jueves, 29 de octubre de 2009

El Agente: Archivo #012 - Seis meses antes


Kevin sacó de su bolsillo aquella foto. La había tomado con una vieja cámara, que le había regalado su abuelo. Seguramente, la misma cámara que había desvelado los secretos de la oscura Corporación para la que trabajaba. Recordaba exactamente el momento en que había tomado aquella foto. Fue una mañana, hacía seis meses. Gillian tomaba café, y observaba hacia la ventana, como caía la nieve sobre Vancouver. Se habían conocido en otoño, cuando coincidieron en la Universidad. Ella estaba en Vancouver por un beca de intercambio, concedida por el gobierno irlandés. Él estaba terminando sus estudios de ingeniería, preparando su proyecto, mientras cubría los créditos libres con asignaturas que despertaran su interés. Y escogió fotografía, que para ella era una asignatura obligatoria en su currículum de Bellas Artes.

Cuando se conocieron, ella permanecía extática, con esa media sonrisa. Tras tomar la foto, sonrió y se acercó a ella, diciendo:
-Creo que la titularé "Mona Lisa de perfil", salvo que tengas otro nombre.
Ella le miró, manteniendo aquella media sonrisa, y le dijo, con aquel pronunciado acento irlandés:
-Mi nombre es Gillian. Pero Mona Lisa está bien como alegoría. Es un honor compararme con semejante obra. -Sonrió ampliamente- Bueno, ¿y tú tienes nombre, o tendré que llamarte Da Vinci?

Lo siguiente fue un clásico romance universitario. El otoño caía sobre Vancouver como una losa gris, e impulsaba a almas solitarias como ellos a unirse en la intimidad del calor hogareño, ante una taza de café, y a compartir su soledad con historias de lugares lejanos y salvajes como las praderas de Irlanda y los rocosos acantilados de Terranova. Ambos pertenecían a mundos diferentes, pero, de alguna forma, estaban juntos antes de conocerse; sus destinos estaban entrelazados.

Sin embargo, el Tiempo, juez cruel a la par que impasible, determinó que la beca de Gillian hubiera de terminar, y tuviera que volver a su Irlanda natal. Intentaron mantener el contacto, pero poco tiempo después, Kevin encontró trabajo en Nueva York, y Gillian se trasladó a Memphis, aprovechando cierta situación familiar. Ambos emprendieron vidas nuevas, e incluso en la era de la información, los hilos del destino se fueron destejiendo, hasta que tan sólo quedó una fotografía, y un número de teléfono escrito en el dorso.

Pero, en dos días, volverían a verse. De pronto, recordó una frase que le había enseñado un viejo amigo, Paek Kwoon Suun, cuando le enseñó a jugar al Go, allí, en Vancouver. "No hagas triángulos vacíos. El triángulo es mala forma". Se preguntó si el Go tendría algo que ver con el amor, aunque esperaba que no. El Go se le daba fatal.

6 comentarios:

  1. Es curioso. Los antiguos amores siempre siguen ahí, como una espina clavada. Como se suele decir, antes que tú, estuvo otro/a: su ex. A pesar de todo, soy de las que piensa que no se puede volver a encender un cigarro que se ha apagado.

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  2. No voy a llevarte la contraria, exactamente, pero tu respuesta me ha recordado un pasaje del "Manual del Guerrero de la Luz", de Paulo Coelho, uno de mis libros favoritos. El pasaje dice así:
    "Todos los caminos del mundo llevan hasta el corazón de guerrero; él se zambulle sin vacilar en el río de las pasiones que siempre corre por su vida.
    El guerrero sabe que es libre de elegir lo que desee; sus decisiones son tomadas con valor, desprendimiento y -a veces- cierta dosis de locura.
    Acepta sus pasiones y las disfruta intensamente. Sabe que no es necesario renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de su vida y alegran a todos los que en ellas participan.
    Pero jamás pierde de vista las cosas duraderas, y los lazos creados con solidez a través del tiempo.
    Un guerrero sabe distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo."

    La lectura que yo hago de este pasaje es: no importa si las antiguas pasiones se terminaron. A todas las cosas les llega su fin. Sin embargo, hay algunas, las que han creado un lazo fuerte y duradero en la memoria, que pueden tener de nuevo su momento, y resucitar como el ave Fénix.

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  3. Ciertamente siempre queda algo pero... en muy raras ocasiones algo que terminó se puede volver a empezar y que acabe bien. No hablo de una pareja que lo dejan y al cabo de un tiempo vuelven. Hablo de años por el medio, el típico primer amor de hace algunos años (o muchos) que siempre te queda ahí, como ese recuerdo. Pero es eso, un recuerdo, porque fue un primer amor, y lo primero en todo, siempre se vive con mucha pasión y miedo que lo hace tan excitante. Pero cuando el pasar de tiempo enfría las cosas y sólo queda ese recuerdo, cuando se vuelve a probar... puf, deja muy mala sensación de boca.

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  4. Soy Bea otra vez (como odio eso de que no me registre el nombre, siempre se me olvida XD)

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  5. Si te fijas, debajo del cuadro, hay una opción que pone "comentar como". Y ofrece diversas opciones. No sé tienes alguna de ellas, pero puedes escoger la opción que pone "Nombre/URL", y dejar tu nombre (creo).

    Yo obviamente, comento como "Cuenta de Google".

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