miércoles, 22 de mayo de 2013

El Jefe



Ayer, mientras dedicaba un rato a ver algo de televisión, me tropecé con un programa que me llamó poderosamente la atención. No fue precisamente por algo bueno, sino por lo contrario. Dentro de la mucha telebasura que se emite, este programa tiene el dudoso honor de ser una infame obra de maléfica propaganda neoliberal.

Este programa se llama El Jefe y se emite en el canal Xplora (del grupo A3TV). Se trata de un "reality show" en el cual un alto directivo de una compañía se infiltra como empleado de base y debe trabajar en la misma para detectar cuáles son los problemas a los que se enfrentan los trabajadores, sensibilizarse con los mismos y poder encontrarles una solución. Al final del programa, el directivo se muestra con su identidad real y tiene una serie de careos con sus "ex-compañeros" para comunicarles sus impresiones y mostrarles cómo va a arreglar los problemas personales y colectivos que tienen en su trabajo.

Tal y como lo explico, el programa parece una estupenda forma de defender los derechos de los trabajadores, ¿no? Para nada. Me explico.

Lo primero que me ha llamado la atención al ver el programa y que me parece muy sospechoso es que todos los trabajadores que aparecen han sido víctimas de vidas atormentadas y llenas de desgracia: desde el camarero homosexual y afroamericano que fue mendigo tras haber sido expulsado de casa por su condición sexual, a la tendera epiléptica que no puede costearse un tratamiento, pasando por el anciano que perdió su casa y todo lo que tenía a causa de un huracán y hubo de ponerse a trabajar viviendo como autoestopista entre tanto. Todos ellos podrían ser personajes de una novela de Camilo José Cela, si  todavía estuviera entre nosotros.

Otro aspecto que me ha sorprendido negativamente es que las desgracias de esta gente no tendrían por qué ser solucionadas por una empresa, sino que deberían ser responsabilidad del Estado si existiese alguna clase de Estado de bienestar. Si en EEUU existiese sanidad pública, una política de integración de los colectivos en peligro de caer en la pobreza y en definitiva, una red de seguridad que impida que al menor revés la población se caiga por el barranco (en sentido figurado), esta gente no necesitaría ayuda alguna. Quizá si puede concederse algún mérito al programa, sea mostrar esta realidad.

Finalmente, el aspecto más nefasto del programa es que todos los problemas de esta gente son solucionados con dinero. El directivo usa sus contactos y con un pase mágico de talonario encuentra arreglo a todo a base de soltar algunos miles de dólares. Especialmente sangrante me pareció el caso de la chica epiléptica, porque le dan veinte mil dólares para tratarse, pero ¿qué va hacer cuando se le acabe el dinero? ¿Por qué no incluyen su enfermedad en el seguro médico de la empresa? La respuesta es que seguramente ese seguro médico no existe y si es así, el cretino del director de la empresa que fue al programa no tiene la más mínima intención de mejorar las condiciones de sus trabajadores. Su única intención es la de quedar bien ante las cámaras con su generosa limosna.

Mi conclusión es que este programa es pura propaganda del neoliberalismo, que pretende ensalzar la imagen de empresas que explotan a sus trabajadores mediante u a bonita y tierna campaña de imagen que haga creer a los televidentes que todo problema tiene solución si uno lucha en conseguir la atención de los oligarcas para que altruistamente donen su dinero. Constituye una defensa a ultranza de uno de los pilares de la ideología neoliberal, el pensamiento positivo. En el futuro dedicaré una entrada para hablar en profundidad del mismo, con ocasión de la reseña del libro Sonríe o muere.

martes, 14 de mayo de 2013

Mitos del teatro económico II: el estallido social

En los últimos días es muy frecuente que me encuentre tanto en los medios como en mi vida personal a gente que se pregunta por qué no hay un estallido social en España o si vamos hacia un estallido social. Si uno atiende a la calle, verá que no faltan multitud de manifestaciones, escraches, movimientos de protesta, etc. ¿Es eso síntoma de algo? En esta entrada pretendo resolver esa cuestión.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que al hablar de la implantación de la doctrina de shock en un país como ocurre actualmente en España, es que estos movimientos de protesta están totalmente contemplados dentro de la estrategia a seguir. Otro factor muy importante a tener en cuenta es la naturaleza de estos movimientos. Si tomamos España como ejemplo, los principales movimientos sociales de protesta son en estos momentos la PAH y el 15-M. Ambos tienen una naturaleza eminentemente conservadora. Ambos buscan mantener el statu quo perdido por la ciudadanía con la depresión económica, aunque con sutiles diferencias. Probablemente sea la PAH el más conservador de ambos, al aglutinarse bajo la defensa de un derecho de naturaleza conservadora: el derecho de propiedad. El 15-M aglutina un grupo de ideologías mucho más diverso. A pesar de que defienda una "revolución global", su reivindicación más importante es la de proceder a un nuevo proceso constituyente que consolide los derechos individuales de la ciudadanía.

Estos movimientos en sí mismos no tienen la capacidad de influir institucionalmente más allá de hacer concesiones del tipo panem et circenses. Puede retrasar un poco la implantación del shock económico, pero no detenerlo. La razón de ello es que para detener una estrategia de "revolución desde arriba", utilizando la expresión acuñada por Antonio Maura en su "gobierno largo", es necesario contar con una influencia institucional que estos movimientos no tienen. Estos movimientos están formados por outsiders tal y como Keynes acuñó la expresión. La idea (para resumir) es que determinadas personas están privilegiadas sobre otras en el mercado laboral. En España, esto se manifiesta en la fuerte dualidad del mercado laboral.

Basándonos en estos criterios, no existirá un estallido social en España mientras persista esta dualidad porque dicho estallido va a estar siempre sometido a boicot por la parte "estable" del mercado laboral. Esa parte de la sociedad, que contempla la política con abulia, pero que regularmente vota a los dos principales partidos (porque estos consolidan sus privilegios aumentando la dualidad del mercado) es la que no se moviliza. Ese sector deslegitima cualquier intento de estallido social, porque no sólo no lo apoya, sino que actúa activamente en contra del mismo defendiendo en las urnas el statu quo bipartidista. 

Eppuor si muove
"Y sin embargo se mueve". Algo parece que ocurre cuando las últimas encuestas electorales parecen fracturar el establishment bipartidista al menos en Madrid (y es una buena estimación de lo que puede ocurrir en el resto de España). En realidad, esto también es parte de la estrategia de shock. Ya hemos visto lo que ocurre en otros países de Europa cuando las fuerzas políticas se debilitan al extremo: surgen los tecnócratas y los gobiernos títeres. Es un buen ejercicio de política-ficción pensar qué podría pasar en España si en unas elecciones generales obtuviéramos unos resultados parecidos a los que refleja esa encuesta, pero la historia ya nos cuenta qué es lo que ha pasado la última vez que un partido comunista ganó unas elecciones generales. Sinceramente confío en que no se vuelva a repetir.

viernes, 10 de mayo de 2013

Transmisión de riesgos y desempleo: arrojando a los parados por el barranco




Desde este blog ya nos hemos pronunciado en contra de la reforma laboral desde el principio de su gestación, anunciando que sería una catástrofe absoluta. Entonces anuncié qué es lo que pasaría. Sin ánimo de incidir en la herida de seis millones de personas en España: os lo avisé. Ha ocurrido tal y como predije que ocurriría. No obstante, ese no es el motivo de esta entrada. La razón es que a pesar de que el Gobierno insiste en que la reforma es un triunfo (en un ejercicio complicado de esquizofrenia colectiva), lo cierto es que ya ha puesto en marcha una estrategia que pretende "solucionar" el problema del desempleo en España. Se trata de aprobar una "Ley de Emprendedores", que ayude a los parados a emprender inciativas empresariales. En el saco incluye a autónomos y pymes, para mejorar la plana.

¿Por qué es una idea pésima?
Para contestar a esta pregunta, primero tengo que hablar sobre algo más básico: la teoría de los riesgos. De acuerdo con postulados básicos de la economía, el riesgo se traduce siempre en un mayor beneficio si el negocio o actividad tiene éxito. Sin embargo, la clave está en ese "si" condicional. Para que una actividad empresarial tenga éxito necesita buenas dosis de suerte, asesoramiento, tiempo y sobre todo, una importante solvencia económica que permita mantener meses o quizá más de un año de pérdidas sostenidas.

Volviendo a la pregunta, es una idea pésima incentivar que los parados dediquen sus pocos ahorros (o peor, su prestación de desempleo) en emprender actividades económicas seguramente destinadas al fracaso. Esto genera una actividad económica falsa, que maquilla las estadísticas reduciendo el paro y aumentando el número de emprendedores que cuales lemmings en época otoñal se dirigen de cabeza a un barranco en el fondo del cual hay un banco esperando devorar su dinero. El Gobierno sale ganando, los bancos salen ganando y millones de españoles quedarán en la ruina más absoluta. Un plan perfecto.

viernes, 3 de mayo de 2013

Bailando con números



Hoy el Gobierno hizo un curioso anuncio triunfalista de esos que pretenden "transmitir confianza", pero que resultan tan burdos que resultan como poco difíciles de creer: el descenso de la tasa de pobreza en España. ¡Milagro, estamos saliendo del hoyo! ¡Viva, ahora por fin hay dinero y prosperidad para todos!
Por supuesto, es mentira, producto de una hábil manipulación. A Javier Panadero, en el blog Naukas, le produce esto una manipulación denigrante que atribuye a una mezcla de ignornacia y maldad pero cuyo producto es insultante. Tiene razón, pero lo que yo quiero analizar aquí es cómo se llega a esta milagrosa cifra. Cuál es la fórmula mágica que hace desaparecer a los pobres.

No es que haya menos pobres (cuantitativamente). El asunto es que hay menos gente (la población ha bajado en España por primera vez desde 1996). La mayor parte de los que se han marchado son extranjeros que han retornado a su país, o españoles que, de no irse podrían haber entrado en el umbral de la pobreza. Por tanto, se produce un efecto de bipolarización: "los que se quedan" son menos pobres porque los que podrían convertirse en pobres se están yendo.
Por otra parte, también está la manipulación perversa del concepto de "pobre". ¿Qué es "ser pobre"? Bien, en primer lugar, el INE sólo incluye a personas entre 25 y 59 años porque, como todo el mundo sabe, no hay ni jóvenes ni ancianos pobres...
En segundo lugar, la pobreza se tiene en cuenta en relación a la renta mediana de la población. Si "todo el mundo" es más pobre... Los pobres son "menos pobres" en relación con el resto de la sociedad. Y por tanto, personas que viven en condiciones marginales, por arte de magia estadística dejan de ser pobres.
En tercer lugar, se considera "en situación de desahogo" a quienes tienen un 140% de la renta mediana. Si la renta mediana se sitúa cerca del salario mínimo... Se considera a mucha más gente "fuera de riesgo pobreza" a pesar de que sus rentas no permitan una vida digna. 

La conclusión es que este anuncio no resulta en absoluto sorprendente. Se debe a combinación de factores que se pueden resumir en que en España hay menos pobres porque todos los habitantes son más pobres de forma que ponga estadísticamente fuera de la pobreza a personas que realmente subsisten en condiciones de exclusión social.