El gato doméstico caminó entre las hojas secas, que caían de los árboles. Todo lo que veía a su alrededor era duro asfalto. Hacía frío, y se sentía solo. Hacía poco que había atenido que abandonar su hogar, y todavía estaba aprendiendo a vivir en las calles. En un callejón, encontró otros gatos, a los que podía considerar sus amigos. Le habían enseñado un poco la ciudad, donde conseguir comida, donde refugiarse durante la gélida noche en la ciudad... Con todo, había algo en lo que no había hallado consuelo: seguía sintiéndose solo.
-Tienes que olvidar a tu antigua dueña. Volver por allí sólo te va a hacer daño. En ese sitio sólo encontrarás pescado podrido. -Le dijo uno de sus amigos, el gato negro que llamaban Black.
- Tal vez, pero quizá vuelva algún día.
- Los humanos son así. A veces se van, a veces vuelven. A menudo, se olvidan de lo que quieren y a quienes quieren con una facilidad pasmosa. No importa lo mucho que los hayas arrullado, al final sólo piensan en sí mismos.
-¡Mi ama no es así! -protestó el gato doméstico.
Otro de sus amigos, un gato atigrado al que llamaban Tigre, tomó la palabra, tras levantarse y acercarse al gato doméstico.
-Mira, no estoy de acuerdo con Black. Lél dice eso porque no conoce otra cosa que las calles. Los humanos son amables en el fondo, pero tienes que recordarles todo el tiempo que estás ahí. Ahora lo que tienes que hacer es confiar un poco en tí mismo, salir ahí fuera, y buscar algún humano, poner cara de pena, arrullarle un poco y maullar lastimeramente. Enseguida tendrás un hogar nuevo, amigo.
El gato doméstico protestó, con un bufido.
-Claro, eso es muy fácil de hacer, ¿no? Por eso estás aquí, ¿verdad?
-Eso es totalmente circunstancial. En mi caso, es la vida que he elegido. Ahora es tarde para cambiar.
-¿Y porqué no me habría de pasar a mí lo mismo?
Tigre se recostó, y maulló con un tono intrigante:
-¿Y qué otras opciones te quedan?¿Vas a estar así toda la vida?
-No lo sé. Pero, ahora mismo, lo único que me apetece es dormir en una casa caliente, mientras veo la tele y juego con una madeja de lana.
Black soltó un bufido. Tigre lo miró con reprobación, .
-Puedes hacer lo que quieras, pero ahora sólo puedes hacer una cosa. Seguir adelante con la vida que tienes. Si tienes suerte, quizá encuentres un nuevo hogar. Pero no esperes que los humanos vengan a buscarte para llevarte al suyo.
-Tal vez tengas razón... -dijo el gato doméstico, maullando lastimeramente.
Estaba cansado de vagar toda la noche por las calles, así que simplemente se buscó un sitio cómodo y no demasiado húmedo, y se echó a dormir, entregándose a la inconsciencia del sueño...
-Tienes que olvidar a tu antigua dueña. Volver por allí sólo te va a hacer daño. En ese sitio sólo encontrarás pescado podrido. -Le dijo uno de sus amigos, el gato negro que llamaban Black.
- Tal vez, pero quizá vuelva algún día.
- Los humanos son así. A veces se van, a veces vuelven. A menudo, se olvidan de lo que quieren y a quienes quieren con una facilidad pasmosa. No importa lo mucho que los hayas arrullado, al final sólo piensan en sí mismos.
-¡Mi ama no es así! -protestó el gato doméstico.
Otro de sus amigos, un gato atigrado al que llamaban Tigre, tomó la palabra, tras levantarse y acercarse al gato doméstico.
-Mira, no estoy de acuerdo con Black. Lél dice eso porque no conoce otra cosa que las calles. Los humanos son amables en el fondo, pero tienes que recordarles todo el tiempo que estás ahí. Ahora lo que tienes que hacer es confiar un poco en tí mismo, salir ahí fuera, y buscar algún humano, poner cara de pena, arrullarle un poco y maullar lastimeramente. Enseguida tendrás un hogar nuevo, amigo.
El gato doméstico protestó, con un bufido.
-Claro, eso es muy fácil de hacer, ¿no? Por eso estás aquí, ¿verdad?
-Eso es totalmente circunstancial. En mi caso, es la vida que he elegido. Ahora es tarde para cambiar.
-¿Y porqué no me habría de pasar a mí lo mismo?
Tigre se recostó, y maulló con un tono intrigante:
-¿Y qué otras opciones te quedan?¿Vas a estar así toda la vida?
-No lo sé. Pero, ahora mismo, lo único que me apetece es dormir en una casa caliente, mientras veo la tele y juego con una madeja de lana.
Black soltó un bufido. Tigre lo miró con reprobación, .
-Puedes hacer lo que quieras, pero ahora sólo puedes hacer una cosa. Seguir adelante con la vida que tienes. Si tienes suerte, quizá encuentres un nuevo hogar. Pero no esperes que los humanos vengan a buscarte para llevarte al suyo.
-Tal vez tengas razón... -dijo el gato doméstico, maullando lastimeramente.
Estaba cansado de vagar toda la noche por las calles, así que simplemente se buscó un sitio cómodo y no demasiado húmedo, y se echó a dormir, entregándose a la inconsciencia del sueño...
Juuu, qué triste (T_T). ¿Dime dónde está ese gato doméstico?
ResponderEliminar-Bea
¿Quien iba a ignorar a un adorable gato doméstico?
ResponderEliminarLily
P.D: Te mataste con los nombres, eh?? xDDDD
Jajaja, eso mismo pensé yo, que son muy originales los nombres, de estos que puedes buscar en Internet y decir "anda, la etimología del nombre le pega mucho" o "claro, ese personaje mitológico se llamaba así y le va porque tienen esto en común" XD pero luego recordé que es de muy mala leche decirlo y… ¡oh, vaya! Ya lo dije ;-P
ResponderEliminar-Bea
que crueles somos... pero al menos somos honestas, no? xD
ResponderEliminarLily
Los nombres son lo de menos, digo yo. Además, son gatos callejeros. Hubiera sido un poco extraño nombres buscados en la mitología sumeria.
ResponderEliminarLily: hay muchos gatos que son ignorados... Los que viven por mi calle tienen bastante suerte, los vecinos los cuidan bien, y les dan de comer, porque ahuyentan a las ratas. Sin embargo, hay muchos otros que no tienen tanta suerte.
Además, es una parábola.
Vale... pero por esa regla de tres, son gatos callejeros: sin placa y por lo tanto sin nombre. En todo caso se pondrían un nombre en su idioma. Los gatos no hablan español, y en un intento de traducción del idioma felino se perderían muchos matices (chinchaaaaaaa xD)
ResponderEliminarEl hecho de que sea "doméstico" y no "callejero" ya es en sí mismo una contradicción, ¿no crees?
Un gato doméstico pertenece a un hogar, pero uno callejero no. Que el gato protagonista sea doméstico implica que en alguna parte tiene un hogar, porque sino sería simplemente un gato más. Y si hubiera perdido el hogar, ya no sería un gato doméstico, ¿no?
Hoy me levanté con ganas de dar la lata xD
Lily
Tienes el día Maita, por lo que veo, sí. Respecto a lo del nombre, no tiene por qué ser un nombre "legal". Pueden ser apelativos, o nombres con los que son conocidos "popularmente".
ResponderEliminarEfectivamente, una traducción de idioma gatuno a español perdería matices, pero en este caso, el hecho de que hablen se trata de un recurso estilístico en el que los gatos se presentan "humanizados".
Respecto al tercer párrafo, has dado en el clavo. Gato (así lo voy a llamar) tiene efectivamente un hogar, o eso cree él. En el texto se dice que "tuvo que abandonarlo", lo cual supone que no necesariamente lo ha perdido para siempre.
Espero haber respondido tus preguntas con la precisión adecuada :)
Venga, Pablo, no te enfades. Yo entendí el texto. Pero lo de los nombres me hizo gracia. Tuve vena maliciosa.Tú la tienes constantemente conmigo ;)
ResponderEliminar-Bea
Si lo abandonó, quiere decir que ya no vive en él, y q por lo tanto no tiene hogar. Consecuentemente, no es un gato doméstico.
ResponderEliminarVeo q también te debanaste los sesos en buscarle nombre al protagonista... (lo siento,no es por mal, pero esq las dejas muy a huevo, y me encanta tocar los cojones de vez en cuando xD)
Lily
Al final la culpa será mía por tratar de transmitir un mensaje complicado en forma de parábola, para que sea más fácil de entender... ¬¬
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