sábado, 20 de febrero de 2010
Spanischmann in Deutschland #3: Fußball am Sonntag
El domingo, tras una mañana de fin de semana corriente, a las doce salimos de casa con dirección hacia el centro, con intención de ir al partido del FC Augsburg, que ese día jugaba contra el Fortuna Dusseldorf, buscando alcanzar el tercer puesto de la tabla en la segunda división alemana. Decidimos tomar un autobús, que nos lleva al centro neurálgico de la ciudad, Konigsplatz. Allí, por error tomamos un bus equivocado, que nos haría perdernos los primeros minutos del partido. Tras volver a Konigsplatz, esta vez tomamos el tranvía especial, que nos lleva a las inmediaciones del Impuls Arena, el estadio del FC Augsburg. Se trata de un estadio prácticamente nuevo, ya que fue inaugurado el año pasado.
Una vez llegamos, compramos las entradas. Ya no quedan entradas de asiento en la zona más barata, así que tenemos que conformarnos con una entrada para la zona de pie, la llamada de los “Heimfans”, lo cual se traduce como “fans patriotas”… La taquillera nos pregunta si queremos “un sitio tranquilo” “oder etwas mit power”. Obviamente, escogemos lo segundo. Pronto nos daríamos cuenta del follón en que nos habíamos metido, y de qué venía querer decir lo de “fans patriotas”.
Una vez entramos al estadio, nos damos cuenta de que está bastante lleno. Le preguntamos a un guardia donde podemos colocarnos, y nos señala una zona en la que hay algo de sitio. Como llegamos tarde, nos perdimos el primer gol del FC Augsburg, que marcó (…) en el minuto 2. Nos colocamos por donde nos indicó el guardia. Aunque el público es bastante diverso, pronto nos damos cuenta, principalmente por los saludos fascistas, los coros patrióticos y las banderas con emblemas nacionalistas, de que nos hemos metido de lleno entre los “ultras” más radicales del equipo. Con todo, parecen pasar bastante de nosotros, así que nos limitamos a ver el partido .
No obstante, uno de ellos, un tanto borracho, no deja de golpear inadvertidamente a mi compañera de piso. Ella, cansada, le dedica una mirada disconforme, aunque no le dice nada. El individuo le comenta algo a una señora que hay al lado. El incidente no va más allá, por lo que seguimos a nuestro aire.
El equipo local, el FC Augsburg, domina toda la primera parte, aunque la defensa de los renanos contiene bien los envites de los bávaros, poniendo un marcaje férreo a los delanteros del Augsburg, Nando Rafael y Michael Ratajczak. Con lo cual, llega el final de la primera parte.
En ese momento, se acerca la señora a nosotros. Con un tono bastante rudo, nos increpa que “no estamos animando”, y que “nos andemos con cuidado”. Algunos aficionados se quedan mirando para nosotros, con expresión entre curiosa y molesta. Por esa razón, aprovechamos que un buen número de personas se van a coger algo de comer, para buscar un sitio alejado de los ultras neonazis.
Comienza la segunda parte, y el Fortuna Dusseldorf presiona ahora duro al ataque, Durante un cuarto de hora, la tensión se masca en el ambiente, temiendo la posibilidad de que el Fortuna empate el partido. Sin embargo, en un contragolpe, en el minuto 60, Michael Thurk consigue despegarse del marcaje y deja un pase de la muerte a Nando Rafael, que marca a placer, por segunda vez en el partido. Tras este gol, el Fortuna se descompone y a partir de entonces, sólo hay un equipo en el campo: el FC Augsburg. Durante los siguientes quince minutos, se suceden varias ocasiones más para los bávaros, aunque una mezcla de mala suerte de los locales y buena actuación del portero del Fortuna, evita que el marcador se incremente. En el minuto 80, aproximadamente, el entrenador del FC Augsburg retira a Nando Rafael, que es ovacionado por la grada, por su excelente actuación. Al final del partido, los jugadores del FC Augsburg se acercaron a nuestra grada para agradecer el apoyo de la afición, lo cual me resultó bastante chocante.
Tras eso, nos dirigimos a comer a nuestro take-away favorito, el Sevil, que prepara comida turca. Tras unos lamakhun y kebabs, nos dirigimos hacia casa, no sin antes pasar por el Café Anadolu, un bar turco del barrio. Allí, aparte de jugar a las damas, vemos un interesante encuentro entre el Fenerbahce y el Manisaspor, que venció el equipo local por un gol a cero. Tras el partido, termina nuestra tarde turca, y nos retiramos a casa, para un nuevo día alemán.
En conclusión, todo un domingo de fútbol.
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