martes, 7 de febrero de 2012

España no es Nevada, a pesar de Hollywood


Igual resulta una obviedad, pero España no es Nevada. ¿Por qué hace falta una entrada sobre algo así? Bueno, parece ser que el Partido Popular, desesperado por encontrar una solución a la maltrecha economía española, pretenden arreglarla a base de política industrial. Pero no política industrial de la inteligente, sino la del ladrillazo y el pelotazo financiero-urbanístico. La última gran idea es la construcción en España de un megacomplejo de casinos que se ha dado en llamar "Eurovegas". Una iniciativa de un millonario americano llamado Sheldon Adelson, propietario de la empresa Las Vegas Sands dedicado a la promoción inmobiliaria, y que ya ha es conocido por otros pelotazos en Macao (China), y en su propia patria. Aunque también tiene proyectos en otras regiones de Asia y ahora se le ha ocurrido que España es el lugar ideal para montar su chiringuito en Europa.

¿Por qué es una mala idea? En primer lugar, porque ya sabemos lo que ha pasado con otros megachanchullos urbanísticos. España se ha llenado de ciudades fantasma con proyectos abandonados. ¿Tengo que mencionar aquí el aeropuerto de Castellón? ¿O la Ciudad de la Cultura de Galicia? Se invierten cientos de millones para proyectos inviables desde el principio, que luego se pierden cuando ¡oh, sorpresa! Resulta que eran inviables.

En segundo lugar, este tipo da miedo. En serio. Es decir, seguro que hay otras personas más fiables con las que hacer negocios. Pero este tipo es como mínimo digno de sospecha. Además, el hecho de que contribuyera con 5 millones de dólares a la campaña de Newt Gingrich (más otros 5 millones "de su esposa") contribuye a sospechar de él. ¿En qué beneficia Gingrich a Adelson? Probablemente en una súper-desregulación de muchos ambitos básicos de la economía y las finanzas. Por no mencionar sus opiniones sobre el conflicto de Israel y Palestina, que nada tienen que ver con la economía.

Otro argumento está en que aún por encima, el sujeto quiere que le financien. Y no solo eso. Quiere también que se cambie la legislación laboral y de inmigración. Que se cree una Comisión del Juego, al estilo de Las Vegas. Bueno, si habéis visto algunas películas de mafiosos de los años 80, ya sabéis de qué va esto.

En mi opinión, este megachachullo nos devuelve a la España del ladrillo que tan buenos resultados nos ha dado. Muy lucrativo para unos pocos, y absolutamente ruinoso para los demás. ¿Hemos aprendido algo? Se ve que no. ¡Vivan las cadenas!

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