Hace unos días, mientras el mundo veía hacia EEUU pendiente de si destruye o no la economía mundial, en Suecia se anunciaba el Premio Nobel de Economía de este año. El galardón de este año prometía ser interesante, ya que podría dar autoridad a alguna de las teorías predominantes en la ciencia económica actual, y arrojar algo de luz sobre cuál puede ser la dirección de la economía política en los próximos años. Pero los suecos, conocidos por su fino sentido de la diplomacia, no estaban dispuestos a contentarnos.
Por esa razón, y contra toda lógica, decidieron premiar a teorías contradictorias, dejándonos a todos totalmente anonadados. No sólo eso, sino que han premiado a tres economistas a la vez, enfrentados entre sí y que ni siquiera han trabajado juntos, como ha sido el caso de anteriores ediciones del Premio.
El resultado es, me temo, una "depreciación del valor" de este galardón (valga la expresión). No lo digo porque cada uno de los galardonados sea "un tercio de Premio Nobel", sino por la confusión que creará a nivel académico esta polémica decisión.
Personalmente creo que Eugene Fama era el que menos merecía esta distinción, al haber tenido el dudoso honor de ser el responsable de la teoría que ha conducido la economía del mundo al borde del colapso. Difícilmente puede decirse que esto sea un mérito digno de distinción. Pero los suecos tienen un humor muy raro, y puede que simplemente se estén burlando de nosotros.
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