Esta semana ha comenzado a circular por Internet y los medios de comunicación una carta enviada por George Orwell a Noel Willmett (aquí podéis leer la versión original en inglés). En ella, Orwell manifiesta su preocupación por el ascenso de los totalitarismos y cómo los aliados fácilmente podrían convertirse exactamente en lo que están combatiendo.
Lo que me ha parecido más sorprendente de la carta es su enorme vigencia. Esta misma semana tenemos un ejemplo de revisionismo de la historia en el reconocimiento por parte de EEUU de la existencia del Área 51. De acuerdo con el documento de 400 páginas publicado por la CIA,los OVNIs eran en realidad aviones U-2 que fueron desarrollados en dicha Área 51, y el OVNI estrellado en Roswell un aparato soviético enviado por Stalin "en persona" (me hace mucha gracia esta insistencia en que fue un plan de Stalin y nadie más, es fácil culpar a un muerto) con niños de 13 años manipulados mediante cirugía (o genética) para parecer aliens. El fin de este "atentado terrorista" era crear el pánico en los EEUU.
Creamos o no esta nueva versión del incidente de Roswell (a mí me parece incluso más descabellada que la idea de un accidente de tráfico alienígena) es evidente que existe un intento por parte de la CIA de darle una vuelta de tuerca a la historia en favor de los EEUU. Personalmente, más que el hecho de que la historia suene descabellada (¿manipulación genética en los años cuarenta? ¿y qué más? Incluso la idea de una cirugía tan invasiva parece tan verosímil como la historia del perro zombie soviético) me crea enorme suspicacia que no hubieran revelado esto... inmediatamente, o al menos cuando la Guerra Fría estuvo en pleno apogeo. Aparte de que si la teoría de la manipulación genética fuera cierta habría de haber sido hecha en el embrión (sino en el cigoto) y por tanto tendríamos la descabellada idea de que los soviéticos tenían ingeniería genética avanzada en 1934. Una idea absolutamente ridícula.
El reportaje de la ABC lo podéis ver aquí:
Si os fijáis en las fotografías de la A'le'Inn (00:58), lo que se muestra en ellas puede ser cualquier cosa menos un avión. "Quizá estuvieran haciendo ingeniería inversa de naves alienígenas", dice el vecino local. Personalmente lo veo como una explicación razonable. Bastante más que la de los niños modificados genéticamente por orden de Stalin.
Volviendo al tema de la carta de George Orwell, otro asunto de terrible actualidad es la vigilancia estrecha de las personas por parte de los Estados a través de medios electrónicos. Aunque EEUU sea el caso más de actualidad, esta vigilancia también es llevada a cabo por estados como Rusia, Irán, Alemania o China desde hace tiempo. Otros Estados del mundo probablemente han actuado como cooperadores de alguna de estas potencias, si no cuentan con programas de espionaje similares.
Un aspecto más que pone de relevancia la actualidad de la carta de George Orwell es la intransigencia de los intelectuales. No en el mismo sentido que cita Orwell -obviamente nadie en su sano juicio defiende tesis estalinistas hoy en día-, pero sí que se ha producido una radicalización de posturas que van desde una visión mucho más próxima a las teorías de Karl Marx desde los círculos progresistas a una radicalización de las tesis conservadoras en muchos países.
Todo ello constituyen algunas facetas del mundo multipolar en el que vivimos, donde el conflicto cambiante entre diferentes potencias supone una mayor desconfianza entre las mismas y respecto de sus ciudadanos. Ganar el apoyo y la lealtad de éstos se sitúa en una prioridad más alta que la de mantener un sistema democrático real. Por esta razón creo que el hallazgo de la carta de George Orwell debe impulsarnos a reflexionar hacia dónde se dirige nuestro mundo y qué podemos hacer para evitar que termine siendo un mundo distópico como el que imaginó hace casi tres cuartos de siglo.
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