He decidido dejar que pasaran unos días desde la publicación de los resultados electorales en el País Vasco y Galicia, por varios motivos. En primer lugar, los resultados me han dejado bastante decepcionado (y furioso también) y por otra parte, siempre es interesante ver la reacción de los diferentes partidos y de la población antes de hacer un dictamen.
Lo primero que quiero destacar es que los resultados de estas elecciones confirman la tendencia electoral que se creó en las elecciones generales de 2011 y que continuó en las autonómicas andaluzas. Confirman el hundimiento del PSOE y el ascenso de diversos partidos minoritarios que le están comiendo votos a la izquierda, pero también en el centro (como muestra el ascenso de UPyD). Todo ello, por supuesto, contribuye a un significativo aumento del poder del Partido Popular y de los partidos nacionalistas. En el País Vasco esto último es muy claro, pero en Galicia requiere cierto matiz. Es cierto que el BNG ha obtenido menos votos y escaños que en 2005 y 2009, pero creo que esta desmovilización se debe fundamentalmente a la fractura del partido y al encabezamiento de una figura histórica del partido, Xosé Manuel Beiras, de la coalición AGE. Aunque AGE no es exactamente "nacionalista", sí que se vale de la fuerza aglutinadora del mismo y el grueso de sus votantes pertenece a esa corriente ideológica. Por ello, si sumamos los votos de AGE y BNG tenemos que el nacionalismo ha obtenido su mejor resultado histórico también en Galicia.
El segundo aspecto al que me quiero referir es a la polémica creada por el hecho de que el PP renovara mayoría absoluta obteniendo más escaños con menos votos. Como ha dicho brillantemente Pablo Simon en Polítikon, "D'Hont se ha comido mis escaños". Bien, esto es un hecho. La abstención, siendo mayor en 2012 que en 2009 ha hecho que el PP ha obtenido más escaños con márgenes de voto más reducidos. Muy a pesar de que los indignados distribuyan gráficos que muestren la "real" distribución de los escaños gallegos con una ley electoral diferente, lo realidad es que los votos y la distribución de los escaños que vale es la oficial. Nada va a hacer que la ley electoral cambie por mucho ruido que puedan hacer, porque no conviene en absoluto al partido del Gobierno.
En tercer lugar, quiero hacer hincapié en algo importante. El PSOE se desmorona cada vez más. Mucho me temo que a este ritmo, deje de ser una opción viable para formar gobierno en las siguientes elecciones generales, sean cuando sean. El PSOE necesita regenerarse cuanto antes, recuperar la izquierda y retomar el socialismo. Si no es así, asistiremos a una polarización progresiva de los parlamentos, y dada la imposibilidad de reconciliación entre los diferentes partidos de izquierda para formar un frente popular tendremos gobiernos conservadores para muchos años.
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