sábado, 28 de septiembre de 2013

La espada de Damocles, edición USA (I)






En los próximos días, si nada lo impide, veremos el fin de la supremacía de los EEUU como potencia económica mundial y quizá el ridículo más grande de su historia legislativa.

La razón está en que el Gobierno Federal está a punto de canibalizarse a sí mismo gracias a la tozudez fanática del Tea Party motivada en no poca medida por el pensamiento positivo y su cerrazón absoluta a aceptar la ACA (Affordable Care Act), la reforma sanitaria promovida por Obama y que recibe el apelativo de Obamacare. El hecho de que la ley sea un copia casi exacta de la reforma sanitaria de Mitt Romney en Michigan, lejos de ayudar, es una traba más ya que el Tea Party casi odia más a Romney que a Obama.

¿Qué rayos tiene que ver esto con el colapso económico del mundo? Aparentemente nada, puede parecer, pero en realidad sí está relacionado y de forma siniestra. Me explico.

Érase una vez un país combatiendo noblemente por librar al mundo de los pérfidos nazis. En aquel entonces, gobernaba Franklin D. Roosevelt, el cual, gracias a las teorías de John Manyard Keynes salvó a su país de la debacle con el New Deal. Pero en los turbulentos tiempos de la guerra, Roosevelt necesitaba más dinero para impedir que Hitler o Stalin dominaran el mundo. Finalmente decidieron que Hitler era el mal mayor y enviaron a sus gloriosas armadas a luchar por el bien del mundo una vez más. Se aprobó una ley autorizando aumentar el techo de deuda del país, superando el que establece su Constitución. Año tras año han venido haciendo lo mismo. En 1944, con guerra y todo, EEUU seguía siendo el mayor acreedor del mundo y en Bretton Woods lo dejó bien claro. Podrían haber reformado posteriormente la Constitución, pero eso les pareció poco prudente. Gobiernos demócratas y republicanos se sucedieron y esta reliquia del bipartisanismo se convirtió en un mero trámite que había que aprobar todos los años, sin que nadie le prestara atención. Hasta 1995. Entonces se produjo el primer aviso de lo que ahora está a punto de pasar. Las aguas se calmaron y la reliquia bipartisana volvió a lo que es, un instrumento de compromiso para que EEUU funcione aunque las cámaras estén divididas.

En su odio irredento por la ley de sanidad de la actual administración demócrata, las mentes más perversas de La Liga del Mal del Tea Party, decidieron que estaban en posición de hacer un chantaje. Una continuing resolution requiere la aprobación de ambas cámaras, y la Cámara de Representantes tiene mayoría republicana. Incluso aunque el resto de republicanos votara a favor de ella, el Tea Party tendría suficientes apoyos para tumbarla. Lo que exigen (como si de un secuestro se tratara, como Krugman sugiere) para apoyar la renovación de la ley es, ni más ni menos, la derogación de la ACA. Y ni Obama ni los demócratas están de acuerdo con tirar a la basura su mayor proyecto legislativo en los últimos años.

¿Cuál es la consecuencia de no aprobar la renovación de la ley? Si no se hace para el 1 de octubre, el Gobierno Federal se verá obligado a llevar a cabo un government shutdown. Esto significa que tendrá que cerrar todas sus agencias y oficinas no esenciales. Todos los funcionarios federales dejarán de trabajar y/o cobrar sus sueldos (y los militares o policías seguirán trabajando pero ya estén en activo o sean veteranos licenciados, si no pueden pagar hipotecas o el colegio de sus hijos puede ser problemático tener a decenas de miles de ciudadanos organizados, armados y cabreados). Aunque en gran medida no afectará de forma dramática a la mayoría de ciudadanos en un país que tiene descentralizada gran parte de su administración, sí que habrá un impacto directo en la vida diaria de los ciudadanos. Préstamos federales, ayudas de todo tipo, absolutamente todo lo que tenga que ver con el Gobierno central se paralizará. Eso supone millones de personas que tendrán importantes perjuicios económicos directos. Por no hablar de todas aquellas industrias que funcionan dependientes del Gobierno Federal, desde el catering de la Casa Blanca al sector armamentístico (hay que pagar balas y armas de los agentes federales y soldados), turístico (sin Gobierno Federal en activo no hay pasaportes ni visados) e inmobiliario (aquellas personas que pudieran considerar comprar una casa con una ayuda federal se quedarán sin ella). Y sí, nos pone a todo el mundo en peligro porque el Centro de Control de Enfermedades dejará de funcionar... justo cuando debe empezar la campaña anual de vacunación contra la gripe. ¿Vacunas? Eso es para los herejes, piensan Ted Cruz y sus secuaces.

¿Podría ser peor? Sí, puede ser mucho peor. Aproximadamente unas dos semanas después, EEUU se quedará sin fondos y deberá dejar de pagar facturas. Hablando claro, esto supone que deberá declarar la bancarrota. Y esto sí que producirá el colapso de la economía mundial. Y si os preguntáis si el Tea Party es tan irresponsablemente estúpido para hacer algo así, que no os quepa duda de que así es.

¿Cederá Obama y los demócratas a la presión? Eso es lo que confían los republicanos (basándose en algún libro de auto-ayuda, imagino), pero los sondeos indican que los americanos culparán en gran medida a los republicanos por esta estupidez. Por tanto, los demócratas no piensan mover un dedo. Si el Tea Party quiere implosionar el país, allá ellos.

Sobre las consecuencias del último government shutdown de 1995-96 hay un paper del servicio de investigación del Congreso. Se cifraron los costes directos en 1.4 billones de dólares, y las pérdidas asociadas en la economía americana obligaron a cerrar el ejercicio de 1995 con una recesión en EEUU del 5,6%. Para que os hagáis una idea del calado de esto, la recesión asociada a la crisis financiera global fue en 2008 de un 0,3% y del 2,4% en 2009. Dicho de otro modo, un chiste comparado con una bancarrota de la primera potencia económica mundial.

Si me preguntáis mi opinión, no creo que la bancarrota vaya a suceder, aunque sí haya un government shutdown. La razón de ello tiene mucho que ver con el sistema monetario internacional, y con la posición de la balanza de pagos de EEUU. De ello hablaré en un próximo post donde haré la reseña de Paper Promises, de Philip Coggan.


lunes, 23 de septiembre de 2013

Notas sobre las elecciones alemanas





Las elecciones alemanas se han desarrollado siguiendo el guión prestablecido por las encuestas al pie de la letra. Yo casi recé porque hubiera un mayor margen de error en éstas, pero lo cierto es que todas las piezas encajan a la perfección y el resultado de ese rompecabezas es un tercer gobierno para Angela Merkel. 

La victoria ha sido "arrolladora" según algunos medios. Se trata de una visión muy (demasiado) entusiasta. La CDU ha perdido a su socio de gobierno, la FDP, que baja a la segunda división de los partidos sin representación en el Bundestag y cuya presencia se limita sólo a algunos representantes en la cámara baja y los Estados federados. 

Sin embargo, a rey muerto, rey puesto. Como dije en el anterior post, si el SDP conseguía sacar más de un 25% de los votos, la formación de una "gran coalición" sería prácticamente un hecho. Aunque las matemáticas dan también la posibilidad de pacto con Los Verdes, es poco probable que éstos acepten, o si vamos al caso, que la CDU siquiera les ofrezca esa posibilidad teniendo en cuenta el resultado de esa coalición en Hamburgo

¿Cuál es la causa de este resultado? En mi opinión, hay dos factores fundamentales a tener en cuenta. En primer lugar, el empobrecimiento de la clase media en los últimos cuatro años, que ha desmotivado a los votantes tradicionales de FDP. Muchos habrá mostrado su disconformidad mediante la siesta en el sofá, mientras que otros lo habrán hecho votando a Alternativa para Alemania, o en el caso de muchos jóvenes, a Los Verdes.

El segundo factor a tener en cuenta es que los alemanes apoyan la política exterior alemana en mayor medida de lo que apoyan su política interior. Esto es lo que explica las derrotas electorales de CDU en elecciones regionales y locales, pero su victoria a nivel federal. Quieren un gobierno que le apriete las tuercas a sus indisciplinados vecinos del sur, pero cuando llega la hora de los recortes y las subidas de impuestos en el interior... ¡Ah, eso sí que no! 

Todavía existe la posibilidad de un gobierno tripartito de izquierdas, pero será sin Peer Steinbrück a la cabeza. De hecho, si hay una gran coalición, tampoco formará parte de la misma. Yo me pregunto para qué se presenta cómo candidato entonces. ¿No planearía ganar él solo por mayoría absoluta, verdad? Quizá por eso los alemanes lo consideran un bala perdida y no le han depositado su confianza.

Total, que con toda probabilidad veremos a Merkel gobernando Alemania cuatro años más, con el respaldo de un SDP que ha perdido totalmente su identidad como partido de izquierda. Una pena. Europa necesitaba el cambio.

sábado, 21 de septiembre de 2013

El Día-D de Europa


Mañana es el Día D de Europa. En este caso, la "D" podría ser de "decisivo", de "destino", incluso de doom ("muerte", en inglés americano). Sin embargo, será, principalmente, de Deutschland. Alemania se juega mañana el futuro de una Europa bajo marasmo. Alemania es el único país que, con la comparsa de Francia y Reino Unido, es capaz de poner sobre la mesa una hoja de ruta para salir de una recesión que, en buena medida, han sido los causantes.

No voy a analizar en esta entrada por qué Alemania tiene mayor o menor grado de culpa en la recesión europea, ni tampoco mi opinión sobre la forma que ha tenido de encararla. Ya lo he hecho en otras ocasiones y mi opinión es fundamentalmente la misma. De lo que tratará esta entrada es del análisis de lo que puede ocurrir en Alemania y Europa a partir de mañana, a través de una serie de escenarios hipotéticos dentro del márgen de los sondeos. La gran pregunta no es si la CDU de Merkel ganará las elecciones, sino cuál será la distribución de los otros grupos y las posibles coaliciones que se puedan dar. A partir de aquí es mera conjetura, pero en unos días habrá un nuevo post ya con datos de las elecciones. 

Escenario 1: Nada nuevo bajo el sol
El primer escenario y más probable es que las cosas se queden como están. Eso vendría de la mano de un trasvase de votos del SPD hacia Die Linke, Los Verdes e incluso, Alternativa por Alemania. La idea bajo este escenario es que el votante alemán de clase media progresista radicalice su posición ante la posibilidad de una gran coalición que venga sustentando la política de austeridad de Merkel. Además, el hecho de que Peer Steinbrück ya formara un gobierno de coalición con Merkel en 2005 da que pensar. Por su parte, aunque los votos de FDP caigan, se podrían ver beneficiados en este escenario y ganar los apoyos necesarios para mantenerse en el Bundestag. Si el SPD logra un apoyo menor al 25%, es más que probable que CDU pacte continuar el gobierno de coalición con FDP. En esa situación, podéis imaginaros que Europa seguirá la senda del austericidio y la balcanización. 

Escenario 2: FDP se cae del Bundestag
FDP es un partido fundamentalmente apoyado por la clase media urbana de Alemania, la que más ha sufrido los recortes del gobierno de la CDU-FDP. Sintiéndose traicionados y abandonados por su partido, es posible que su voto se vaya al SDP para que haya una "Gran Coalición" que ponga freno a la senda de los recortes, o incluso una "Coalición del Semáforo" que pudiera aliarse con Francia para una nueva senda progresista en Europa. Los alemanes de este escenario están cabreados, y se lo van a hacer pagar a Merkel. Es probable que en este escenario haya una participación tendiendo a baja en el sur del país, donde CDU tiene mayor apoyo. También es probable que Baden-Wurtenberg y Renania apoyen a Los Verdes como ya hicieron en las elecciones estatales, sólo por hacer voto de castigo hacia políticas regionales de la CDU

En este escenario, es casi segura una coalición entre CDU y SDP, salvo que por el efecto del corte del 5%, suficientes escaños vayan a verdes y poscomunistas como para que haya una nueva coalición de izquierdas con Peer Steinbrück como nuevo conciller de Alemania. Es la más improbable de las probables situaciones que se puedan originar mañana, pero posiblemente sea lo mejor para Europa en este momento. La creación de un fuerte eje Francia-Alemania-EEUU ideológicamente progresista podría favorecer un giro de timón en Bruselas y el fin de las políticas de austeridad.

Escenario 3: Estos germanos están todos locos, Astérix
Siempre es posible que los alemanes sean unos cretinos y decidan hacer otra cosa diferente a la que las encuestas les dicen que hagan. Los últimos días dan cada vez más votos a Alternativa para Alemania. Siempre es posible que la previsible salida de los Piratas del Parlamento no se produzca. Siempre es posible que Los Verdes ganen las elecciones y desfilen en unicornio por Berlín. En una democracia mandan los votantes y no los periodistas. Por muy previsibles que puedan ser los alemanes, la verdad es que muchos alemanes están muy cabreados con el gobierno y no pocos de ellos son votantes tradicionales del CDU. La sombra de un nuevo rescate a Grecia (que obligaría a subir los impuestos en Alemania),  una guerra en Oriente Medio y el desencanto creciente con las políticas europeas son factores que quizá las encuestas están valorando demasiado a la ligera. 

¿Os imagináis una coalición de Verdes, Piratas y Euroescépticos? Yo no, pero sería un interesante nuevo mundo. 

Pronto veremos los resultados. Hasta entonces, sólo queda esperar. ¡Que gane el mejor!





lunes, 16 de septiembre de 2013

Mitos del teatro económico V: la teoría de los mercados eficientes






Ayer se cumplieron cinco años del colapso de Lehman Brothers, que desencadenó la mayor crisis financiera de la historia y la actual recesión económica global. El mundo está lejos de recuperarse, y si hay una doctrina que sea culpable de esos hechos es la que pretendo resumir en esta entrada: la teoría de los mercados eficientes. Es un buen momento para recordar en qué consiste, precisamente para evitar que sus defensores intenten manipular las circunstancias para terminar imponiéndola de nuevo.

El creador y mayor defensor de esta teoría es Eugene Fama, quien pudo haber sido Premio Nobel de economía en el año 2008, de no haber sido por el colapso de la economía mundial gracias a sus lecciones. La teoría que defendía Fama se basaba en una especie de fundamentalismo cuasi religioso en la perfección del mercado. De acuerdo con  su teoría, los mercados son siempre eficientes y las recesiones no existen. Si estas se producen, entonces son producto de distorsiones en el mercado provocadas por interferencia de las personas (normalmente del Estado) provocando la imperfección de dichos mercados. Por tanto, la solución a cualquier imperfección pasa por la reducción de la intervención sobre los mercados. 

Los banqueros aplaudieron con las orejas a esta teoría especulando con el dinero porque, al fin y al cabo, si creían que podían ganar cantidades infinitas de dinero, naturalmente lo conseguirían. Una vez más, se trataba de un infantil ejercicio de pensamiento positivo

En los años previos a la crisis financiera, la teoría de Fama pasó a ser la predominante en la economía mundial. Casi todos los economistas pensaban que el crecimiento sería infinito, siempre que nadie interviniera en los mercados. Los gobiernos conservadores no estaban dispuestos a hacerlo, por supuesto. De hecho, favorecieron una total desregulación del mercado. Por supuesto, eso no se podía sostener a largo plazo. El gobierno de los EEUU, cuando el banco Lehman Brothers se encontró en una situación insostenible, decidió seguir los preceptos de la teoría de los mercados eficientes y no intervenir. Además, esto era una señal para otros deudores para que asumieran sus responsabilidades. Vaya si lo hicieron. Ni uno solo de los banqueros responsables de la crisis financiera ha pisado prisión alguna. No sólo eso: cuando Lehman Brothers se hundió y arrastró a la economía mundial con él como si de un agujero negro se tratase, las peticiones de rescate se hicieron más y más insistentes.

No obstante, la credibilidad de la teoría de los mercados eficientes quedó en entredicho. Krugman, como representante de los economistas realistas ganó el Premio Nobel en 2008 y se convirtió en asesor económico de la Casa Blanca. Posteriormente, en el gobierno de los EEUU "aprendieron" de su error y pasaron a gastar cientos de miles de millones en rescatar a aquellos bancos en problemas. Lo mismo hicieron otros países del mundo, especialmente en Europa. El resultado fue la socialización de la deuda, con la consencuencia conocida de la ruina de gran parte de las economías occidentales.No sólo no se castigó a nadie por jugar a los dardos con la economía mundial, sino que además les dimos un premio por acertarle en el ojo a una anciana que pasaba por allí.

En conclusión, una mezcla de optimismo desmesurado y fe religiosa en los beneficios financieros se encuentran entre las principales causas de la actual situación de hundimiento. Los gobiernos de medio mundo apelan de nuevo a los mismos argumentos para que la confianza vuelva a los ciudadanos, pero debemos estar vigilantes, porque podríamos estar al borde de una nueva crisis.


sábado, 7 de septiembre de 2013

La irrelevancia de Europa






En una entrada anterior hablé de las muchas similitudes que existen entre la situación actual de Siria con la de Irak en 2003. En esta entrada me gustaría hablar de algunas diferencias, pero especialmente de la que más me llama la atención: la división de Europa. Como ya anticipa el título, podéis imaginaros cuál es la consecuencia lógica de esa situación.

En 2003, la unanimidad de Europa fue total, salvo por Reino Unido y España, que se convirtieron en los mayores aliados de EEUU en una guerra de conquista que se vendió como la liberación de un pueblo oprimido por un dictador que usaba con él armas prohibidas y podría usarlas con otros países a través de organizaciones terroristas. De todo esto ya he hablado también, así que no incidiré sobre ello.

En este momento, sin embargo, las alianzas han cambiado. Reino Unido se ha visto obligado a romper la suya con EEUU, cuando sus propios parlamentarios votaron en contra de entrar en guerra. Todo el mundo es consciente en Londres que la guerra de Irak costó a Tony Blair su gobierno y el sentido común de algunos tories indica que Cameron está a punto de repetir el mismo error.

Al otro lado del canal, sin embargo, soplan otros vientos. Con una oposición un tanto desinflada, Hollande está dispuesto a asumir un papel más gaullista y se ha convertido en el más firme apoyo de Obama en la intención de conquistar Siria. Puede que la afinidad ideológica ayude, pero si no fue un factor en 2003, es poco probable que ahora lo sea. En cambio, Hollande parece querer que su gobierno se caracterice por un papel más agresivo con respecto a sus antiguas colonias y después de la intervención en Mali, ahora sería el turno de Siria.

Mientras se dibujan las filas de uno y otro bando, Alemania permanece en silencio. Merkel es consciente de que la Ley Fundamental alemana impide a su ejército intervenir fuera del país si no es partícipe de una misión multinacional bajo bandera de la ONU o bien de la OTAN. También es consciente de que está en plena campaña electoral y tomar una decisión firme ahora puede poner fin a su carrera por la reelección por parte de un electorado que masivamente está en contra de la guerra.

España e Italia ocupan una posición secundaria. Nuestro Gobierno apoya (no oficialmente, aunque EEUU sí lo da por hecho) la idea de una intervención militar sin el apoyo de la ONU, mientras que Letta no quiere arriesgar su delicado equilibrio al frente del gobierno por una cuestión que puede devolver Italia a la anarquía de hace unos meses. Los demás países de Europa no tienen una posición definida, o guardan silencio al respecto. 

La consecuencia lógica de esta desunión sólo puede ser la irrelevancia de Europa como actor político. Mientras que en 2003, una Europa unida formó un bloque político unido, en estos momentos Europa vuelve a dividirse entre leales a EEUU y leales a Rusia, justo como en la época de la Guerra Fría, aunque en este momento no es la ideología lo que separa a ambos bloques, sino simplemente los intereses comerciales.