viernes, 25 de noviembre de 2011

No es país para Glasnot



A finales de los 80, cuando la Unión Soviética confió a Mikhail Gorvachov el gobierno de una federación desgobernada y en una situación de crisis tan dramática como la que hoy vive Europa, dos fueron los pilares sobre los que sostuvo la reforma política y económica a la que sometió su país: Democracia (Perestroika) y Transparencia (Glasnost). Sin embargo, citando metafóricamente el título de la película, España parece que no es país para Glasnost, a pesar de encontrarse en un punto crítico de su historia. Mariano Rajoy ha obtenido democráticamente la confianza de los españoles para sacarlos de la crisis, pero al menos en sus primeros días de trabajo en el proceso de transición para formar el nuevo gobierno y definir las líneas de actuación del mismo, la transparencia ha brillado por su ausencia.

Paso a citar algunos ejemplos. A fecha de hoy se desconoce quién será el nuevo ministro de economía en la delicada situación que se encuentra el país, con bonos a dos años pagándose casi al 6% en niveles de 1997, lo cual es insostenible a largo plazo. Tampoco ha comparecido el futuro Presidente, Mariano Rajoy, para aclarar porqué se reúne antes con banqueros que con políticos. Lo cual no tiene que ser necesariamente malo (aunque resulta dudoso). Y no se trata sólo de eso, si no que desde el domingo simplemente no ha comparecido en absoluto. Total secretismo parece la consigna del futuro nuevo gobierno, pero los medios económicos extranjeros comienzan también a criticar este mutismo, que no hará sino perjudicar las expectativas de los inversores.

No obstante, puede apreciarse la diferencia entre la transparencia de unos y otros. Mientras que en España, el futuro presidente mantiene un silencio absoluto, Angela Merkel ha declarado sobre el contenido de su conversación teléfonica de ayer con Mariano Rajoy (en alemán). Así, Rajoy ha constatado a Angela Merkel que España necesitará un rescate por parte del BCE, y que los Presupuestos del Estado recortarán el déficit en 60.000 millones. Son las primeras claves sobre el guión de la recuperación económica que Rajoy guarda celosamente. Si existe una razón para ello, es algo que desconocemos.

Espero que esta política cambie de opinión, pues veo difícil que los españoles puedan confiar en un líder que oculta el rumbo que mantiene. La democracia, sin transparencia, se convierte en un teatro de sombras chinas, donde solo podemos conjeturar a través de las sombras que tras una sábana se proyectan.

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