Aunque empiece a ser un poco monotemático, el cine vuelve a los Archivos Olvidados. Tengo algunos proyectos en mente para el blog, pero de momento se están quedando en el tintero por falta de tiempo. Mientras tanto, ahí va la reseña de esta interesante película.
La película trata de la investigación de la fuga de una "paciente" de un recinto penal psiquiátrico situado en Shutter Island, en el año 1948. Dos agentes del Departamento de Justicia son asignados al caso, entre los cuales se halla nuestro protagonista. Este lugar aislado es el lugar donde un psquiatra pone en práctica sus radicales métodos para tratar a tan singulares pacientes como delincuentes con problemas mentales. La investigación pronto implicará cada vez más a nuestro detective en una espiral cuyo final me pareció bastante sorprendente.
Aspectos a destacar de la película son la fotografia y escenografía de la película. La climatología juega un papel importante en la película, y ha sido cuidada al detalle. Asimismo, el vestuario está impecable. Los efectos especiales, sin ser excesivamente groseros, son bastante notables y cumplen su función de introducirnos en este pequeño mundo donde las fronteras entre lo real y lo irreal, los recuerdos y los sueños, son difusas.
La banda sonora (por así llamarla), sin ser destacable, cumple una función ambiental importante. El hecho es que Martin Scorsese colaboró con Robbie Robertson para crear y utilizar un conjunto de material previamente grabado. Otro detalle curioso sobre la música es que ¡¡SPOILER!!: la escena en la que Teddy Daniels llega al campo de concentración, el oficial nazi está escuchando una obra de Gustav Mahler, un compositor judío.
Como detalle curioso, Martin Scorsese sometió a los miembros del reparto y al equipo técnico durante la fase de pre-producción a largas sesiones nocturnas de películas que trataban los estilos y temas presentes en la película. Entre ellas se encontraba Titicut Follies, una película de Frederick Wiseman rodada en 1967, la cual llegó a estar prohibida durante mucho tiempo y exponía el (mal)trato al que se sometía a los criminales trastornados.
¡¡SPOILER!!:
Aspectos a destacar de la película son la fotografia y escenografía de la película. La climatología juega un papel importante en la película, y ha sido cuidada al detalle. Asimismo, el vestuario está impecable. Los efectos especiales, sin ser excesivamente groseros, son bastante notables y cumplen su función de introducirnos en este pequeño mundo donde las fronteras entre lo real y lo irreal, los recuerdos y los sueños, son difusas.
La banda sonora (por así llamarla), sin ser destacable, cumple una función ambiental importante. El hecho es que Martin Scorsese colaboró con Robbie Robertson para crear y utilizar un conjunto de material previamente grabado. Otro detalle curioso sobre la música es que ¡¡SPOILER!!: la escena en la que Teddy Daniels llega al campo de concentración, el oficial nazi está escuchando una obra de Gustav Mahler, un compositor judío.
Como detalle curioso, Martin Scorsese sometió a los miembros del reparto y al equipo técnico durante la fase de pre-producción a largas sesiones nocturnas de películas que trataban los estilos y temas presentes en la película. Entre ellas se encontraba Titicut Follies, una película de Frederick Wiseman rodada en 1967, la cual llegó a estar prohibida durante mucho tiempo y exponía el (mal)trato al que se sometía a los criminales trastornados.
¡¡SPOILER!!:
- El título de la película es un anagrama de "Verdades y Mentiras", lo cual define bastante el carácter de la película.
- En la escena en la que Teddy habla en sueños por primera vez con Laedis se oye un grito. La escena siguiente se emite al revés, con el humo del cigarro entrando en este, en lugar de salir.
- Otra escena pensada para trastornar al público es la escena en la que Teddy y su compañero Chuck interrogan a una paciente. En ella, la mujer pide al compañero de Chuck que le traiga un vaso de agua, lo cual hace. Cuando la mujer se lo lleva a la boca para beber, no lo tiene en las manos.
Pues a mí me pareció una demostración más del incomparable genio de Scorsese. La historia quizá no sea especialmente sorprendente, pero la riqueza artística de la película es, como casi siempre en él, sencillamente envidiable.
ResponderEliminarY aunque en general coincido contigo, creo que la participación de la música en esta película sí es sobresaliente: no por las piezas en sí, que bien podría, sino por cómo interactúan con la imagen y, sobre todo, con la historia en sí. Esa música sobrecargada, ominosa... y con un volumen tan exageradamente ensordecedor respecto al resto del sonido. ¡Grande!
Supongo que ver la película en el cine hace que uno aprecie bastante más la música... Yo como vi la película cómodamente en mi sofá, gradué un volumen adecuado para mis oídos. Pero tal vez la intención de Scorsese no fuese por ahí, como apuntas tú.
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