Tras el fin de año, y unos días de descanso e inactividad, en los que los personajes aprovecharon para hablar con sus contactos, y hacer vida normal (¡por fin!), el rabino Aharon Handalman llegó a la ciudad, portando consigo un extraño y apocalíptico mensaje. Tras analizar diversas series de la Torah, llegó a la conclusión de que en Edimburgo estaba a punto de producirse un experimento que podía suponer el inicio del Armaggedon. Y correspondía a los jugadores (y más en concreto a Chuck Bartowski) la misión de evitarlo. De esta forma, Chuck reunió a James Herber, Marcus Biggings, Ryan O'Dogherty, y Rasputín VII, junto con el rabino, para llevar a cabo lo necesario para la misión.
Tras hacer algunas averiguaciones, supieron que el experimento iba a ser llevado a cabo por la Dra. Jill Talcott, del departamendo de Mecánica de Campos de la Facultad de Física de la Universidad de Edimburgo. Por esta razón, fueron a buscarla al laboratorio, aunque no la encontraron allí. En su lugar se encontraron con su ayudante, al cual noquearon e inmobilizaron, tras conseguir de éste la dirección del domicilio de la doctora, al cual fueron a buscarla todos menos Herber, que se quedó vigilando al sujeto en el laboratorio.
Así, cuando llegaron al apartamento de la Dra. Talcott, se encontraron con que ésta estaba siendo retenida y torturada por un individuo. Cuando entraron (tras romper la puerta a patadas), se encontraron con que el sujeto era un individuo momificado, un cadáver andante. Se enfrentaron a él Rasputín VII y Chuck, mientras que Ryan se encargaba de la Dra. Talcott... intentándola tirar por la ventana. Cuando falló en el intento, acabó por romperle el cuello. En ese momento, la "momia" decidió que era un buen momento para irse, desapareciendo entre la niebla oscura que había aparecido en el apartamento justo antes.
Mientras tanto, en la facultad, dos individuos entraron en el laboratorio: la invocadora tatuada con la que ya se habían enfrentado, y el individuo eslavo que había huido del piso franco de sus enemigos muyaihiddines. Cuando Herber disparó al eslavo, un escudo detuvo la bala que iba dirigida a su cabeza. A continuación, la mujer provocó que todos los objetos metálicos de la habitación, incluyendo muebles diversos, se "cayeran" encima del Atlante, sepultándolo. El eslavo, a continuación, prendió fuego a la pila de muebles, papeles y escombros. Herber, en un último estertor, sacó una granada que había robado a uno de los muyahiddines, y se la tiró a sus dos oponentes. Entonces, además de la explosión de la propia granada, una reacción en cadena provocó que todo el laboratorio explotó en una gigantesca llamarada de plasma. Herber logró salir de la pila de escombros, pero la situación se hizo muy confusa a continuación. Hombres vestidos con trajes NBQ, a los que disparó, luego un grupo de soldados que lo redjeron... y luego el vacío de la insconciencia.
En ese momento, los otros llamaron a Thomson, quien les indicó que algo estaba pasando el la Universidad, y que se dirigieran a investigar inmediatamente. Cuando llegaron allí, se encontraron un amplio dispositivo del ejército desplegándose, y controlando la situación. Chuck, utilizando sus credenciales de Scotland Yard, pidió acceso al interior, que le fue denegado. Pidió hablar con el comandante, un hombre rubio, de entre treinta y cinco y cuarenta años, moreno, y de ojos claros, con pelo muy corto, ratificó lo que les había dicho el soldado. Con todo, le llegó a conceder el acceso, tras dar unos argumentos convincentes. Chuck no consiguió lencontrar a Herber. Entonces se pusieron en contacto de nuevo con Thomson, transmitiéndole su preocupación, además del hecho de que Ryan se percató que el individuo estaba intentando ocultar su acento. El supervisor, extrañado, les pidió que grabaran la voz del comandante. Tras hacerlo, y enviársela, Thomson les indicó que se trataba de Calder Farris, y que abandonaran la zona cuanto antes. A la pregunta de Chuck sobre si debían abandonar a James Herber, Thomson le contestó "James Herber es sólo un mercenario. No hay razón para poner las vidas de dos agentes en peligro por alguien así".
Tras hacer algunas averiguaciones, supieron que el experimento iba a ser llevado a cabo por la Dra. Jill Talcott, del departamendo de Mecánica de Campos de la Facultad de Física de la Universidad de Edimburgo. Por esta razón, fueron a buscarla al laboratorio, aunque no la encontraron allí. En su lugar se encontraron con su ayudante, al cual noquearon e inmobilizaron, tras conseguir de éste la dirección del domicilio de la doctora, al cual fueron a buscarla todos menos Herber, que se quedó vigilando al sujeto en el laboratorio.
Así, cuando llegaron al apartamento de la Dra. Talcott, se encontraron con que ésta estaba siendo retenida y torturada por un individuo. Cuando entraron (tras romper la puerta a patadas), se encontraron con que el sujeto era un individuo momificado, un cadáver andante. Se enfrentaron a él Rasputín VII y Chuck, mientras que Ryan se encargaba de la Dra. Talcott... intentándola tirar por la ventana. Cuando falló en el intento, acabó por romperle el cuello. En ese momento, la "momia" decidió que era un buen momento para irse, desapareciendo entre la niebla oscura que había aparecido en el apartamento justo antes.
Mientras tanto, en la facultad, dos individuos entraron en el laboratorio: la invocadora tatuada con la que ya se habían enfrentado, y el individuo eslavo que había huido del piso franco de sus enemigos muyaihiddines. Cuando Herber disparó al eslavo, un escudo detuvo la bala que iba dirigida a su cabeza. A continuación, la mujer provocó que todos los objetos metálicos de la habitación, incluyendo muebles diversos, se "cayeran" encima del Atlante, sepultándolo. El eslavo, a continuación, prendió fuego a la pila de muebles, papeles y escombros. Herber, en un último estertor, sacó una granada que había robado a uno de los muyahiddines, y se la tiró a sus dos oponentes. Entonces, además de la explosión de la propia granada, una reacción en cadena provocó que todo el laboratorio explotó en una gigantesca llamarada de plasma. Herber logró salir de la pila de escombros, pero la situación se hizo muy confusa a continuación. Hombres vestidos con trajes NBQ, a los que disparó, luego un grupo de soldados que lo redjeron... y luego el vacío de la insconciencia.
En ese momento, los otros llamaron a Thomson, quien les indicó que algo estaba pasando el la Universidad, y que se dirigieran a investigar inmediatamente. Cuando llegaron allí, se encontraron un amplio dispositivo del ejército desplegándose, y controlando la situación. Chuck, utilizando sus credenciales de Scotland Yard, pidió acceso al interior, que le fue denegado. Pidió hablar con el comandante, un hombre rubio, de entre treinta y cinco y cuarenta años, moreno, y de ojos claros, con pelo muy corto, ratificó lo que les había dicho el soldado. Con todo, le llegó a conceder el acceso, tras dar unos argumentos convincentes. Chuck no consiguió lencontrar a Herber. Entonces se pusieron en contacto de nuevo con Thomson, transmitiéndole su preocupación, además del hecho de que Ryan se percató que el individuo estaba intentando ocultar su acento. El supervisor, extrañado, les pidió que grabaran la voz del comandante. Tras hacerlo, y enviársela, Thomson les indicó que se trataba de Calder Farris, y que abandonaran la zona cuanto antes. A la pregunta de Chuck sobre si debían abandonar a James Herber, Thomson le contestó "James Herber es sólo un mercenario. No hay razón para poner las vidas de dos agentes en peligro por alguien así".
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