viernes, 31 de agosto de 2012

Por un puñado de euros

Mañana día 1 entra en vigor la reforma sanitaria, y eso ha encendido toda clase de interruptores en el país. Todos sabíamos que se producirían recortes con este Gobierno. No obstante, creo que nadie se imaginaba hasta qué punto estaban dispuestos a llegar. La reforma sanitaria trajo toda clase de reacciones, que se pondrán a prueba mañana. Y algunas de ellas son de rebelión abierta, y no por parte de quienes creeríamos más probable. En total, ocho gobiernos autonómicos han decidido que incumplirán dicha ley. Sólo uno de ellos, el vasco, ha recurrido la misma ante el Tribunal Constitucional. Para mi sorpresa, entre ellos se encuentran tres adalides del recorte: los gobiernos catalán, gallego y castellano-manchego. Algo que celebro, aunque con desconfianza. La pregunta es: ¿por qué?

Deberíamos examinar cada caso por separado. En el caso vasco, hay una estrategia clara que busca obtener un apoyo popular y como resultado renovar o ampliar la mayoría que le ha dado el gobierno al primer Lehendakari no-vascoparlante. Patxi López dijo que no aceptaba la ley, que la recurriría en el Constitucional como efectivamente hizo, y que la desafiaría. Y luego convocó elecciones, a celebrar mes y medio después de la entrada en vigor de la ley. Esto supone fijar gran parte de la estrategia de campaña electoral en este desafío.

El caso andaluz se puede interpretar como una forma de crear una estrategia de partido a "nivel nacional". Dado que son los últimos bastiones socialistas, la defensa del sistema sanitario que han creado es coherente con su agenda y atraerá simpatías que perdieron en los últimos dos años. En términos de caja, salen ganando. Por otra parte, Andalucía depende en ran medida de estos inmigrantes para su economía, en especial para el sector primario.

En el caso de Cataluña, que se había sumado con entusiasmo a la política neoliberal del Gobierno y que se encuentra en una grave situación financiera, la cuestión es de otro tipo de prioridad. Cataluña cuenta con un importante número de inmigrantes irregulares, y por ello, desafiar la ley probablemente sea la mejor forma de evitar dos fenómenos muy perjudiciales: uno, situaciones de alteración del orden público; dos, aparición de un mercado negro sanitario. Cataluña ha anunciado que prestará la atención sanitaria a los inmigrantes, pero que en muchos casos será "incobrable". Es decir, podríamos decir que más que un desafío directo a la ley han escogido "irse por la tangente". Sí cobrará a los que puedan pagarlo. 

Llegamos por tanto al caso que resulta más extraño: el de las Comunidades con Gobiernos del PP que han elegido incumplir la ley, desafiando a su propio partido. De todos ellos, solo el gobierno gallego podría tener incentivos a ello, ya que se encuentra ante unas elecciones inminentes, en la misma fecha que las vascas. La única razón que puedo ver en esta rebelión es el temor a una represión posterior: son conscientes de que estas medidas podrían derivar en responsabilidad penal (se me ocurren varios preceptos, pero entre ellos el art. 284.4 del CP). Algo que cualquier político inteligente evitará a cualquier precio, al menos de forma abierta. Además, este incumplimiento les puede generar rentabilidades indirectas. Estas comunidades que han escogido la rebelión cuentan con saldos demográficos muy negativos, y practicar esta especie de "dumping sanitario" a nivel estatal podría suponer paliar en cierta medida la cantidad de población activa que están perdiendo a través de la emigración. Por muy irregulares que sean, son consumidores y trabajadores que pueden contribuir a aliviar las cuentas de esas Comunidades, que no son precisamente boyantes. 

Por otra parte, debería existir alguna contrapartida. ¿Cuál es el precio de incumplir esta reforma? Aparentemente, ninguno, ya que el Gobierno central no ha anunciado ninguna clase de represalia contra los gobiernos autonómicos rebeldes. Sin embargo, ¿qué credibilidad internacional puede tener un Gobierno que es incapaz de hacer cumplir la ley en su territorio? Podría contestarse que, de todas formas, poca credibilidad puede tener un Gobierno capaz de ordenar crímenes de lesa humanidad con el objetivo de ahorrar un puñado de euros. Desde mi punto de vista, dejar morir a una persona por falta de atención primaria es un crimen de lesa humanidad.  Además, el propósito puede explotarle en la cara, si ello provoca un aumento de la expansión de enfermedades vénereas, por ejemplo. Mientras, el Gobierno sigue manteniendo una legión de asesores, cargos políticos innecesarios, obras faraónicas en infraestructuras innecesarias y toda una serie de disparates contables y fiscales más propios de una organización mafiosa que de un gobierno democrático.   

martes, 28 de agosto de 2012

Freakonomics



Freakonomics, de Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, ha sido un libro muy inspirador. Debo confesar que se me ha hecho extremadamente corto, quizá porque a pesar de ser un libro sobre microeconomía, está redactado con un estilo sumamente ágil y cercano. A pesar de que los distintos capítulos reflejan diversos estudios sin un hilo unificador preciso, quizá sí puedan extraerse algunas conclusiones comunes de todo el libro, los axiomas de la "freakonomía", por así decirlo:
-Los seres humanos actúan de forma racional en función de sus incentivos.
-La "sabiduría convencional" (término que usa Levitt para referirse a una mezcla de sentido común y vox populi) suele equivocarse.
-Los "expertos" manipulan sus opiniones en su propio beneficio, y por lo tanto, no son fiables.
-La causa más directa no es necesariamente la más influyente en un suceso con impacto económico.

Con estas ideas en mente, y manejando todos los datos disponibles, Levitt demuestra a lo largo del libro estos hechos mediante ejemplos que contradicen aquello que podríamos pensar a primera vista: una piscina es más peligrosa que una pistola para un niño, los narcotraficantes no ganan más dinero que un trabajador medio y por eso deben vivir con sus madres, la legalización del aborto es la principal causa de descenso de la criminalidad, etc.

Todo ello motiva al lector a observar con ojo crítico lo que hay a su alrededor, no fiarse de la creencia popular. Será en los datos donde buscar la verdad subyacente que el análisis económico puede aportar, en lugar de dejar que otras personas con motivaciones ocultas y a menudo egoístas lo hagan por nosotros.

En resumen, es un libro que recomiendo encarecidamente a cualquier persona, sea economista o no, porque le ayudará a ver con otros ojos el mundo en el que vivimos. Quizá es más oscuro de lo que pensamos, pero si algo tiene de positiva la sociedad contemporánea es la inmensa cantidad de registros con datos que podemos utilizar para fundamentar nuestras decisiones, por simples que parezcan. Todo es cuestión de tomar esos datos, analizarlos y extraer conclusiones. Ese es (o debería ser) el verdadero propósito de la economía.

lunes, 27 de agosto de 2012

La Capitulación de España (II)






Antes incluso de que me fuera posible avanzar sobre el contenido del anterior MoU, me ha sorprendido leer que España necesitará un nuevo rescate, y ya se están negociando los términos del mismo. Esto ha sido negado por el Portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión, Simmon O'Connor, y por la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. A pesar de ello, tanto el Presidente del Gobierno de España, como el Presidente del BCE, Mario Draghi, han dejado entrever esta posibilidad que podría materializarse según Goldman "Government" Sachs a mediados de septiembre "como muy pronto". Posteriormente, Rajoy se ha sumado a la negativa de un segundo rescate. Lo cual es casi como confirmarlo, visto su historial. De acuerdo con la primera noticia que enlacé, De Guindos habría pedido que se pagara a España el primer tramo de ayuda antes del 12 de septiembre, petición a la que Alemania y Holanda se habrían negado. La razón es que Alemania tiene una cita importante en los tribunales ese día. Si el tribunal constitucional alemán decidiera que la creación del MEDE ha ido en contra de la Ley Fundamental Alemana al haber vulnerado la soberanía popular germana (principalmente, por no haber pasado su creación por el Parlamento Alemán ante una más que previsible derrota en la cámara), lo que puede pasar después es una incógnita. Es difícil que se pueda argumentar una devolución del dinero ya prestado mediante el FEEF comprometido a fondos vinculados al MEDE, no obstante es bastante probable que fuera necesario reformar el MEDE para adecuarlo a la sentencia del tribunal y eso suponga un grave problema para los países al borde de la quiebra. En concreto, el segundo rescate de Grecia, el rescate de Chipre y el/los rescate/s español/es están vinculados a dicho fondo. En caso de que dichos países se vieran sin ese dinero podríamos estar ante la receta perfecta para el apocalipsis: una quiebra desordenada y simultánea de varios países de la Eurozona (aunque con suerte eso no incluiría a España salvo por efecto bola de nieve). Probablemente se podría llegar a una solución de compromiso, como que el FMI adelantase el dinero mientras Europa reestructura el MEDE, pero eso supondría nada más que tomar tiempo prestado del futuro una vez más. Además de meter de nuevo a EEUU y quizá Japón en una recesión, lo cual tendría repercusiones mundiales.

Volviendo a hablar de España, este nuevo rescate comprendería un nuevo MoU, que impondría nuevos ajustes estructurales más duros. ¿Qué se puede ajustar ahora? Echando un vistazo a Grecia y su segundo MoU, podemos suponer que una privatización casi total de la estructura del Estado, con el despido de centenares de miles de empleados públicos. Además posiblemente veamos la creación de nuevos impuestos y la subida de otros (incluyendo una nueva subida del IVA), además de un nuevo recorte de salarios "para fomentar el empleo". Sin emabargo, hasta los economistas neoliberales se percatan de que una insolvencia de España podría suponer un auténtico colapso mundial de la economía. Esa insolvencia puede producirse por la falta de rescate, pero también por el mandato de nuevos recortes que terminen por colapsar la economía y provocar que el Estado termine gastando más de lo que ha ingresado por el rescate.

Repasando el primer MoU, las citas que nos esperan en septiembre son:
-Resultados de la auditoría del sistema bancario, a mediados de mes.
-Presentación de planes de recapitalización o disolución para aquellos bancos que han sido clasificados como del Grupo 2 (Bancos con necesidad de recapitalización que no pueden mantenerse solventes sin ayudas del Estado). Probablemente en este saco caigan casi todas las entidades financieras del país, con la excepción del Banco Santander y tal vez el BBVA.  Esto significará seguramente la muerte de las cajas que todavía malviven en el entorno financiero. Dentro de este plan se incluirán los pasos necesarios para segregar los activos tóxicos, lo cual supone la creación del llamado "banco malo" en el cual se concentren para proceder a malvenderlos al mejor postor. La mayor parte de estos activos son viviendas, parte de ellas en construcción, la mayor parte de ellas terminadas y un porcentaje significativo habitadas pero en situación de hipoteca precaria (incobrable). Esto supondrá una nueva oleada de deshaucios, en cuanto dichas viviendas se adjudiquen.
-Tal y como era de prever, los planes de reestructuración supondrán también la aprobación de legislación acerca del "reparto de cargas". Bajo este eufemismo se denominan las pérdidas que deberán asumir los titulares de acciones preferentes y productos financieros híbridos tóxicos de las entidades afectadas por los planes de reestructuración. En consecuencia, el FROB aprobará una norma que impedirá a los afectados por la adquisición de estos activos recibir cualquier tipo de indemnización pública o privada y establecerá mecanismos de sustitución voluntaria para su saneamiento. Esto viene a significar que asumirán una "quita" que les causará graves pérdidas. Aunque tengo sentimientos enfrentados respecto del asunto, no me cabe duda que en un porcentaje elevado de casos estamos ante una estafa y por tanto no debería cerrarse la vía indemnizatoria. Los afectados deberán impugnar este reglamento en vía judicial (y deberían darse prisa, porque el plazo es de un mes) y posteriormente, si fuera declarado ilegal, deberán reclamar las indemnizaciones que procedan judicialmente. Por desgracia, al tener el MoU el rango de tratado internacional, eso lo convierte, de acuerdo con la Constitución, en una norma de rango legal cualificada (porque tiene primacía sobre las leyes internas en caso de conflicto). Por lo tanto, quizá habría que cuestionar la constitucionalidad del MoU, pero eso lo dejaremos para otra entrega.


miércoles, 22 de agosto de 2012

Hay alternativas. O las había.




Recientemente he terminado de leer el libro de Vincenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón Hay Alternativas. El libro explica de un modo bastante ágil la forma en que se ha gestado la recesión económica en la que nos hallamos, y la forma en que ésta podría solucionarse según los autores. Se estructura en tres partes no explícitas, pero fácilmente diferenciables.

La primera parte del libro se dedica al análisis de las causas. Aunque en algunos casos se observa cierta carencia de fuentes o bibliografía, los propios autores dicen como disculpa que no se trata de un "volumen académico". Aún así, se citan algunos estudios en que se apoyan. En general, el análisis es bastante correcto. A estas alturas ya sabemos con bastante precisión lo ocurrido. Aunque los autores tengan cierta tendencia a culpar de todo a una especie de conspiración neoliberal, la Escuela de Chicago tiene buena parte de culpa de haber creado una generación de líderes que han seguido sus preceptos con resultados desastrosos. Es el caso de Irlanda, por ejemplo. Se muestra cómo los lobbys financieros dejaron de sustentar la actividad económica para dedicarse a la especulación financiera con toda clase de bienes: vivienda, alimentos, combustibles y toda suerte de «commodities». 

La segunda parte tiene como propósito identificar las acciones que se están llevando a cabo para atajar la recesión, y por qué éstas no están resultando efectivas en absoluto, si no más perjudiciales si cabe. El uso de las recetas neoliberales para atajar esta grave situación resulta ser una especie de homeopatía económica. La diferencia estriba en que la homeopatía trata de curar usando aquello que ha curado la enfermedad, en partes diluidas para evitar agravar los síntomas. El ajuste fiscal llevado a cabo en los últimos cuatro años es bastante peor que la causa de la recesión, y dado que es una medida pro-cíclica (agrava la situación del ciclo económico), ha empeorado la situación previa. Principalmente, porque ha permitido que las insituciones financieras siguieran especulando, pero ahora con el dinero que los Estados han recaudado mediante deuda precisamente con el fin de evitar que quebraran.

La última parte del libro, la menos objetiva y la más política, se dedica a enumerar y explicar las soluciones que, a juicio de los autores, son necesarias para poder salir del atolladero en el que se encuentra la economía española en este momento. Aquí hay mucho de lo que se podría hablar, ya que es un totum revolutum en el que caben toda clase de soluciones que van desde un cambio en el orden mundial y el sistema económico, hasta cuestiones de microeconomía y de micropolítica.

Estoy de acuerdo con los autores en la necesidad de un cambio de rumbo en la economía y la política, que lleve a una democracia más transparente, y funcional; cuya economía se base en el apoyo a las personas más que aen lugar de hacerlo solo a los lobbys; y que ponga la sostenibilidad del medio ambiente como barrera infranqueable al consumo. Sin embargo, si todo esto es necesario para que España pueda salir de la recesión, me temo que tardará siglos en hacerlo. Los autores dicen que esto es utópico en la medida que las personas se propongan alcanzarlo. Yo digo que las personas se propondrán alcanzar tales objetivos si tienen incentivos para hacerlo. ¿Cómo se pueden medir esos incentivos? De acuerdo con la Teoría de las Necesidades de Maslow, ningún incentivo que tenga por fin cubrir una necesidad por encima del estrato en el que uno se encuentra tendrá éxito. Así, y teniendo en cuenta que la mayor parte de las personas en España buscan cubrir las necesidades en el estrato más bajo (alimento y refugio), difícilmente podrán preocuparse por cuestiones intelectuales situadas varios estratos más arriba. Tan sólo la desesperación ante la imposibilidad de cubrir las necesidades más básicas puede suponer a una persona un incentivo a atacar el orden social y buscar uno que le garantice esa posibilidad.

De esta forma, el axioma neoliberal que impera en estos tiempos y que sin duda seguirá en vigor en los próximos años es el de "Dios aprieta, pero no ahoga". Mientras que las personas puedan satisfacer sus necesidades básicas sacrificando todo lo demás, no veremos un auténtico rechazo social al sistema actual.

Volviendo al libro, los autores proponen la protesta ante las instituciones representativas como forma de reivindicar su papel democrático, con el fin de otorgarle al pueblo la capacidad de motivar ese cambio de sistema. Sin embargo, los autores incurren en este punto en una incoherencia, ya que previamente dicen que estas instituciones están totalmente usurpadas por el poder de los lobbys financieros y los grandes inversores. Es más, las personas que ocupan los puestos de representación democrática no tienen ninguna clase de incentivo a hacer ningún cambio por varias razones:
-Estas personas y grupos de presión tienen capacidad de derribar cualquier medida que se tome desde las instituciones democráicas, sino incluso de arruinar la carrera política de cualquiera de los cargos políticos en activo.
-Los políticos en puestos de representación se ven recompensados por su actuación en favor de estos inversores mediante la concesión de posiciones con grandes remuneraciones, poder fáctico y excelentes condiciones de vida en empresas, fundaciones, o en grupos de presión de distinto tipo. A veces, en varios de ellos a la vez. Esto les permite acumular riquezas y poder con el fin de convertirse en "uno de ellos". ¿Qué puede darles apoyar al pueblo con su actuación? El fin de sus ambiciones vitales, salvo que se atrevan a vivir en la humildad.
-Todos sabemos lo que pasó con Kennedy y su familia. Si la ambición de causar un cambio en la sociedad que vaya en contra de los lobbys es lo suficientemente temerario, es de esperar una reacción contraria de la misma o superior intensidad. Los lobbys no dudarán en usar la fuerza para derrocar a cualquier líder que se les oponga. Por desgracia, no siempre un regicidio es tan limpio como en el caso de JFK, sino que a veces implica crear desórdenes sociales que desemboquen en una guerra civil. Cualquier político con un mínimo sentido de la honradez prefiere evitar poner en peligro a su pueblo. Mejor ser recordado como un corrupto, que añorado por los supervivientes de un conflicto social o incluso bélico.

Por esa razón, quiero concluir esta reseña con una reflexión. Si los poderes democráticos no tienen incentivos ni capacidad para provocar el cambio, no es ante ellos que hay que protestar y motivar a provocar el cambio. Hay que hacerlo ante quienes efectivamente tienen el poder. Hay que desenmascararlos y enjuiciarlos públicamente por los delitos que han cometido. La mayor parte de estas personas pueden ser acusadas al menos de delitos de alteración del orden socioeconómico, de falsificación de moneda (al hacer circular un dinero que en realidad no existe como tal), y de traición. Hay que obligarles a devolver todo lo que se han enriquecido a costa del empobrecimiento general e inhabilitarles para el ejercicio del comercio de forma vitalicia. Tan sólo entonces es posible exigir a las instituciones democráticas que den los pasos necesarios para dar solución a la recesión. Sin embargo, ¿cómo llevar a cabo semejante tarea? ¿quiénes serán los valientes que arriesguen su vida y su carrera para ello? Esa es la razón por la cual no habrá ninguna revolución, ni alzamiento, ni justicia de ninguna clase: la falta de respuestas.

P.D.: Curiosamente, mientras escribía esta reseña, pude ver el curioso y último artículo de Vincenç Navarro. Parece ser que Navarro se ha desdicho de lo dicho en la última parte de su libro, y ahora que el 15M se ha desinflado, ya no hay alternativas. Ninguna sorpresa al respecto. Aunque este cambio de postura es un tanto hipócrita, lo cierto es que es bastante más realista que el adoptado en su libro. E igual de desalentador.

lunes, 20 de agosto de 2012

Primeras impresiones del Diablo III






Hoy estuve instalando y probando el Diablo III por primera vez. De momento, apenas he jugado una hora, por lo que este comentario es el preliminar de otros más detallados, a medida que avance en el juego.

Lo primero es desempaquetar el juego e instalarlo. El embalaje, debo decir, es de lujo: un desplegable en cartoné que nos muestra algunas imágenes del juego, junto con ilustraciones sobre el mismo. La instalación transcurre con fluidez. Es un poco lenta: en mi PC tardó cerca de quince minutos. Aunque durante la misma Deckard Cain nos resume toda la historia de Diablo hasta la fecha, el relato no está bien sincronizado con la instalación, de forma que tendremos tiempo para leerlo tres o cuatro veces. 

Tras eso tenemos que registrarnos en Battle.net, si no lo habíamos hecho, y activar el juego. Arrancamos el juego y... aparece el cliente del juego, que lo actualiza a la última versión sin que nosotros podamos hacer nada por evitarlo. Entonces cuando ya sí creemos que comienza el juego aparece la pantalla de carga. Tenemos una preciosa introducción que mezcla animación y dibujo a carboncillo con efectos 3D y que nos viene a mostrar con imágenes lo que el bueno de Cain ya nos ha contado en la instalación. 

Si creíamos que tras esto podríamos jugar, estábamos engañados, porque siguen tres licencias de juego diferentes que debemos leer y aceptar. No sé si era necesario dividir en tres las licencias del juego. Como abogado, creo que es sumamente innecesario. Y como usuario, bastante engorroso, pero bueno, es sólo una vez. 

En este punto debo detenerme en una precisión legal sobre las licencias, que no me ha gustado: las licencias de juego no son transmisibles. Es decir, que si nos cansamos del juego y quisiéramos revenderlo, legalmente no podríamos. Lo cual no me parece nada bien, porque supone una limitación artificial de los derechos civiles sobre los bienes, que resulta dudosamente legal. 

Pero centrémonos en el juego en sí. Gráficamente, el juego es excepcional. La mezcla de 3D con escenarios dibujados está muy bien integrada. Por otra parte, eso no resta interactividad con el escenario, sino que a nuestro paso las paredes se rompen, los monstruos irrumpen en pantalla a través el suelo, las paredes o cualquier objeto a nuestro alrededor. En más de una ocasión, un simple cadáver en el escenario puede ser mucho más que eso. El acabado de los menús es también bastante atractivo, quizá más recargado que en anteriores entregas, pero sin ser excesivamente abrumador. 

En lo que se refiere a jugabilidad, Blizzard se ha esforzado notablemente en ello. Quizá demasiado. Aunque el juego nos reserva algunas sorpresas, no faltan mensajes explicativos sobre cómo llevar a cabo cada acción e indicación de a dónde hay que ir en todo momento. Tal vez sea así sólo al comienzo, pero parece que será una constante en el juego. De esa forma, se pierde un poco la emoción de aquellas largas caminatas por Kurast buscando el Nido de Arañas. Ahora el minimapa nos indica la dirección y localización de nuestro siguiente objetivo.

El desarrollo de las habilidades ya no es un desafío, porque ahora las tenemos todas disponibles a medida que vayamos avanzando de nivel. Simplemente tendremos que escoger el mejor conjunto en cada nivel. Aunque en Internet esto ha supuesto oleadas de críticas, yo creo que es una buena idea. Quien haya jugado al Diablo II sabe que asignar el nuevo punto de habilidad al subir de nivel era una tortura por la cantidad de variables que había que tener en cuenta. Por otra parte, entiendo que eso reduce la dificultad del juego, y eso es ciertamente negativo para la durabilidad de este. 

La música del juego es muy similar a la de los otras entregas: bastante esporádica y sirve para dar un toque tétrico al juego. Cumple su papel decentemente sin sobresalir. 

El último punto en el que quiero detenerme es en la traducción y el doblaje. En lo poco que he jugado he encontrado un fallo de traducción bastante grave: "Sigil" traducido como "Sigilo", cuando se refería a un "símbolo" o "insignia". No obstante, salvando este error, creo que la traducción es bastante decente. El doblaje también es bueno, aunque la voz del mago (personaje con el que he escogido jugar) es la del actor que interpreta a Ben 10 en España, lo cual hace que me sienta como una especie de Harry Potter chino.  La razón es que los magos de Diablo son orientales: la cuota étnica de Diablo III es muy muy obvia. Aunque me gusta como han roto esquemas con los monjes eslavos, el chamán es de raza negra, lo cual me decepciona un poco. Un detalle de calidad es que todas las conversaciones están dobladas, incluso las que son meramente ambientales (de personajes no jugadores entre sí). 

De momento, eso es todo. Más adelante haré un análisis un poco más profundo sobre el juego.