecnología una nueva división de clases, entre una elite cyborg y los humanos "analógicos", que no pueden costearse las modificaciones?¿O lo costeará la Seguridad Social?
Por otro lado, está el crecimiento de la población. Estamos en un mundo crecientemente superpoblado, lo cual significa que cualquier avance que conduzca hacia la inmortalidad clínica provocará un mayor desequilibrio demográfico. Y no sólo eso, también perjudicará a la economía, ya que los capitales no pasarán de padres a hijos, si los padres se convierten en cyborgs con capacidad para vivir eternamente. Los hijos de los cyborgs tendrán mayores dificultades para independizarse, lo cual supongo que a la larga aliviará algo la carga demográfica, ya que habrá menos familias, y menos nacimientos. Pero también plantea otra incógnita: ¿los cyborg se jubilarán a los 65 años, o trabajarán eternamente, dado su rendimiento superior?
Es cierto que, gracias a la longevidad de los cyborgs, la exploración del espacio será mucho más sencilla. Astronautas cyborg podrán viajar durante siglos en busca de nuevos mundos habitables. Lo difícil será transportar a los humanos "analógicos" a ellos. Ahora que se ha descubierto agua en Marte y en la Luna, se abren las puertas para la colonización de esos mundos, pero no será nada fácil, en cualquier caso.
A medida que la frontera entre hombre y máquina se estreche, surgirán nuevos problemas, como la definición de la vida, o virus informáticos que se contagian a humanos, causando epidemias electrónicas. Quizá (mejo dicho, con toda probabilidad) aparezcan grupos "naturalistas" que defiendan la santidad del cuerpo humano, y recurran a tácticas terroristas para sabotear los avances en cibernética. Cuando la tecnología cibernética llegue al mundo criminal (y algún día lo hará), aparecerán nuevas formas de crimen: cerebros pirateados, tráficos de órganos cibernéticos, clínicas de implantes ilegales... que la las fuerzas del orden tendrán que combatir también con nuevas armas y tácticas.
Hablando de religión, éstas tendrán mucho que decir. La mayor parte de las religiones dan una respuesta a lo que hay más allá de la muerte, con una promesa de redención para aquellos que han sido buenos creyentes en esta vida. Pero, ¿qué pasa con los que renuncian a esa promesa?¿Puede una familia disponer de la vida de una persona, si hay un tratamiento cibernético que puede salvarla? El derecho a morir será uno de los grandes dilemas éticos de la sociedad cibernética.
En definitiva, es una espiral que conduce a un mundo incierto, no necesariamente tan brillante y magnífico como el Sr. Kurzweil nos lo pinta. La pregunta fundamental que debemos plantearnos es: ¿de veras queremos ser inmortales? Tal como dijo Víctor Hugo (y ya he mencionado esta frase antes) "Atreverse es progresar". Por difícil que parezca el reto, ¿merece la pena intentarlo? Yo creo que sí.