Nada menos que William Shakespeare pone título a esta entrada nº 100 del blog. En el momento que empecé con este blog, no sabía cuánto duraría. Me picó una mosca literaria que me metió el gusanillo de ir escribiendo lo que se me pasaba por la cabeza. Aunque todavía no tengo proyectos literarios serios (o no tengo tiempo de ponerme en serio con los proyectos literarios que tengo), el blog siempre se ha mantenido ahí. Cada semana una entrada, algunas semanas más, otras ha sido imposible. Pero en los más de dos años que ya cumple, la frecuencia inicial se ha mantenido estable.
Este blog no ha tenido nunca un gran número de visitas, pero visitantes de al menos diez países han visto esta página desde toda clase de soportes y sistemas operativos. Por lo tanto, me alegra que la difusión mundial del blog sea a día de hoy un hecho. En particular, quiero dedicar un afectuoso saludo a mis fans de México, donde parece que tengo un nutrido grupo de seguidores ya que es el segundo país después de España en número de visitas.
Entrando ya en materia, puse ese nombre a esta entrada, por la cita de Marcelo en Hamlet, de William Shakespeare. ¿La razón? Porque al igual que Marcelo en la obra del dramaturgo inglés, yo también me huelo una conspiración en todo lo que está suciediendo. El último indicio, la dimisión de Yorgos Papandreu como primer ministro de Grecia y la formación de un gobierno de transición posiblemente con Lukas Papademos a la cabeza. Este es el segundo nombramiento sospechoso en lo que va de año, seguido del Mario Draghi. Draghi llegó al cargo tras llegar a ser (no se sabe bien por qué, pero sí que su predecesor sigue cumpliendo pena de prisión por una dura -y posiblemente injustificada- condena sobre el caso de la OPA de BBVA sobre la Banca Nazionale dil Lavoro, a la cual Antonio Fazio se opuso) Gobernador del Banco de Italia después de un periodo en Goldman Sachs, en el cual supervisó la auditoría que se hizo a Grecia para poder entrar en el euro, la cual más adelante se reveló que contaba con datos falsos que Goldman Sachs, en la persona de Draghi, decidió ignorar aparentemente como parte de la estrategia de la compañía, que ya entonces previó un escenario similar al presente. En esa época era presidente del Banco Central Europeo el susodicho Lukas Papademos. Éste se fio de los datos falseados ofrecidos por Draghi y su compañía, que propiciaron la entrada en el euro de un activo envenenado como eran las finanzas públicas griegas. Además, en su periodo de gobernador del Banco de Italia, Draghi consintió o no supo prever la inestable situación de la economía de su país, la cual se encuentra ahora en el ojo de un huracán financiero que viaja a gran velocidad hacia el oeste... en dirección hacia España. Por si fuera poco, tras la más que probable salida de Berlusconi de su puesto el día de hoy, se configura como probable un "gobierno técnico" presidido por Mario Monti, miembro de la más que polémica Comisión Trilateral. Estos tres personajes tienen en común haber sido altos cargos políticos de la Unión. Monti y Draghi estuvieron trabajando juntos en el mismo departamento de la Universidad de Trento, y el segundo coincidió en sus estudios de economía con Papademos en la Universidad de Massachussets. Puesto que ambos eran estudiantes de doctorado, es bastante probable que se conocieran personalmente entonces. Ambos tuvieron como mentores a dos Premios Nobel de ideología neoliberal, Robert Solow y Franco Modigliani. No voy a entrar en más suspicacias, pero a mí estos tres personajes me resultan de lo más sospechoso.
Mientras se negocia en Bruselas los detalles para el segundo rescate de Grecia, destaca el informe publicado hace una semana y media por Poul M. Thomsen sobre la recuperación islandesa. Podéis encontrar aquí ese informe en español. Así, la recuperación de este pequeño país, el primero en caer a causa de la crisis, se basó en los siguientes puntos (y cito literalmente el informe):
"
Lo segundo fue estabilizar el tipo de cambio. Para ello, asegura Thomsen que se usaron medidas no convencionales como el control de capitales. Es evidente, que cuando se produce una situación de especulación que termina en una huida masiva de capitales, debe darse coto a estos. Sin embargo, en la zona Euro, no se ha tomado ni una sola medida en este sentido. Es más, la premisa sigue siendo la libertad total del flujo de capitales.
En cuanto se refiere a los estabilizadores fiscales automáticos (aquí hay un informe sobre el asunto, referido a America latina, pero válido en cuanto a la teoría), mientras que como sugiere Thomsen se han mantenido sin ser afectados para permitir su operatividad, los países de la zona euro aplicaron una política fiscal expansiva para estimular la demanda. Tal y como afirma el Banco de España en su artículo sobre la eficacia de las políticas fiscales en la zona euro, "la eficacia de las expansiones fiscales contracíclicas (discrecionales) suele verse mitigada por los retrasos en la aplicación de las medidas presupuestarias, la dificultad de destinarlas específicamente a los hogares y a las empresas más afectados y, más en general, la incertidumbre en torno a la respuesta de la economía a los programas de gasto de carácter temporal o a recortes de impuestos". El hecho es que si observamos los datos del año 2009, ya la propia Comisión transmitía un mensaje bastante moderado en cuanto a la efectividad de las políticas aplicadas.
Por último, Thomsen detalla que aunque se implementaron algunas medidas para reformar la economía general, el núcleo duro de las mismas se contró en reconstruir el sector financiero. Esto consisitio en la nacionalización de todo el sistema bancario para hacer un pago selectivo de los compromisos adquiridos. Una medida importante es la reestructuración de las deudas de los hogares y las pequeñas empresas. Entre tanto, en Europa, ni se han nacionalizado bancos, ni se han adoptado medidas para aliviar las deudas de los ciudadanos y las pequeñas empresas que constituyen el grueso del tejido económico de la Unión.
En conclusión, que algo huele a podrido en Europa. No hay razón para que la salida de la crisis se esté alargando deliberadamente, más que engrosar las cuentas de los especuladores que por lo que arrojan los datos, se han convertido en quienes ostentan el timón de Europa ante la tormenta económica que estamos viviendo.
Este blog no ha tenido nunca un gran número de visitas, pero visitantes de al menos diez países han visto esta página desde toda clase de soportes y sistemas operativos. Por lo tanto, me alegra que la difusión mundial del blog sea a día de hoy un hecho. En particular, quiero dedicar un afectuoso saludo a mis fans de México, donde parece que tengo un nutrido grupo de seguidores ya que es el segundo país después de España en número de visitas.
Entrando ya en materia, puse ese nombre a esta entrada, por la cita de Marcelo en Hamlet, de William Shakespeare. ¿La razón? Porque al igual que Marcelo en la obra del dramaturgo inglés, yo también me huelo una conspiración en todo lo que está suciediendo. El último indicio, la dimisión de Yorgos Papandreu como primer ministro de Grecia y la formación de un gobierno de transición posiblemente con Lukas Papademos a la cabeza. Este es el segundo nombramiento sospechoso en lo que va de año, seguido del Mario Draghi. Draghi llegó al cargo tras llegar a ser (no se sabe bien por qué, pero sí que su predecesor sigue cumpliendo pena de prisión por una dura -y posiblemente injustificada- condena sobre el caso de la OPA de BBVA sobre la Banca Nazionale dil Lavoro, a la cual Antonio Fazio se opuso) Gobernador del Banco de Italia después de un periodo en Goldman Sachs, en el cual supervisó la auditoría que se hizo a Grecia para poder entrar en el euro, la cual más adelante se reveló que contaba con datos falsos que Goldman Sachs, en la persona de Draghi, decidió ignorar aparentemente como parte de la estrategia de la compañía, que ya entonces previó un escenario similar al presente. En esa época era presidente del Banco Central Europeo el susodicho Lukas Papademos. Éste se fio de los datos falseados ofrecidos por Draghi y su compañía, que propiciaron la entrada en el euro de un activo envenenado como eran las finanzas públicas griegas. Además, en su periodo de gobernador del Banco de Italia, Draghi consintió o no supo prever la inestable situación de la economía de su país, la cual se encuentra ahora en el ojo de un huracán financiero que viaja a gran velocidad hacia el oeste... en dirección hacia España. Por si fuera poco, tras la más que probable salida de Berlusconi de su puesto el día de hoy, se configura como probable un "gobierno técnico" presidido por Mario Monti, miembro de la más que polémica Comisión Trilateral. Estos tres personajes tienen en común haber sido altos cargos políticos de la Unión. Monti y Draghi estuvieron trabajando juntos en el mismo departamento de la Universidad de Trento, y el segundo coincidió en sus estudios de economía con Papademos en la Universidad de Massachussets. Puesto que ambos eran estudiantes de doctorado, es bastante probable que se conocieran personalmente entonces. Ambos tuvieron como mentores a dos Premios Nobel de ideología neoliberal, Robert Solow y Franco Modigliani. No voy a entrar en más suspicacias, pero a mí estos tres personajes me resultan de lo más sospechoso.
Mientras se negocia en Bruselas los detalles para el segundo rescate de Grecia, destaca el informe publicado hace una semana y media por Poul M. Thomsen sobre la recuperación islandesa. Podéis encontrar aquí ese informe en español. Así, la recuperación de este pequeño país, el primero en caer a causa de la crisis, se basó en los siguientes puntos (y cito literalmente el informe):
"
- Primero, se formó un equipo de abogados para asegurar que las pérdidas de los bancos no fueran absorbidas por el sector público. Al final, el sector público tuvo naturalmente que intervenir y garantizar que los nuevos bancos estuvieran suficientemente capitalizados, pero quedó al margen de las enormes pérdidas del sector privado. Esto fue un logro muy importante.
- Segundo, el objetivo inicial del programa consistió exclusivamente en estabilizar el tipo de cambio. En este caso, se utilizaron medidas no convencionales, especialmente los controles de capital.
- Tercero, se dejó que los estabilizadores automáticos operaran plenamente durante el primer año del programa, lo que permitió retrasar el ajuste fiscal. Esto contribuyó a apuntalar la economía en un momento de grandes tensiones.
- Cuarto, se racionalizó la condicionalidad, que se centró en la cuestión clave en ese momento: reconstruir el sector financiero. Si bien al final será necesario aplicar reformas en algunos ámbitos de la economía a nivel más general, estas no formaron parte del programa."
Lo segundo fue estabilizar el tipo de cambio. Para ello, asegura Thomsen que se usaron medidas no convencionales como el control de capitales. Es evidente, que cuando se produce una situación de especulación que termina en una huida masiva de capitales, debe darse coto a estos. Sin embargo, en la zona Euro, no se ha tomado ni una sola medida en este sentido. Es más, la premisa sigue siendo la libertad total del flujo de capitales.
En cuanto se refiere a los estabilizadores fiscales automáticos (aquí hay un informe sobre el asunto, referido a America latina, pero válido en cuanto a la teoría), mientras que como sugiere Thomsen se han mantenido sin ser afectados para permitir su operatividad, los países de la zona euro aplicaron una política fiscal expansiva para estimular la demanda. Tal y como afirma el Banco de España en su artículo sobre la eficacia de las políticas fiscales en la zona euro, "la eficacia de las expansiones fiscales contracíclicas (discrecionales) suele verse mitigada por los retrasos en la aplicación de las medidas presupuestarias, la dificultad de destinarlas específicamente a los hogares y a las empresas más afectados y, más en general, la incertidumbre en torno a la respuesta de la economía a los programas de gasto de carácter temporal o a recortes de impuestos". El hecho es que si observamos los datos del año 2009, ya la propia Comisión transmitía un mensaje bastante moderado en cuanto a la efectividad de las políticas aplicadas.
Por último, Thomsen detalla que aunque se implementaron algunas medidas para reformar la economía general, el núcleo duro de las mismas se contró en reconstruir el sector financiero. Esto consisitio en la nacionalización de todo el sistema bancario para hacer un pago selectivo de los compromisos adquiridos. Una medida importante es la reestructuración de las deudas de los hogares y las pequeñas empresas. Entre tanto, en Europa, ni se han nacionalizado bancos, ni se han adoptado medidas para aliviar las deudas de los ciudadanos y las pequeñas empresas que constituyen el grueso del tejido económico de la Unión.
En conclusión, que algo huele a podrido en Europa. No hay razón para que la salida de la crisis se esté alargando deliberadamente, más que engrosar las cuentas de los especuladores que por lo que arrojan los datos, se han convertido en quienes ostentan el timón de Europa ante la tormenta económica que estamos viviendo.
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