martes, 31 de agosto de 2010

RIFTS - Reunión Familiar


Tras tomar la decisión de "excusarse" para escoltar a Ethan Reynolds en su viaje a Wichita Falls, nuestros protagonistas continuaron con sus cosas, preparándose para el viaje que habrían de iniciar en breve. Por la tarde, varios de ellos recibieron telepáticamente una "invitación" a una reunión a medianoche, en un nivel casi abandonado de la base. Tras cierta indecisión, finalmente aparecieron allí. Y pudieron conocer que quien los había convocado era Joe "Blackjack", aunque quien "presidía" el evento era Violet O'Shea, una hechicera de físico impresionante, dudosa reputación y una gran seguridad en su propio éxito. De hecho, Jimmy puso enseguida en cuestión sus métodos, por considerarlos poco seguros, cosa que Violet desdeñó. Tras exponer ella sus intenciones y hablar Jimmy, River y Jet en privado, decidieron unirse a su causa.

Mientras tanto, Malcolm y Ellen dormían, aunque lo que soñaban influiría profundamente en sus acciones. Por su parte, Malcolm se "activó", y en una especie de deambuleo noctámbulo, se dirigió al exterior de la base, donde apareció una lanzadera, de origen aparentemente alienígena, que se lo llevó. Cuando despertó, estaba en su cama. Sin embargo, algo había cambiado. Volvía a ser humano. O eso creyó.

Ellen, por su parte, soñó que estaba fuera de la base. Identificó el camino de vuelta, y comenzó a caminar en esa dirección. De pronto, se percató que se había adentrado en el cementerio de Junction City. Allí, encontró una tumba, la de su padre. Edgar Ripley. Una vez la llamó. Encontró una pala, que cogió en sus manos. La voz le pidió que desenterrara la tumba. Se resistió al principio, pero terminó por ceder a la voluntad de la voz, y profanar la tumba, cuando en sus brazos apareció la palabra "desentiérralo". Allí encontró un cadáver esquelético, lleno de circuitería que brillaba en un color rojizo por todo su cuerpo. Estando cerca de él, el cadaver encendió sus pupilas en un color rojizo brillante, y le llevó una mano al cuello. Entonces se despertó. En sus brazos había arañazos, y en su cuello una marca que coincidía con la de su mano. Sin embargo, Ellen no pudo dejar de pensar que aquél sueño tenía algo que ver con Perseo y con el sondeo mental que éste le hizo, por lo que buscó a Mal, al cual encontró en el gimnasio, poniendo a prueba su "nuevo" cuerpo (por segundo día consecutivo). Ambos se contaron lo que les había ocurrido. Y cuando Ellen salió del gimnasio, se encontró a Jimmy, River y Jet, cuchicheando mientras caminaban por el pasillo. Lo siguiente fue una escena bastante dantesca, sobretodo cuando Mal salió del gimnasio sudando.

En cualquier caso, Ellen y Mal se pusieron en camino dirección a la base de Perseo, con Jet siguiéndoles de cerca, utilizando sus poderes para espiarlos desde la distancia. No obstante, en el ascensor que conducía al centro de operaciones de la base de Perseo, Jet fue descubierto por Mal, algo imprevisto, ya que Jet desconocía que su forma astral pudiese ser percibida por "psíquicos menores" como Malcolm.
Allí, en el nuevo complejo subterráneo todavía en fase de construcción, tuvieron una reunión con él. Perseo explicó a Mal que su nuevo cuerpo obedecía a los deseos de Ellen de que tuviera un cuerpo "más humano". Le explicó que había implantado en un cuerpo humano creado con ingeniería todo lo orgánico que tenían los mecanoides. Le explicó que, hasta el nivel molecular, no se notaría que es un ser "sintético". Además, le explicó que sus funciones neuronales habían sido potenciadas, como resultado de un proceso de cirugía retroviral. Por lo tanto, ahora sus "habilidades" psiónicas habían sido potenciadas, para acercarse al nivel de un Cerebro en la especie Mecanoide.
De acuerdo con sus planes, los siguientes "modelos" llevarían implantados esas mismas "mejoras", pero ya de forma natural, sin pasar por el proceso de cirugía. Eso derivó en una discusión en la que Mal pidió a Perseo que no clonase a ningún ser humano existente. Tras cierta negociación, Perseo admitió que los próximos modelos serían "creaciones originales".
A continuación, Ellen le contó su sueño, y le pidió a Perseo su ayuda. Éste utilizó sus poderes psiónica para inducirla en un trance cercano al sueño, y rescatar de su subconsciente algo que había enterrado en su memoria: que Rachel, su hermana, había asesinado a sus padres.
Finalmente, Perseo les encargó encontrar cierta antigua base norteamericana. Planeaba ocuparla, pero de su contenido, sólo le interesa "una cosa", por lo que ellos podrían quedarse con todo aquello que quisiesen coger del interior.

Tras ello, ambos se encontraron con Jet, que los esperaba en el exterior. Se ofreció a ir con ellos de vuelta en el jeep que habían cogido, pero se disculparon con que "querían estar solos". Por supuesto, Jet los siguió volando sobre la línea de ley, que coincidía con su camino. Se dirigieron, entonces, hacia el cementerio de Junction City. En ese lugar, Ellen hubo de enfrentarse a sí misma para poder entrar y hacer frente a lo que tanto temía: desenterrar la tumba de su padre, y abrir su sarcófago. El sarcófago había sido creado de forma endotérmica, para poder contener el frío en su interior. En el mismo se encontraba, criogenizado, pero no muerto, un individuo embutido en una extraña armadura de poder. Mal detectó que se trataba de un individuo de gran poder, con capacidades psiónicas. Cuando Mal se acercó al mismo, los ojos del cadáver centellearon. Mal se alejó, de un salto, pero cuando vió que el "cadáver" no se levantaba, cerró el ataúd, y lo enterró de nuevo.

Mientras tanto, en Fort Riley, River se dirigió a la cantina, donde encontró a Blackjack, todavía alterado por el curso de las decisiones de Violet respecto de la causa común que los unía. Se tomó una copa con él, y l explicó cuál era su opinión al respecto. Le pidió que hiciera algo para cortar de raíz el problema que se podía plantear. Blackjack se terminó su copa de un trago, diciendo "un hombre ha de hacer lo que debe hacer", y marchándose después.

Muchas preguntas quedan en el aire: ¿es el misterioso psiónico criogenizado el padre de Ellen?¿por qué está en Junction City?¿Qué pidió River a Blackjack?¿Cuál es el plan de Violet? LA respuesta a estas preguntas, la semana que viene.

domingo, 29 de agosto de 2010

RIFTS - Primer Contacto


Mientras Jet emprendía su primer viaje dimensional, Malcolm, Ellen y Jimmy se enfrentaban al monstruo mecánico. Éste envió una señal electrónica para hackear los sistemas del Glitter Boy de Jimmy, a lo que Malcolm contestó disparándole con su rifle. El monstruo mecánico, entonces, contestó hablando a través del sistema vocal del Glitter Boy: les amenazó con que soltaran las armas o se atuvieran a las consecuencias. Mal volvió a dispararle, con lo que la respuesta del robot fue un ataque psiónico para controlarles la mente, a la vez que disparaba todos sus lasers a Mal. Tuvo éxito con Ellen, que remató al pobre desintegrándolo en polvo subatómico. Bajo el shock de lo que acababa de hacer, soltó su arma, y se rindió ante el monstruo. Este cesó en sus ataques y les comenzó a explicar su propósito allí.

Mientras tanto, Jet apareció en un extraño lugar, completamente blanco, rodeado tan sólo por nubes que revelaban, al fondo, un extraño sistema solar subacuático. Ante él apareció una entidad que se identificó, tras convencer al joven mago de sus buenas intenciones, como Enki, el primer mago, y dios de la magia en la cultura babilónica. Reveló a su nuevo aprendiz que normalmente no se fijaría en un mago tan insignificante, pero que llegando a donde había llegado, sacaría provecho de él, enviándolo como emisario ante un clan atlante, situado en uno de los planetas del msiterioso sistema solar. Le explicó que esta dimensión estaba vedada para él, pero que podría hacer uso de sus habilidades allí. El viaje por el sistema subacuático fue extraño, aunque no difícil. Tuvo que esconderse de las patrullas de los enemigos de Enki, el pueblo de Apsu (otra deidad babilónica). Lo que siguió, una vez llegó al planeta, fue todavía más extraño. Se convirtió rápidamente en un mesías entre los Prometeanos, los verdaderos atlantes. Consiguió unificar las divisiones entre ellos para que construyeran una gran nave con la que huir de su exilio, y volver a la Tierra, como primer paso hacia la Tierra Prometida: Atlantis. Una vez cumplió su misión, despertó de nuevo en la Tierra. Lo que en Prometea habían sido dos meses, habían sido apenas cinco minutos en la Tierra.

En aquel momento, también llegó River, que había salido con retraso. Ellen mantenía una conversación con el robot alienígena, que se presentó como Perseo. De acuerdo con él, su raza, que antiguamente sirvió a los humanos, se había revelado. Él, sin embargo, gracias al conocimiento aportado por un Oráculo llamado Delfos, había comprendido que la coexistencia era posible, y que debía ir a la Tierra para defender a los humanos de la invasión. Por ello, escogió un lugar relativamente desierto en el que instalar su base de operaciones. Utilizando sus conocimientos científicos, comenzó a provocar alteraciones climáticas con el fin de disuadir a los humanos de seguir viviendo en la zona. Sin embargo, al ser encontrado por los personajes, lo convencieron para que empleara "otros métodos más directos". Además, lograron con él un trato: su permiso para la prospección de estroncio en la zona a cambio de utilizar la prospección como esqueleto para su base de operaciones. Una vez que llegó el Teniente Sanders con un grupo de soldados y los ingenieros, el primero tomó el mando, y dejó que los Pjs volvieran a la base.

Antes de que eso ocurriera, Ellen hizo una petición a Perseo, y es que de algún modo resucitara a Malcolm. Éste encontró la idea estimulante ("será un experimento interesante", replicó el robot), por lo que procedió a ello. Creó un cyborg con la apariencia de Malcolm, al cual le implantó la personalidad de Malcolm, de acuerdo con los recuerdos de Ellen, que había extraído antes al dominarla psiónicamente.

Una vez en casa, tuvieron una jornada de descanso, que habría de prolongarse un día más, gracias a que Jet casi coge un coma etílico. La Dra. Reynolds echó la bronca a los jóvenes, pero no dio mayor importancia al asunto. El "nuevo" Malcolm mostró a Ellen (con todo detalle, desnudándose ante ella en su habitación) las consecuencias de su "conversión". Ellen se disculpó, pero Malcolm no le concedió importancia. Al día siguiente, fueron llamados por el gobernador, para anunciarles que Ethen Reynolds había sido el elegido para una misión diplomática en territorio de la Coalición. Les ofreció ir con él como escolta, ya que tenían pendiente hablar con el Teniente Kimborough sobre el trato que habían hecho, pero se disculparon alegando que "no eran el grupo ideal para esa misión". El Gobernador mcCallaghan lo entendió, y les comunicó que escogería a otro grupo. Sin embargo, no sospechaban la influencia que tendría esta decisión...

sábado, 14 de agosto de 2010

Reencuentros


El reencuentro es un fenómeno muy especial. Ya desde hace mucho tiempo, filósofos y literatos han hablado de ello. Nietzsche lo llamó "el eterno retorno", pero simplemente rescató un concepto que surgió de forma más o menos simultánea en la Antigua Grecia y en la India durante los siglos IV a VI a.C., como veremos más adelante.
En Grecia, los estoicos crearon el concepto filosófico del eterno retorno, según el cual, el ser humano se enfrenta a un ciclo vital e histórico en el cual todo termina por repetirse. Por lo tanto, el ser humano no tiene otra opción que afrontar abnegadamente su destino, no dejándose llevar por las emociones, que son las que provocan la ilusión de una línea temporal.
Mientras tanto, en la India, Siddharta Gautama (conocido como Buda) y sus discípulos refinaron el antiguo concepto del samsara, que es el ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento. Según sus creencias, al hombre le aguarda la consecuencia de sus acciones al final de su vida, renaciendo en una nueva forma, acorde a su vida anterior. Sin embargo, los propios budistas tienen opiniones encontradas sobre la influencia del samsara en la vida de las personas.

En cualquier caso, la noción de reencuentro no ha permanecido fuera de la mente de los pensadores después de la era clásica. Se extendió por todo el mundo, en formas nuevas, adaptadas a la cultura de cada pueblo. Por ejemplo, en Mongolia siempre ha existido la cultura de que el clan es omnipresente en la vida de cada persona, tanto en esta vida "como en la otra". Cuando los monjes budistas llegaron a Mongolia desde China, y los mongoles aprendieron la noción de samsara, hicieron una mezcla de sus propias tradiciones con el ciclo de reencarnaciones. Ello resultó en una creencia de que las personas y seres que más queremos y que nos rodean, forman nuestro clan. Esas personas esperarán en el cielo a que todo el clan se reúna, y entonces, se reencarnarán juntos, de nuevo, en una nueva vida. Así, el clan permanece siempre unido, tanto en esta vida como en la siguiente.

Los filósofos modernos recogieron de nuevo la noción de reencuentro. Así lo hizo Nietzsche, heredero de Schopenhauer, quien estudiara la filosofía oriental. Nietzsche introdujo la noción del "eterno retorno", según la cual todo lo que ocurre, vuelve a ocurrir, y sólo los übermenschen, los superhombres, son capaces de forjar su propio destino. Emile Boirac investigó, por su parte, la noción de "déjà vu". Aunque sus métodos distaran de ser científicos, es hoy aceptado qla existencia de este fenómeno. Los científicos han desarrollado varias teorías para explicarlo, basadas en el funcionamiento de nuestra memoria. Independientemente de su causa, es un hecho que el reencuentro, real o imaginario, produce en nosotros un fuerte impacto emocional. A veces el impacto puede ser tan fuerte, que puede producir un gran estrés. Es así el caso del denominado "Síndrome de Ulises", etiquetado así por el español Joseba Achótegui. Se trata de un fenómeno bastante común en España, por la cantidad de emigrantes retornados que hay en nuestro país.

Y aunque sin llegar a ser preocupante, hasta cierto punto viene siendo la sensación que he experimentado últimamente a mi regreso de mis viajes por Europa. Se trata de una cierta frustración por la necesidad de encajar de nuevo en un lugar, de reconstruir un tiempo que has perdido. Pero ya nada es igual, no puedes volver atrás. Sólo puedes seguir adelante y pensar en positivo hacia el futuro. No obstante, pienso que esto es aplicable no sólo para los que se han ido y han regresado, vale para todos aquellos que han llegado, o que se han ido. A todos ellos, los viajeros del mundo, les dedico estas palabras. Como bien dijo Antonio Machado, "Caminante no hay camino, se hace camino al andar."

viernes, 6 de agosto de 2010

La Leyenda del Prisionero: Episodio IV - A cara descubierta



Johann pudo ver al fin la cara de su contendiente. Durante semanas había estado imaginando quién sería. No se imaginaba, desde luego, que el fiscal fuera a ser un miembro del clero, y mucho menos un Paladín de la Iglesia de Hesperus. Sí es cierto que era la religión predominante en el Imperio, aunque aquí en Grenz, otras religiones eran más reverenciadas. No había pocos, incluso, que aunque dedicaran devoción al Sol Eterno, también siguieran tradiciones mucho más antiguas, algunas de las cuales podrían ser fácilmente consideradas heréticas por los Santos Caballeros. El Imperio había consentido a los elfos que mantuvieran su intrincado panteón de deidades. Aunque de cuando en cuando surgía algún valiente clérigo que viajaba al bosque pretendiendo evangelizarlos, ninguno de ellos hasta ahora había logrado ningún progreso. Por su parte, los gnomos estaban demasiado ocupados como para seguir ninguna religión. Si tenían alguna, posiblemente fuera la ciencia a la que se dedicaban en cuerpo y alma. Los enanos, por su parte, tenían sus Logia Ancestrales. ¿Por qué iban a adorar al Sol? ¿Les reportaba algún beneficio? En sus cavernas, no había sitio para el Sol, así que era inútil evangelizarlos. Respecto a los humanos de Grenz, tenían sus propias creencias. Muchos ex-combatientes de la guerra adoraban la faceta militar del dios solar, Hesperus Invictus. Los granjeros, en cambio, preferían rezar porque el sol les acompañase el tiempo justo y necesario para que madurase sus cosechas.

Por lo que tocaba al propio Johann, nunca había sido especialmente religioso. No consideraba que una oración fuese a influir mucho en su vida. Aunque era obvio que Hesperus existía, y dotaba de poder a sus siervos más devotos. Pero, por lo que él sabía, lo mismo podía decirse de cualquier otra deidad. Eso zanjaba, para él, cualquier clase de debate teológico, pero consideraba que tratar de robar la atención de una deidad con un propósito egoísta era bastante denigrante. Tendría que haber un intercambio equivalente, para el cual Johann, simplemente, no tenía tiempo, ni ganas.

Por su parte, Ulric entró en la sala con cierta cara de fastidio. Parecía molesto por algo, o eso pensó Johann. Vestía con un rico jubón, y una capa azul real con el emblema dorado del Sol Resplandeciente. Miró a Beriadan, que estaba al lado de Johann, todavía encadenado, tan sólo un momento. Había un desprecio manifiesto en su mirada. Por un momento, Johann pensó que quizá estuviese rezando para que el Sol se abriese paso por el techo del Juzgado y quemase vivo tanto al elfo como a él mismo. Sin embargo, Ulric parecía sólo evaluar a su cliente. Comentó algo al noble que le acompañaba, otro caballero, según supuso. Este llevaba un escudo blasonado en su capa de color borgoña, que Johann reconoció como perteneciente al Ducado de Holzbrück. No sabía mucho sobre la familia Thordrick, quien gobernaba el Ducado, salvo que tenían cierto parentesco con el Emperador por vía de un primo bastardo. Obtenían la mayor parte de sus ingresos del pontazgo sobre el río. El Castillo Puente era una obra arquitectónica conocida en todo el Imperio. Nunca lo había visto, pero había oído que era algo incomparable en su género, y que era inexpugnable... Aunque eso se decía de la mitad de los castillos del Imperio.

Todos se pusieron en pie, cuando entró el Magistrado. Johann lo conocía de vista, era un viejo diplomático que, tras años en Isla del Sol, había vuelto a su ciudad natal, y el Emperador lo había recompensado dándole el puesto de juez. Debido a ello, era un hombre que entendía la ley como algo flexible. Se podía llegar a un acuerdo con él. Eso sí, la vejez le había vuelto testarudo y conservador. No sería un hueso fácil de roer.

Se sentaron, cuando lo hizo el Juez.

El secretario, un gnomo que también parecía tener ya cierta edad, se ajustó los lentes, tomó el pergamino con parsimonia y carraspeó, antes de hablar con una voz ridículamente aguda:
"Ciudadanos, estamos aquí hoy para la imputación de cargos y la formalización del proceso contra Beriadan... ejem... Beriadan... bueno, de apellido desconocido. ¿Tienen las partes alguna objeción a la legitimidad de este Juzgado para procesar a este individuo?"

Silencio. Beriadan miró con furia a Johann. Johann guardó silencio. Beriadan abrió la boca como para hablar, y Johann le tomó del brazo. Se libró de la presa, pero selló sus labios. Ulric y Jonas les miraron con cierto malestar.

"Muy bien", siguió el gnomo. "Beriadan Elfo del Bosque, se le acusa de asesinato con agravamente mágico. La pena por este delito, según la Ley Imperial, es la muerte. ¿Tiene algo que declarar?"

"Soy inocente", dijo el elfo.

"Conste en acta que el acusado se declara inocente." Dijo el viejo Juez. Un destello de furia volvió a surgir de los ojos de elfo hacia el juez, primero, y hacia Johann después. Susurrando, el elfo dijo "No me declaro inocente, soy inocente. Los elfos jamás faltamos a nuestra palabra." Johann le contestó. "Pero esto es un tribunal imperial, y me temo que no bastará tu simple palabra". El gnomo carraspeó de nuevo. Silencio.

"Bien, el siguiente paso es el de reclamaciones formales sobre el proceso. ¿Tiene alguna de las partes algo que decir al respecto?"
Johann levantó su mano, y alzó la voz para decir alto y claro: "La parte defensora considera que, puesto que mi cliente no es ciudadano del imperio, debe ser juzgado según su propia ley, según la cual, tiene derecho a una ordalía, dictada por un consejo de ancianos."
Ulric miró a Jonas, atónito. Se levantó, y gritó "¡Protesto! ¡Eso es ridículo! Estamos en territorio del Imperio, los elfos fueron derrotados y pertenecen al Imperio. Es un ciudadano imperial."

El Juez se mesó el mentón. "No podemos afirmar eso categóricamente. Cierto es que el territorio de la nación élfica ha sido anexionado al Imperio, pero el Emperador no ha concedido la ciudadanía a los elfos. Tan sólo les ha concedido el derecho a habitar y transitar el territorio imperial. Sin embargo, lo que afirma, joven, sólo puede ser demostrado si cuenta con un código de leyes élficas que den pie a su argumento, y el testimonio válido de al menos un jurista élfico que lo refrende. ¿Puede aportar esas pruebas a este juzgado?"

Se oyó el sonido de un bastón chocando contra el suelo de baldosa en la sala, cuando se abrió la puerta de roble, y entró una figura alta, que habló con voz potente. "Puede". Todos, menos el Juez, que estaba frente a quien acababa de entrar, se volvieron. Johann lo reconoció inmediatamente. Beriadan parecía impresionado. El resto estaban simplemente perplejos.
"¿Quién es usted?", dijo el Juez alzando una ceja.
"Mi nombre es Fearuin de la Casa Borandor, y soy mago. Refrendo lo que Johann Holzmann ha propuesto a Su Excelencia", dijo el mago, sonriendo con suficiencia.