Un argumento frecuente que he visto u oído en los medios y también en algunos debates sobre economía es que China "nos está invadiendo" con sus productos de bajo coste, que hacen competencia desleal con los nuestros. De acuerdo con este mito, si cerráramos nuestras fronteras al comercio con China, nuestra situación económica mejoraría. Yo me he resistido a creerlo, y con datos en la mano, ahora estoy completamente seguro. Para poder averiguar cuál es nuestra tendencia a comprar en China, he comparado la variación de la balanza comercial entre España respecto de China y la UE-15 en los años 2001 a 2011, con la variación del PIB. El resultado es el siguiente:
Fuente: Eurostat
Como podéis ver, hay una fuerte correlación entre ambos factores (balanza comercial y crecimiento del PIB). Lo que esto significa es que, cuanto más crecemos, más gastamos en el exterior, mientras que durante los años de la recesión, la falta de crecimiento supuso una fuerte desinversión en el gigante asiático. Hacia el final del gráfico vemos lo que parece el comienzo de una inversión de la correlación. No obstante, la perspectiva negativa del crecimiento económico español para 2013 me hace pensar que esta correlación se mantendrá también en este año. Por lo tanto, contrariamente a la creencia popular, no ha habido un crecimiento sostenido de las importaciones chinas, sino que éstas han variado en función del rendimiento de nuestra economía.
Quizá resulta un tanto sorprendente que la correlación no sea tan grande respecto de los países de la UE-15. Sin embargo, esto es una muestra de la mayor integración comercial con estos países. Mientras que con respecto de China, en cuanto salimos (brevemente) de la recesión se produjo un "boom" importador, no ocurrió así con la UE-15. La razón puede estar en que el aumento de las importaciones a estos países había aumentado mucho más que respecto de China en los años previos, por lo que el repunte es más lento. Tal vez eso pueda ser indicador de que China está comiendo cuota de mercado a nuestros vecinos, pero desde luego no es indicador de que estemos gastando menos.
¿Qué efecto tendría, por tanto, una supuesta prohibición del comercio con China? Suponiendo que la UE adoptara una medida semejante, ocurriría que dispondríamos del mismo dinero en otros países, probablemente de la UE. Podría decirse que, de nuestro consumo, existe un componente que podríamos llamar "propensión a importar", que en el caso concreto de España es muy fuerte: apenas producimos bienes, y por tanto importamos mucho más de lo que exportamos. Cuanto más crecemos, más importamos.
Esto nos lleva, una vez, más a cuestionar nuestro modelo productivo. Si un aumento de la renta disponible supone un incremento de las importaciones, esto produce un "efecto rebote" que lastra nuestro crecimiento. En lugar de potenciar "la marca España" en ferias y congresos internacionales, el Estado debería plantearse promocionarla en el mercado interior. Además, el Estado debería potenciar el desarrollo de aquellos productos con alto valor añadido, ya que su consumo aumenta en épocas de bonanza económica. Por supuesto, me refiero en especial a los productos tecnológicos.
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