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sábado, 11 de enero de 2014

American Gods


American Gods es una de las más aclamadas novelas de Neil Gaiman. Fue publicada por primera vez en 2001, y la imagen que veis arriba corresponde a la edición 10º aniversario, la cual he tenido oportunidad de leer. En el año 2002 ganó los premios Hugo, Nébula, Locus y Bram Stoker, siendo la primera novela en la historia en ganar los cuatro premios el mismo año. Esto fue un poderoso incentivo para leerla, y no fue en absoluto una decepción.

Esta edición cuenta con un prólogo y un epílogo escrito por el propio Gaiman, y en castellano, con una nueva traducción a cargo de Mónica Faerna. La razón de esta nueva traducción es la inclusión en esta edición de ciertos pasajes que en la original fueron suprimidos. Esto hace que el volumen de la obra crezca, pero la lectura sigue siendo sumamente ágil. 

La novela cuenta la historia de Sombra, un hombre que está encerrado en prisión por un delito que no cometió. Diversas circunstancias harán que salga de la cárcel. Entonces intenta rehacer su vida, pero el destino lo llevará a conocer a un hombre llamado Wednesday, que le ofrecerá un extraño empleo, el cual terminará aceptando. Este empleo lo llevará por lo largo y ancho de los EEUU, implicando cada vez más en una conspiración que adquiere tintes crecientemente inverosímiles: el retorno de los viejos dioses en una nueva tierra, los Estados Unidos. 

No se puede decir que esta novela pertenezca a un género en particular, y por ese motivo ha recibido galardones reservados para diferentes géneros. El libro viene contando sobre las tradiciones de aquellos emigrantes que viajaron a EEUU desde otras partes del mundo. Siendo el propio Gaiman de origen británico, la obra tiene un matiz personal muy especial. 

En cuanto a los personajes, el elenco es muy variado, pero destacan los siguientes:
-Sombra: se trata de un hombre con un pasado un tanto borroso. Cometió errores en el pasado que lo condujeron a prisión. Su máxima intención es redimirse y volver a vivir con su esposa Laura, de la que está locamente enamorado. Sin embargo, las cosas con Laura se complicarán. Se trata de un hombre de gran poder físico, no especialmente inteligente ni culto, aunque lo suficiente como para no verse engañado con facilidad. Es bonachón, y muy pacífico. Detesta el uso de la violencia, y la evita en la medida de lo posible.
-Wednesday: el misterioso empleador de Sombra es un timador profesional, que sin embargo cuenta con grandes ideales. Ha puesto en marcha una cruzada para reunir a los antiguos dioses en una causa común, y contrata a Sombra para ser su mano derecha.
-Laura: la esposa de Sombra aparece de cuando en cuando en la novela, para sacar las castañas del fuego a Sombra cuando éste se mete en líos. Al contrario que Sombra, Laura tiene una moral laxa que no le impide el uso de la violencia si es necesario para cumplir sus fines. 
-El Hombre Búfalo: este misterioso personaje se aparece en los sueños de Sombra, y lo guía en su camino hacia la "iluminación", por así decirlo. Se trata de una suerte de mentor espiritual, reflejo en parte de la propia personalidad de Sombra. 

Podría mencionar a muchos más, pero estos cuatro son los fundamentales en la novela. 

En cuanto a los temas tratados, el tema principal es la cultura americana. Se habla tanto de las raíces de la misma a través de las tradiciones del pueblo americano formado con los emigrantes llegados de otros países, como de la cultura popular de nuestros días, de cómo los americanos actúan, creen y piensan a día de hoy. Se trata de un viaje por los EEUU más profundos, y más conocidos. Por su más pura esencia. Otro tema fundamental en la novela es el autodescubrimiento. El viaje de Sombra es un viaje de iluminación, casi religioso, en pos de descubrir su propia esencia, su origen y el camino que quiere adoptar en su vida. El tercer tema fundamental que trata la obra es el amor. Sombra y Laura mantienen una relación que va del amor al odio según momentos. Ambos buscan perdonarse, pero la vida de ambos ha cambiado tanto, y ambos ya no son los mismos, que encuentran grandes dificultades. Asimismo, también se presenta la relación de Sombra con otras mujeres, como Zorya Poluchnaya, y Samantha Cuervo Negro, que dotarán de sentido y dirigirán a ratos la senda de Sombra hacia su destino.

En resumen, un muy buen libro que recomiendo encarecidamente a cualquiera: tanto los fans del terror, como los fans de las novelas policíacas, o de las novelas románticas van a encontrar en este libro una deliciosa lectura.

domingo, 6 de octubre de 2013

The End of Money






The End of Money es un pequeño libro, pero no por ello su contenido es reducido. El tema principal abordado por el autor, David Wolman (editor en Wired, por si no os suena el nombre), es la transición de la sociedad actual hacia una sociedad sin dinero. Al menos, sin dinero en su forma física. Así nos habla de quiénes son los grandes beneficiados por el gran negocio de la moneda en estado físico: banqueros, falsificadores, fanáticos religiosos... Y también de cómo podría ser esa transición: monedas digitales, nuevas formas de medir los intercambios económicos, fusión de sistemas monetarios, o sistemas monetarios enteramente nuevos.

Hablando de monedas digitales, me gustaría comentar la noticia que ha salido hace unos días: BitCoin tiene sus primeras versiones en moneda física. Aquí las podéis ver:

No negaré que molan un puñado con esos brillos de colorines

Personalmente considero que la idea de acuñar físicamente BitCoins arruina totalmente el concepto de la moneda en sí misma. La idea original fue crear una especie de patrón oro en versión digital. Dado que la cantidad de "bitcoins" en circulación es limitado (21 millones), la única forma de aumentar de forma ilimitada el número de unidades en circulación es con una fragmentación ilimitada de la moneda. Sin embargo, si creamos físicamente monedas de oro para representar los BitCoins... la única forma de hacer esa fragmentación es la misma por la que optaron los emperadores romanos hasta destruir el valor de su moneda: reducir la cantidad de oro en cada moneda hasta hacer que éste virtualmente desapareciera de las mismas.

Volviendo al libro, éste también contiene una serie de anécdotas autobiográficas del autor, dado que al tiempo que lo escribía llevó a la práctica el desafío de pasar un año sin usar moneda física de ninguna clase. De forma no excesivamente sorprendente y demostrando cómo nos dirigimos hacia una sociedad sin cash, el autor no tuvo excesivos problemas, salvo por la semana que pasó en la India. Curiosamente, los propios hindúes han desarrollado una iniciativa para utilizar menos efectivo. Consiste en el comercio mediante minutos de llamadas de telefonía móvil. Un sistema similar funciona en Kenia, ahora mismo. Mediante estos sistema es posible hacer transferencias de minutos de llamadas, convertir dichos minutos en fectivo, o incluso usar esos minutos para hacer compras de bienes o como forma de pago. Tal y como concluye el autor, será el tercer mundo el que más se beneficie y el que probablemente tome en primer lugar el paso de avanzar hacia un sistema monetario enteramente digital, debido a las complicaciones que éste tiene en los países pobres.

Mi opinión sobre el tema es ambigua. Aunque tenga mis reparos hacia el control que pueden ejercer los gobiernos sobre la vida de las personas debido a la trazabilidad de todas las transacciones en un mundo sin efectivo, soy consciente de que, como sugiere Wolman, los mayores beneficiados por este mundo de dinero físico en el que todavía estamos anclados son los defraudadores, los criminales y aquellos con intenciones que no quieren revelar. El mercado negro se mueve todavía con moneda contante y sonante. No en vano en España - como menciona el autor- llamamos a los billetes de 500 €, "Bin Laden" porque nadie los ha visto y permanecen casi todo el tiempo bajo tierra, salvo para aparecer en televisión. A pesar de este argumento de peso, también está la contrapartida de que un mundo de dinero digital podría conducir hacia la creación infinita de dinero sin valor, sin contrapartida. La crisis financiera global vino en gran medida por ello.  Hay ventajas y desventajas, y la balanza está muy equilibrada. A pesar de ello, sospecho que finalmente el dinero digital terminará por imponerse sobre el papel-moneda. Más vale estar preparados para entonces, y "The End of Money" es una buena forma de hacerlo.




miércoles, 2 de octubre de 2013

Promesas de papel







Antes de empezar, me gustaría agradecer a los lectores por su fidelidad en esta entrada nº 200. Esperamos seguir ofreciendo contenido de interés y actualidad, por lo menos, otras 200 entradas más. ¡O 200.000, por qué no!

Hacía tiempo que no leía algún libro sobre economía. Promesas de papel llegó a mis manos por casualidad, pero el nombre de Philip Coggan me era conocido por sus editoriales en The Economist. El libro parecía una apuesta interesante, así que me decidí a darle una oportunidad. En la entrada anterior hacía referencia a este libro, precisamente porque contiene algunas claves que me llevan a juzgar cuál puede ser la posible evolución del drama del government shutdown norteamericano. No obstante, empezaremos antes por la reseña del libro.

El libro habla de la historia del dinero y la deuda. La gran clave del libro es identificar una cosa con la otra, como ambas caras de la misma moneda (valga la redundancia). Todo el dinero que existe en el mundo es, de una forma u otra, deuda. Así que en estos momentos, al hablarse de una "crisis global de deuda soberana" estamos hablando, en realidad, de una "crisis global del dinero". La prueba de fuego del capitalismo.

El libro podría dividirse en tres partes. La primera de ellas nos habla de la historia del dinero y la deuda, hasta el momento actual. En ella se nos explica la forma en que el sistema monetario mundial ha evolucionado, con las diversas crisis de deuda y bancarrotas de diversos Estados a lo largo de la historia. En ella se nos ofrecen interesantes historias y anécdotas que, puestas en comparación con la realidad actual, resultan asombrosamente familiares.

La segunda parte del libro habla de la naturaleza de la crisis global del capitalismo. De una forma amena (para ser un manual de economía, me refiero), y relacionándolo con la historia anterior, Coggan nos explica las diferentes fases de dicha crisis y cómo podrían no haber sucedido con sistemas monetarios diferentes (particularmente con el patrón oro o el sistema de Bretton Woods).

La última parte del libro nos habla del "New Order". No, no se trata de sociedades secretas ni ninguna clase de conspiración global. Coggan nos explica en manos de quién está la deuda de los países en crisis y cómo esos acreedores, fundamentalmente ahorristas chinos de clase media constituyen la clave del "nuevo orden mundial". Y al hilo de eso, me gustaría complementar la entrada anterior sobre el government shutdown.

Desde hace unos años, cuando China se incorporó al comercio internacional, su política ha sido la de una balanza comercial positiva, combinada con una fuerte política de "moneda barata". Eso le permite producir a un precio más barato que el de ningún país del mundo, combinado con los sueldos míseros del país. Sin embargo, en China está sucediendo un importante cambio social. Dado que no existe ningún tipo de jubilación a cargo del Estado (por muy comunista que diga ser), la mayor parte de chinos deben trabajar hasta el final de sus vidas. Sin embargo, la ascendiente clase media china se está cubriendo las espaldas mediante la compra de bonos europeos y estadounidenses. De esa forma esperan tener rentas con las que poder retirarse al alcanzar una edad avanzada. Eso ha convertido a China en el mayor acreedor del mundo, si a ese dato añadimos que el Banco Central de China es también uno de los principales compradores de bonos, como parte de su política monetaria para rebajar el precio de su moneda. Eso convierte al gigante asiático, igual que Alemania respecto de Grecia, en el menos interesado en que EEUU quiebre. ¿Rescatará China a EEUU? Parece absolutamente disparatado, pero si la clase media de su país corre el riesgo de quedarse sin ahorros para su jubilación, no sería racional dejarlos en la estacada por las revueltas sociales en las que pueda desembocar. Haciendo uso de la expresión que se ha usado con determinadas instituciones financieras, EEUU es ahora mismo too big to fail. Y una tercera parte de un tercio del Gobierno de los EEUU (aproximadamente un 6% del total de representantes) está poniendo todo el sistema capitalista en juego. Ahí tenéis el resultado de la globalización: tu mayor enemigo puede ser tu única salvación.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Numerati




Numerati, de Stephen Baker, es un libro que comprende algo más grande y complejo que las matemáticas, el avance de las herramientas tecnológicas de estadística, o el trabajo que están llevando a cabo los especialistas en la materia. Es un libro que habla sobre la interrelación de hombre y máquina, ya sea como algo bidireccional, o bien como un puente para la interacción con otros humanos.

Así, la obra va decodificando distintos aspectos de nuestra vida, para mostrar cómo éstos son progresivamente analizados mediante programas expertos que permiten extrapolar información valiosa para determinadas personas o grupos. Si antes se decía que "el tiempo es oro", en la sociedad que se está formando, lo que es oro es el tiempo que se tarde en acceder a la información que necesitamos. Los Numerati son los encargados de recopilar, analizar y vender esa información.

¿Cuál es la materia prima con la trabajan esos Numerati? Se trata de aquellos datos que vamos dejando como rastro de nuestra vida. Igual que las pisadas en el bosque permiten al cazador experto determinar información acerca de la especie, el número y la antigüedad del rastro, los datos que genera el registro de nuestra actividad ya sea en Internet, bajo la fría y atenta mirada de cámaras de vigilancia dotadas de mecanismos de reconocimiento facial, o incluso de nuestras facturas de teléfono permiten a los Numerati determinar nuestros hábitos y patrones de comportamiento, pudiendo predecir nuestros movimientos, actividades y respuestas a los estímulos que nos ofrezcan.

Todo ello conduce a una sociedad que se parece al modelo del Panopticon, un tipo de prisión diseñada por Joseph Bentham, en la que los prisioneros son a la vez vigilantes de sus compañeros, y todos ellos son espiados por vigilantes ocultos por un complejo sistema de espejos. En esta sociedad, todos somos proveedores y consumidores de información. Nuestro jefe tal vez vigile los emails que enviamos en el trabajo para determinar nuestro rendimiento, pero al mismo tiempo puede que nosotros mantengamos una alerta de servicios de búsqueda de noticias para avisarnos acerca de peligrosos movimientos de capitales que puedan afectar a nuestro puesto de trabajo por el traslado de nuestra división a otro país, o su venta a una empresa rival. Puede que las empresas procuren nuestros datos para intentar conseguir que compremos más en sus tiendas mediante ofertas personalizadas, pero nosotros también dispondremos de mucha más información acerca de dónde obtener los mejores productos al precio más bajo.

En definitiva, y como concluye el propio Baker, mientras que la prehistoria de la Edad de la Información nos ha convertido en siervos de los datos, con el tiempo evolucionaremos en covertirnos en maestros de esos datos eligiendo de forma inteligente qué información permitimos conocer a los demás, y qué información utilizamos para tomar nuestras decisiones.
Este libro resulta una interesante lectura, que nos ayudará a caminar con mejor pie en este mundo modelizado en algoritmos y someter a los Numerati a nuestra voluntad.

lunes, 17 de septiembre de 2012

El Nombre del Viento



Siendo sincero, El Nombre del Viento es una de las mejores novelas de fantasía que he leído. La última novela del género que he leído es Danza con Dragones, que también es de una calidad excepcional, pero creo que ambas gravitan en diferentes universos. Mientras que Danza con Dragones constituye el vibrante nudo de un drama épico que se extiende ya por cinco volúmenes y llegará hasta los siete, El Nombre del Viento es el primero de una trilogía que aunque también se inserte dentro de la fantasía heroica, tiene un matiz menos dramático y más "de cuento de hadas".

El argumento es el encuentro de Kvothe, un héroe retirado, con Cronista, un erudito viajero dedicado a recopilar y transcribir historias. La historia que Kvothe relata es la de su propia vida. No obstante, este encuentro dista de ser casual, y en la propia historia que nos cuenta Kvothe se hunden las raíces del árbol de acontecimientos que conducen de forma inevitable al mismo.

Kvothe acuerda dedicar tres días al relato de su vida, y El Nombre del Viento comprende el primer día de dicha narración, en el cual Kvothe relata su infancia y adolescencia, su admisión y estudios de simpatía (forma con la que se denomina a una forma menor de magia) en La Universidad, sus primeras aventuras como incipiente héroe y sobre todo, su dramático romance con Denna.

La historia está redactada de forma que la lectura es extremadamente ágil. Los capitulos son cortos, lo cual es de agradecer para aquellos como yo, que aprovechamos nuestros desplazamientos diarios en transporte público para la lectura. Imagino que esto también es adecuado para los lectores más jóvenes, que quizá podrían sentirse apesadumbrados con una narración dividida en largos capítulos. El libro está lleno de pequeños detalles de las culturas que pueblan el mundo de Kvothe que enriquecen al mismo: monedas, idiomas, dialectos, expresiones, etc. Todo ello contribuye a una rica ambientación que nos sitúa quizá en una incipiente Ilustración alimentada por las creaciones "tecnológicas" de la Universidad. Lámparas de simpatía, gafas de cristal, devoracalores, y toda una plétora de avances crean cierta atmósfera steampunk, que aleja la ambientación de la clásica fantasía medieval. Como fan del steampunk que me confieso, esto ha resultado especialmente fascinante. 

Nota: 8. Lo único mínimamente reprochable al libro es que el grueso del arco argumental del libro resulta un poco trillado. Cierto que el paso por la Universidad resulta un tránsito obligado en la forja del héroe llamado Kvothe, pero la idea de la crónica de un estudiante en un "colegio de magia" ya no es nueva.

martes, 28 de agosto de 2012

Freakonomics



Freakonomics, de Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, ha sido un libro muy inspirador. Debo confesar que se me ha hecho extremadamente corto, quizá porque a pesar de ser un libro sobre microeconomía, está redactado con un estilo sumamente ágil y cercano. A pesar de que los distintos capítulos reflejan diversos estudios sin un hilo unificador preciso, quizá sí puedan extraerse algunas conclusiones comunes de todo el libro, los axiomas de la "freakonomía", por así decirlo:
-Los seres humanos actúan de forma racional en función de sus incentivos.
-La "sabiduría convencional" (término que usa Levitt para referirse a una mezcla de sentido común y vox populi) suele equivocarse.
-Los "expertos" manipulan sus opiniones en su propio beneficio, y por lo tanto, no son fiables.
-La causa más directa no es necesariamente la más influyente en un suceso con impacto económico.

Con estas ideas en mente, y manejando todos los datos disponibles, Levitt demuestra a lo largo del libro estos hechos mediante ejemplos que contradicen aquello que podríamos pensar a primera vista: una piscina es más peligrosa que una pistola para un niño, los narcotraficantes no ganan más dinero que un trabajador medio y por eso deben vivir con sus madres, la legalización del aborto es la principal causa de descenso de la criminalidad, etc.

Todo ello motiva al lector a observar con ojo crítico lo que hay a su alrededor, no fiarse de la creencia popular. Será en los datos donde buscar la verdad subyacente que el análisis económico puede aportar, en lugar de dejar que otras personas con motivaciones ocultas y a menudo egoístas lo hagan por nosotros.

En resumen, es un libro que recomiendo encarecidamente a cualquier persona, sea economista o no, porque le ayudará a ver con otros ojos el mundo en el que vivimos. Quizá es más oscuro de lo que pensamos, pero si algo tiene de positiva la sociedad contemporánea es la inmensa cantidad de registros con datos que podemos utilizar para fundamentar nuestras decisiones, por simples que parezcan. Todo es cuestión de tomar esos datos, analizarlos y extraer conclusiones. Ese es (o debería ser) el verdadero propósito de la economía.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Hay alternativas. O las había.




Recientemente he terminado de leer el libro de Vincenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón Hay Alternativas. El libro explica de un modo bastante ágil la forma en que se ha gestado la recesión económica en la que nos hallamos, y la forma en que ésta podría solucionarse según los autores. Se estructura en tres partes no explícitas, pero fácilmente diferenciables.

La primera parte del libro se dedica al análisis de las causas. Aunque en algunos casos se observa cierta carencia de fuentes o bibliografía, los propios autores dicen como disculpa que no se trata de un "volumen académico". Aún así, se citan algunos estudios en que se apoyan. En general, el análisis es bastante correcto. A estas alturas ya sabemos con bastante precisión lo ocurrido. Aunque los autores tengan cierta tendencia a culpar de todo a una especie de conspiración neoliberal, la Escuela de Chicago tiene buena parte de culpa de haber creado una generación de líderes que han seguido sus preceptos con resultados desastrosos. Es el caso de Irlanda, por ejemplo. Se muestra cómo los lobbys financieros dejaron de sustentar la actividad económica para dedicarse a la especulación financiera con toda clase de bienes: vivienda, alimentos, combustibles y toda suerte de «commodities». 

La segunda parte tiene como propósito identificar las acciones que se están llevando a cabo para atajar la recesión, y por qué éstas no están resultando efectivas en absoluto, si no más perjudiciales si cabe. El uso de las recetas neoliberales para atajar esta grave situación resulta ser una especie de homeopatía económica. La diferencia estriba en que la homeopatía trata de curar usando aquello que ha curado la enfermedad, en partes diluidas para evitar agravar los síntomas. El ajuste fiscal llevado a cabo en los últimos cuatro años es bastante peor que la causa de la recesión, y dado que es una medida pro-cíclica (agrava la situación del ciclo económico), ha empeorado la situación previa. Principalmente, porque ha permitido que las insituciones financieras siguieran especulando, pero ahora con el dinero que los Estados han recaudado mediante deuda precisamente con el fin de evitar que quebraran.

La última parte del libro, la menos objetiva y la más política, se dedica a enumerar y explicar las soluciones que, a juicio de los autores, son necesarias para poder salir del atolladero en el que se encuentra la economía española en este momento. Aquí hay mucho de lo que se podría hablar, ya que es un totum revolutum en el que caben toda clase de soluciones que van desde un cambio en el orden mundial y el sistema económico, hasta cuestiones de microeconomía y de micropolítica.

Estoy de acuerdo con los autores en la necesidad de un cambio de rumbo en la economía y la política, que lleve a una democracia más transparente, y funcional; cuya economía se base en el apoyo a las personas más que aen lugar de hacerlo solo a los lobbys; y que ponga la sostenibilidad del medio ambiente como barrera infranqueable al consumo. Sin embargo, si todo esto es necesario para que España pueda salir de la recesión, me temo que tardará siglos en hacerlo. Los autores dicen que esto es utópico en la medida que las personas se propongan alcanzarlo. Yo digo que las personas se propondrán alcanzar tales objetivos si tienen incentivos para hacerlo. ¿Cómo se pueden medir esos incentivos? De acuerdo con la Teoría de las Necesidades de Maslow, ningún incentivo que tenga por fin cubrir una necesidad por encima del estrato en el que uno se encuentra tendrá éxito. Así, y teniendo en cuenta que la mayor parte de las personas en España buscan cubrir las necesidades en el estrato más bajo (alimento y refugio), difícilmente podrán preocuparse por cuestiones intelectuales situadas varios estratos más arriba. Tan sólo la desesperación ante la imposibilidad de cubrir las necesidades más básicas puede suponer a una persona un incentivo a atacar el orden social y buscar uno que le garantice esa posibilidad.

De esta forma, el axioma neoliberal que impera en estos tiempos y que sin duda seguirá en vigor en los próximos años es el de "Dios aprieta, pero no ahoga". Mientras que las personas puedan satisfacer sus necesidades básicas sacrificando todo lo demás, no veremos un auténtico rechazo social al sistema actual.

Volviendo al libro, los autores proponen la protesta ante las instituciones representativas como forma de reivindicar su papel democrático, con el fin de otorgarle al pueblo la capacidad de motivar ese cambio de sistema. Sin embargo, los autores incurren en este punto en una incoherencia, ya que previamente dicen que estas instituciones están totalmente usurpadas por el poder de los lobbys financieros y los grandes inversores. Es más, las personas que ocupan los puestos de representación democrática no tienen ninguna clase de incentivo a hacer ningún cambio por varias razones:
-Estas personas y grupos de presión tienen capacidad de derribar cualquier medida que se tome desde las instituciones democráicas, sino incluso de arruinar la carrera política de cualquiera de los cargos políticos en activo.
-Los políticos en puestos de representación se ven recompensados por su actuación en favor de estos inversores mediante la concesión de posiciones con grandes remuneraciones, poder fáctico y excelentes condiciones de vida en empresas, fundaciones, o en grupos de presión de distinto tipo. A veces, en varios de ellos a la vez. Esto les permite acumular riquezas y poder con el fin de convertirse en "uno de ellos". ¿Qué puede darles apoyar al pueblo con su actuación? El fin de sus ambiciones vitales, salvo que se atrevan a vivir en la humildad.
-Todos sabemos lo que pasó con Kennedy y su familia. Si la ambición de causar un cambio en la sociedad que vaya en contra de los lobbys es lo suficientemente temerario, es de esperar una reacción contraria de la misma o superior intensidad. Los lobbys no dudarán en usar la fuerza para derrocar a cualquier líder que se les oponga. Por desgracia, no siempre un regicidio es tan limpio como en el caso de JFK, sino que a veces implica crear desórdenes sociales que desemboquen en una guerra civil. Cualquier político con un mínimo sentido de la honradez prefiere evitar poner en peligro a su pueblo. Mejor ser recordado como un corrupto, que añorado por los supervivientes de un conflicto social o incluso bélico.

Por esa razón, quiero concluir esta reseña con una reflexión. Si los poderes democráticos no tienen incentivos ni capacidad para provocar el cambio, no es ante ellos que hay que protestar y motivar a provocar el cambio. Hay que hacerlo ante quienes efectivamente tienen el poder. Hay que desenmascararlos y enjuiciarlos públicamente por los delitos que han cometido. La mayor parte de estas personas pueden ser acusadas al menos de delitos de alteración del orden socioeconómico, de falsificación de moneda (al hacer circular un dinero que en realidad no existe como tal), y de traición. Hay que obligarles a devolver todo lo que se han enriquecido a costa del empobrecimiento general e inhabilitarles para el ejercicio del comercio de forma vitalicia. Tan sólo entonces es posible exigir a las instituciones democráticas que den los pasos necesarios para dar solución a la recesión. Sin embargo, ¿cómo llevar a cabo semejante tarea? ¿quiénes serán los valientes que arriesguen su vida y su carrera para ello? Esa es la razón por la cual no habrá ninguna revolución, ni alzamiento, ni justicia de ninguna clase: la falta de respuestas.

P.D.: Curiosamente, mientras escribía esta reseña, pude ver el curioso y último artículo de Vincenç Navarro. Parece ser que Navarro se ha desdicho de lo dicho en la última parte de su libro, y ahora que el 15M se ha desinflado, ya no hay alternativas. Ninguna sorpresa al respecto. Aunque este cambio de postura es un tanto hipócrita, lo cierto es que es bastante más realista que el adoptado en su libro. E igual de desalentador.