miércoles, 18 de abril de 2012

Depresión, juegos online y esquemas de Ponzi



No suelo hablar demasiado de mi vida privada en este blog, o hace tiempo que no lo hago. Sin embargo, esta semana me han ocurrido un par de cosas que me han conducido a realizar esta reflexión, que quiero compartir con vosotros. Esta semana he sido contactado por dos personas diferentes que me han ofrecido sendas "oportunidades", pero que no lo son en absoluto. Son una nueva especie que aparece en tiempos de depresión económica como los actuales. La primera de ellas encontró mi curriculum en alguno de los muchos portales por los que circula, y decidió escribirme para ofrecerme la posibilidad de participar en un "teletrabajo". Aunque teóricamente esta tarde estoy invitado a su "webminario", me he tomado mi tiempo para contrafintarla e investigar a esta persona y sus actividades. Por lo que he sabido, se dedica al "marketing online" de cierta red social, SWOM, la cual ofrece dinero por participar en ella y atraer más miembros a la misma. Suena bien, pero el engaño está en que, como todos los esquemas de Ponzi, empiezas teniendo que pagar dinero para tener la posibilidad de ganarlo. Aunque evidentemente es posible, supone una cantidad de tiempo y esfuerzo que obviamente no compensan los beneficios.

El correo de la otra persona vino a raíz (creo) de mi último post en este blog. Se puso en contacto conmigo para ofrecerme la posibilidad de enlazar este blog con los suyos -y tiene muchos-, a cambio de realizar los pertinentes enlaces a ciertos juegos online en el mío. Dos de esos juegos, Farmerama y Dark Orbit, me son conocidos. Se trata de juegos que se alimentan de los micropagos que hacen los jugadores, o bien, como alternativa, siendo bombardeado por la publicidad de diversos productos. Todo alimentándose del alto componente de adicción de dichos juegos. En ambos, el esquema es similar: puedes hacer determinado número de acciones en un tiempo determinado. Los pagos (o los puntos obtenidos a través de la publicidad) nos permiten en el juego realizar más acciones o que nuestras acciones sean más efectivas. Estos juegos no tienen un final determinado, sino que son persistentes en el tiempo e incentivan la competición entre los jugadores.

¿Qué hay en común entre ambos? Que se alimentan del mismo tipo de persona: personas con mucho tiempo libre y con un nivel de renta bajo. Ya sean estudiantes o desempleados, se alimentan de un estado depresivo o pre-depresivo alimentando la ansiedad de estas personas ya sea por ocupar su tiempo o por obtener algún tipo de gratificación en forma de inclusión en un grupo o de reputación en las comunidades virtuales. O obtener dinero, la cual es la más irrisoria de las recompensas. Que nadie te engañe, nadie te dará dinero por ser su amigo. Si lo hace, quizá no sea la clase de persona que quieres como amigo.

Algo que me sorprende es cómo Internet se ha convertido en el medio ideal para llevar a cabo este tipo de estafas piramidales. La actual situación económica mundial propicia una gran bolsa de candidatos a caer en ellas, y aunque yo no lo haya hecho, me pregunto cuántos miles sí han caído. Bueno, la página de Farmerama dice que hay más de 39 millones de registrados, aunque mis fuentes (que prefieren mantenerse en el anonimato) me señalan que actualmente hay poco menos de medio millón. Es decir, que de media cada jugador ostenta unas 80 granjas mediante diversos artificios, pese a que tal cosa está prohibida. En Dark Orbit hay 63 millones de cuentas registradas, pero haciendo el mismo cálculo que para Farmerama, debe haber unos 750.000 jugadores. Swom dice que tiene más de 140.000 miembros. En total, cerca de un millón de personas han caído en esta trampa. Más que el número de afectados por la compra de acciones preferentes que han perdido sus ahorros.

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