Pongámonos en lo peor. Es cierto, no nos gusta la idea, pero supongamos que ocurre. Es el 18 de abril de 2029 (es decir, dentro de 19 años). Han pasado cinco días desde la colisión de un misil ruso contra el asteroide Apofis que se aproximaba la Tierra. Y hoy, finalmente, ha impactado contra la Tierra, en algún punto del Océano Atlántico, cerca de las costas de Venezuela. No han faltado agoreros que lo predijeran, pero, seamos sinceros. Después del fiasco del efecto 2000, y no digamos ya tras la moda holywoodiense de 2012, nadie se pensaba que esto fuera en serio. ¿Un asteroide chocando contra la Tierra? Por favor, esa peli ya me la han contado. Y Bruce Willis salvaba el día, como siempre.
¿Cómo es la cronología del evento? Bueno, pues no muy diferente de lo que vimos en Deep Impact, pero con Internet actuando de catalizador de todo ello. Los científicos comenzando desgranando datos hacía meses. "Es poco probable". "La ventana gravitacional es de sólo 400 metros". "Sería un milagro estadístico". Esas frases se convirtieron en mantra de la civilización occidental. Por supuesto, que los gobiernos comenzaron a mover sus hilos. De forma desorganizada, como siempre. EE.UU., movilizó a sus elites y las puso a buen recaudo en sus muchos refugios nucleares, aunque mucha más gente hizo exhibición de sus participaciones en refugios nucleares privados. Cierto que como la moda pasó hace más de quince años, la mayor parte de estas personas son ancianos o jóvenes de clase alta que han tenido el privilegio de heredar alguna de estas participaciones. Con lo cual, la supervivencia de la "nación de los héroes" está garantizada... Aunque sea a base de esconderse como el león cobarde.
Suiza, que llevaba preparaba desde hace casi cincuenta años para esta eventualidad, ha procedido de forma mucho más racional, y hace tiempo que tiene puestos a punto refugios para toda su población. Por ello, es más que probable que en el mundo que empieza mañana, sea la nueva potencia mundial, una civilización avanzada tecnológicamente, cuya población está formada militarmente, y que cuenta con las mayores reservas de oro y metales raros del mundo.
Rusia optó por la acción radical. No pocos les acusan a ellos de ser los causantes de la catástrofe, y que los cálculos mostraban que el asteroide estaba fuera de la ventana gravitacional de colisión directa antes de 2036 (pues sí estaba previsto que diera algunas vueltas a la Tierra hasta ese año, en el que supuestamente seguiría su viaje). Los rusos achacan el error a que una de las cargas era defectuosa, y por tanto la magnitud de la explosión, que por otra parte se desvió apenas medio metro respecto de lo calculado. Eso sí, han logrado que el asteroide impactara en el peor punto posible para los EE.UU. y Europa, en el océano Atlántico ¿Casualidad o conspiración? No faltan teóricos de la conspiración entre los refugiados, pero ahí fuera las cosas son un poco más difíciles. Y lo que más escama al Gabinete de Emergencia Nacional es que los rusos habían prometido no actuar antes de 2036, cuando los cálculos mostraban un mayor peligro de impacto.
Bastante duro psicológicamente ha sido durante casi un año vivir bajo la ominosa estela del asteroide acercándose, una estrella cada vez más grande en el horizonte, hasta el punto de ser visible a simple vista, el más grande de todos los objetos celestes del firmamento, salvo la Luna. Todas las religiones emitieron mensajes tranquilizadores, pero también aparecieron cultos que hicieron lo contrario. Una secta neo-egipcia pretendía aplacar la ira del dios Apofis mediante el asesinato ritual (por colapso anafiláctico provocado por picaduras de serpiente) de víctimas aleatorias, secuestradas por todo el mundo.
Muchas personas se mudaron al norte de África y Oriente Medio. Casualidad o no, la región que ocupaba el Antiguo Imperio Egipcio es la que estaba más relativamente a salvo del impacto directo del asteroide. Por supuesto, mucho cristianos y judíos escogieron Jerusalén como lugar donde pasar sus últimos días, por lo que la ciudad se encuentra totalmente desbordada, en tanto que varias organizaciones terroristas islámicas han aprovechado la ocasión para desatar el caos en la ciudad. Por supuesto, Israel acusa a Irán de tomarse la revancha por la Tercera Guerra del Golfo, que tuvo lugar con el fracasado ataque de Israel a Irán en 2010. A pesar de que la situación fue tensa, el conflicto terminó rápidamente tras el ataque nuclear táctico a las instalaciones nucleares iraníes.
Los daños provocados por el tsunami provocado por el impacto son innumerables, sobre todo en el Caribe, la región más afectada por el desastre, región de la que varios países literalmente han dejado de exisitir. Qué mala pata para EE.UU. que el régimen cubano se derrumbara en el momento más delicado para los propios americanos. Europa occidental también sufrió cuantiosos daños, pero de magnitud moderada. Además, los servicios de emergencia funcionaron de forma ejemplar, como se apresuró a declarar el gobierno de España. La Unión Europea, aunque gravemente dañada económicamente por el terremoto causado por el impacto, el tsunami, y por el caos social de los últimos meses, sobrevivirá una vez más.
Posiblemente quienes peor lo vayan a pasar son los habitantes de Brasil y del oeste de África, totalmente desprevenidos y faltos de medios para afrontar la catástrofe. Pero lo peor no es el tsunami, si no sus consecuencias. En África, las tensiones territoriales y las disputas por obtener ayudas rápidamente acabaron en derramamiento de sangre, en varias guerras civiles e internacionales, hasta el punto de hablarse de una "Gran Guerra Africana", en la que sólo Francia y España han intervenido tímidamente, enviando una fuerza de interposición para la protección de los servicios sanitarios y de cooperación.
En consecuencia, el gran cuadro es el de un mundo sumido en el caos de la guerra y la lucha por la supervivencia, con pequeños oasis de civilización en zonas del mundo como Suiza, Japón, Rusia o Chile. Estos países sentarán las bases de un nuevo orden mundial, aunque las "viejas potencias amigas", como les llamó el gobierno de Chile, se mostrarán reacias a recibir ayuda. Pasarán muchos años antes de que la situación se normalice, y para entonces el mapa del mundo habrá cambiado radicalmente, no sólo en lo físico, sino también en lo político.
(La imagen de portada es de la película The Book of Eli, que bien podría ser un retrato de los EE.UU. en el periodo de anarquía que siguió al impacto de Apofis)
¿Cómo es la cronología del evento? Bueno, pues no muy diferente de lo que vimos en Deep Impact, pero con Internet actuando de catalizador de todo ello. Los científicos comenzando desgranando datos hacía meses. "Es poco probable". "La ventana gravitacional es de sólo 400 metros". "Sería un milagro estadístico". Esas frases se convirtieron en mantra de la civilización occidental. Por supuesto, que los gobiernos comenzaron a mover sus hilos. De forma desorganizada, como siempre. EE.UU., movilizó a sus elites y las puso a buen recaudo en sus muchos refugios nucleares, aunque mucha más gente hizo exhibición de sus participaciones en refugios nucleares privados. Cierto que como la moda pasó hace más de quince años, la mayor parte de estas personas son ancianos o jóvenes de clase alta que han tenido el privilegio de heredar alguna de estas participaciones. Con lo cual, la supervivencia de la "nación de los héroes" está garantizada... Aunque sea a base de esconderse como el león cobarde.
Suiza, que llevaba preparaba desde hace casi cincuenta años para esta eventualidad, ha procedido de forma mucho más racional, y hace tiempo que tiene puestos a punto refugios para toda su población. Por ello, es más que probable que en el mundo que empieza mañana, sea la nueva potencia mundial, una civilización avanzada tecnológicamente, cuya población está formada militarmente, y que cuenta con las mayores reservas de oro y metales raros del mundo.
Rusia optó por la acción radical. No pocos les acusan a ellos de ser los causantes de la catástrofe, y que los cálculos mostraban que el asteroide estaba fuera de la ventana gravitacional de colisión directa antes de 2036 (pues sí estaba previsto que diera algunas vueltas a la Tierra hasta ese año, en el que supuestamente seguiría su viaje). Los rusos achacan el error a que una de las cargas era defectuosa, y por tanto la magnitud de la explosión, que por otra parte se desvió apenas medio metro respecto de lo calculado. Eso sí, han logrado que el asteroide impactara en el peor punto posible para los EE.UU. y Europa, en el océano Atlántico ¿Casualidad o conspiración? No faltan teóricos de la conspiración entre los refugiados, pero ahí fuera las cosas son un poco más difíciles. Y lo que más escama al Gabinete de Emergencia Nacional es que los rusos habían prometido no actuar antes de 2036, cuando los cálculos mostraban un mayor peligro de impacto.
Bastante duro psicológicamente ha sido durante casi un año vivir bajo la ominosa estela del asteroide acercándose, una estrella cada vez más grande en el horizonte, hasta el punto de ser visible a simple vista, el más grande de todos los objetos celestes del firmamento, salvo la Luna. Todas las religiones emitieron mensajes tranquilizadores, pero también aparecieron cultos que hicieron lo contrario. Una secta neo-egipcia pretendía aplacar la ira del dios Apofis mediante el asesinato ritual (por colapso anafiláctico provocado por picaduras de serpiente) de víctimas aleatorias, secuestradas por todo el mundo.
Muchas personas se mudaron al norte de África y Oriente Medio. Casualidad o no, la región que ocupaba el Antiguo Imperio Egipcio es la que estaba más relativamente a salvo del impacto directo del asteroide. Por supuesto, mucho cristianos y judíos escogieron Jerusalén como lugar donde pasar sus últimos días, por lo que la ciudad se encuentra totalmente desbordada, en tanto que varias organizaciones terroristas islámicas han aprovechado la ocasión para desatar el caos en la ciudad. Por supuesto, Israel acusa a Irán de tomarse la revancha por la Tercera Guerra del Golfo, que tuvo lugar con el fracasado ataque de Israel a Irán en 2010. A pesar de que la situación fue tensa, el conflicto terminó rápidamente tras el ataque nuclear táctico a las instalaciones nucleares iraníes.
Los daños provocados por el tsunami provocado por el impacto son innumerables, sobre todo en el Caribe, la región más afectada por el desastre, región de la que varios países literalmente han dejado de exisitir. Qué mala pata para EE.UU. que el régimen cubano se derrumbara en el momento más delicado para los propios americanos. Europa occidental también sufrió cuantiosos daños, pero de magnitud moderada. Además, los servicios de emergencia funcionaron de forma ejemplar, como se apresuró a declarar el gobierno de España. La Unión Europea, aunque gravemente dañada económicamente por el terremoto causado por el impacto, el tsunami, y por el caos social de los últimos meses, sobrevivirá una vez más.
Posiblemente quienes peor lo vayan a pasar son los habitantes de Brasil y del oeste de África, totalmente desprevenidos y faltos de medios para afrontar la catástrofe. Pero lo peor no es el tsunami, si no sus consecuencias. En África, las tensiones territoriales y las disputas por obtener ayudas rápidamente acabaron en derramamiento de sangre, en varias guerras civiles e internacionales, hasta el punto de hablarse de una "Gran Guerra Africana", en la que sólo Francia y España han intervenido tímidamente, enviando una fuerza de interposición para la protección de los servicios sanitarios y de cooperación.
En consecuencia, el gran cuadro es el de un mundo sumido en el caos de la guerra y la lucha por la supervivencia, con pequeños oasis de civilización en zonas del mundo como Suiza, Japón, Rusia o Chile. Estos países sentarán las bases de un nuevo orden mundial, aunque las "viejas potencias amigas", como les llamó el gobierno de Chile, se mostrarán reacias a recibir ayuda. Pasarán muchos años antes de que la situación se normalice, y para entonces el mapa del mundo habrá cambiado radicalmente, no sólo en lo físico, sino también en lo político.
(La imagen de portada es de la película The Book of Eli, que bien podría ser un retrato de los EE.UU. en el periodo de anarquía que siguió al impacto de Apofis)
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